Capítulo 57 Alexandro Empujo la puerta de la habitación con cuidado. Esperaba encontrarla ahí, acostada como siempre, abrazando el peluche de Lucianita… Pero la cama está vacía. La cobija arrugada. El peluche sobre la cama. El aire se siente distinto. Como si algo acabara de romperse. Camino al baño. Vacío. Me asomo por la ventana. Nada. Mi pecho se aprieta. Entonces suena mi celular. —¿Sí? —respondo, de inmediato. —Señor, habla Torres. La señora Ayliz salió de la casa hace unos minutos. Iba sola. Tomó su auto. Me congelo. —¿La están siguiendo? —Sí, la estábamos siguiendo, pero… la perdimos. En un semáforo giró bruscamente y aceleró por una calle lateral. Iba muy rápido. La perdimos de vista. Me quedo en silencio. Samuel. Fue él. Mi mandíbula se tensa. El pulso se me ac