Con el celular en mano, y aún saboreando el coraje en la boca por el mal que acababa de pasar hablando con mi ex novio, comencé a marcar el número indicado en los boletos. Evidentemente que contestarían en inglés, pues se trataba de una empresa de sorteos americana, así que me adapté mentalmente al idioma parapoder llevar la conversación.
―Hello? Estás hablando a Golden Heaven, Concursos y Sorteos en pro de los niños sin hogar… ¿Con quién hablo? ―Preguntó amablemente la operadora.
―Mi nombre es Bella… Estoy hablando porque tengo unos boletos ganadores para el concierto navideño de Andrés Botticelli en New York, y quiero saber todos los detalles…
―Comprendo, Bella… En primer lugar, ¡muchas felicidades! Y muchas gracias por ayudar… Con tu participación, hemos alcanzado 1 millón de dólares en donativos para la casa hogar Christopher's Heavens. Tu premio consiste en un viaje todo pagado a la ciudad de New York, en un vuelo redondo de primera clase para dos personas, y una estancia por siete días en el hotel de 5 estrellas Resse&Carl Thoms, ubicado en el Central Park de New York. Además de dos pases VIP para el concierto de Andrés Botticelli y la after party VIP, y servicio de limusina para el traslado al concierto y hotel desde el aeropuerto. Además tu estancia incluye alimentos y bebidas sin límites. ¡Todo esto para ti y tu acompañante! ¿Estás emocionada?
―¡Claro que sí! ―Respondí con alegría. ―¡Esto es un sueño para mí! ¡Hasta creo que justo ahora tengo un dejavu!... Pero, tengo un problema…―dije, cambiando de humor. ―Sucede que no he logrado conseguir a ningún acompañante que vaya conmigo… ¿Hay algo que pueda hacer al respecto?
―¡Oh! Yo lamento escuchar que no conozcas a alguien que pueda disfrutar esta mágica experiencia contigo…―dijo de manera comprensiva. ―Pero, déjame hablar con mi jefe, y espero que podamos hacer válido tu premio… Regreso en un momento…
―¡Gracias! ¡Espero que sí! ―Respondí, conservando la fe.
Y esperé varios minutos, escuchando una canción midi, mientras estaba ansiosa por escuchar la solución de la operadora. En verdad no quería perder esa magnífica oportunidad de tener el viaje de mis sueños donde todo está pagado, y además todo de primera clase. Cuando viajé al extranjero durante la universidad, tenía que quedarme en sucios y viejos cuartos para estudiantes y cuidar no gastar dinero de más… Pero esta podría ser la primera vez que en verdad disfrutara un viaje, y no quería perderlo solo por estar soltera…
Finalmente la operadora regresó y yo esperaba escuchar buenas noticias…
―Bella, lamento la demora. Tuvimos que hacer algunas llamadas y algunas confirmaciones, pero te tengo buenas noticias.―dijo, mientras yo me emocionaba por dentro. ―¡Felicidades Bella! Como no tienes un acompañante, tenemos para ti un invitado sorpresa que te acompañará al concierto y a la fiesta VIP de ese día. Irá por ti el día del concierto en la limusina. Y no te preocupes, te darás cuenta porque también irán a entrevistarlo, personal de nuestro equipo y algunos reporteros. ¿Qué te parece?
―¿En verdad? ¡Suena muy emocionante! ¡No puedo esperar más! ¡Estoy muy feliz y agradecida! ―dije al mismo tiempo que mi corazón se me salía de la emoción de alegría.
―Bueno, ¡me alegro! Te enviaremos el itinerario, los boletos de avión, y tu reservación por e-mail. Para ello necesito que me brindes todos tus datos...
Y así lo hice. Le di todos los datos que me pidió y la emoción no me cabía en el pecho. Mi corazón se desbordaba. Era una emoción que es difícil de explicar, pero es una de esas sensaciones en las que sientes que por fin estás recibiendo bendiciones y que ya nada puede salir mal. Los vellitos de mi brazo estaban erizados y la sonrisa estaba permanente en mi rostro, como un tatuaje.
Terminé la conversación de la operadora y solo en una hora ya tenía todo en mi correo. ¡Todo era verdad, aunque pareciera un sueño! Estaba segura de que nadie lo podía creer, pero aún así comencé a contárselo a todo el mundo.
―¡Mamá! ¡Mamá! ¡No vas a creerlo! ¡Sí me aceptaron que vaya sola al viaje! ¡Es todo pagado y de primera clase! ¡Me voy a quedar en un hotel de 5 estrellas por una semana! ―dije, abrazándola y brincando de la emoción.
―No puedo creerlo… ―dijo con una expresión de inconformidad. ―Hija… Ya sabes lo que tu papá y tu hermano piensan de que te andes yendo de viaje… Es muy peligroso… Además, que tal si el dichoso concurso ese, no es más que una mentira para la trata de blancas… Qué tal si en ese dichoso hotel te secuestran y ya no regresas… ―dijo mi madre, con un tono muy pesimista.
―¡Ay mamá! ―Le reclamé. ―Sabía que no entenderías… Ni debí decírtelo… Solo te preocupas de más… Ya te he dicho que no debes ser tan negativa… Si te hubiera escuchado en el pasado, ni siquiera hubiera podido estudiar nada… ―dije, muy molesta, por su falta de apoyo.
―¿Y de qué te ha servido eh? Te dije que con las artes te morirías de hambre y mira, ahorita no tienes trabajo… Nada como buscarse un esposo estable y sentar cabeza… ―dijo a modo de regaño, comportaándose muy necia, como era costumbre.
―Mamá, no me voy a casar no más porque sí… Necesito una verdadera conexión, un amor bonito… Quiero saber que la persona con la que me case, sea un amor real… ―Traté de hacerla comprender mis sentimientos, pero fue en vano.
―¡Ay mija! Pues te vas a quedar esperando… Si yo hubiera esperado eso, nunca me hubiera casado… Además, un matrimonio nunca puede ser miel sobre hojuelas, todos los matrimonios tienen altas y bajas… Y hablando de eso, a ver si ya llega tu papá para que te haga entrar en razón y no vayas a ese ridículo viaje… ―dijo, regresando nuevamente a lo mismo.
―¡Ay mamá! ¡Como digas! Nunca puedo compartir nada contigo, ni las cosas maravillosas que me pasan… A todo le ves un lado terrible y negativo… Mejor me voy a hablar con Debbie… ―Y me fui molesta de ahí, escuchando cómo mi madre aún tenía mucho para quejarse...
―¡Ayudarle a tu pobre madre es lo que necesitas! Si lavaras todos esos trastes, dejarías de estar metiéndote en concursos y tonterías… ―Gritaba, aunque ya no estuviera yo ahí.
Lamentablemente, ese tipo de "conversaciones" eran el plato de toda mi vida con mi mamá… Y aunque yo intentaba hacerla reflexionar, ella nunca estaba de acuerdo conmigo. No sé por qué solamente no se alegraba por mí y dejaba de imaginar los peores escenarios contra mí. ¡En fin! Ya había desarrollado cierta paciencia con ella, pero de todos modos siempre me dejaba un mal sabor de boca.
Al menos, yo contaba con mi mejor amiga Debbie, quien siempre me escuchaba y se alegraba por mí.
―¿Debbie? ¿Recuerdas que te conté de unos boletos para el concierto de Nueva York y que me hubiera encantado ir contigo? ―dije con emoción infantil.
―¡Sí! ¿Qué pasó? ¿Encontraste con quién ir? ―Preguntó igual de emocionada que yo. ―Ya ves que yo, aunque quiera ir, no puedo, por mi bebé y porque no tengo visa…
―¡Sí, lo sé… no te preocupes! Bueno, quería contarte que ya hablé con los organizadores del concurso y sí podré ir yo sola. Y, por si fuera poco… ¡Consiguieron un invitado sorpresa para que me acompañe al concierto! ¿Genial, no? ¡Todo parece un sueño! ¡Es tan perfecto! Verás… el vuelo es en primera clase, el hotel de 5 estrellas está todo pagado, con alimentos y limusina… Y por si fuera poco, pases VIP… ¡Quizás pueda conocer a mi Ídolo Andrés Botticelli en persona!... No lo sé explicar… Pero hasta sentí algo así como un dejavu… Una de esas sensaciones donde juras que ya lo has soñado o vivido…
―¡Estoy muy feliz por ti! Sé que tú admiras mucho a ese cantante… Pero… Ten mucho cuidado por favor… Quizás ese dejavu fue en realidad un presentimiento… ¿No te parece que todo es demasiado perfecto para ser real?... ¿Qué tal si el tal Patrick te estuvo espiando por Internet para conocer tus gustos y darte esos boletos falsos?... ―dijo de forma escéptica.
―Nooo… ¡Tranquila Debbie! Yo confío mucho en mi intuición y me dice que en verdad todo esto está pasando para mí… ―dije, confiando en mí misma.
―Bueno, pero de todos modos no confíes en ese supuesto invitado y en ese Patrick… Cualquier cosa rara, le hablas a la policía… ―Me recomendó, aún dudosa de que algo tan mágico pudiera pasarme.
―Siiíi… Lo prometo… Estaré muy atenta…
Aún mi mejor amiga tenía unas ideas muy pesimistas sobre algo que nos debería alegrar a todos… Pero ya dicen bien… algunas cosas solo las debes disfrutar en privado.
Iba a avisarle a mi mejor amigo, Alexander, pero él era muy parecido a mi hermano. En su afán de protegerme, a veces volvían cualquier asunto en el peor de los torbellinos… No sé qué le pasaba a la gente a mi alrededor, pero a pesar de que siempre veían el vaso medio vacío, esta vez decidí no escucharlos y solo confiar. Mi fe ante la magia que estaba viviendo era ciega, pero muy fuerte.