El día de navidad continuó, y nuestras energías y nuestro amor se habían reforzado gracias a nuestro primer encuentro íntimo que habíamos establecido. Él fue a ducharse (no me imagino por qué) a su habitación, mientras yo me vestía y me maquillaba. Estaba muy feliz porque mi corazón revoloteaba por todos lados. Estar con Christopher tan cerca, me había inyectado una dosis de energía y alegría. Parecía que nada podía ir mal este día, y eso me llenaba de positividad. Me puse uno de los hermosos vestidos que Christopher me había dado. Opté por un vestido blanco de terciopelo brocado con decoración de encaje y un hermoso vuelo en la falda tipo princesa. Para contrastar un poco, usé mis medias negras y mis zapatos negros formales, y una chaqueta negra no tan gruesa. Encima tuve que usar el