Había llegado al fin la mañana de navidad, y yo me sentía extrañamente mal. Era una fecha en la que debería estar brincando de alegría, pues se trataba de mi fecha favorita de todos los años... pero esta era la primer navidad en la que despertaba consternada. ¿Sería mi primer navidad triste?... ¡No podía dejar que eso pasara! Esta también debía ser una feliz navidad para mí. Quizás durante la noche pasada, a Christopher y a mí nos faltó desearnos feliz navidad, pero aún estábamos a tiempo de remediarlo, pues el día a penas comenzaba. Me metí a mi bañera para comenzar a limpiarme las energías negativas y cambiar mi estado de ánimo. Metida en las delicias de mi bañera, comencé a creer que Christopher ya estaría de buen humor porque había tenido tiempo suficiente par reflexionar sobre nosot