Ares... La veo bajarse y decido alejarme de ella, si es lo que quiere es lo que le daré, aunque me duela. Furioso conduzco hasta la empresa donde inicio mi día con un humor de perros que termino desquitándome con todo aquel que se atraviese en mi camino. A la hora del almuerzo veo entra en mi oficina a mis padres. - No estoy de humor –digo cuando se sientan frente a mí y continúo tecleando en mi computador. - ¿eres consiente que eso no me importa? – dice mi madre con una radiante sonrisa que podría opacar mil soles. - Mamá –digo dándoles toda mi atención. - ¿Quieres contarnos que sucedió? – vuelve a preguntar y yo sonrió negando con la cabeza consiente de que ella no se dará por vencida. - Ella me encanta –suelto de golpe –la conozco hace dos días y siento que es con ella con quien d