El movimiento del carruaje era agitado y la temperatura seguía subiendo, ese era por mucho el verano más caluroso que habían tenido en años y los rayos del sol que se filtraban entre las cortinas quemaban la piel. El carruaje se detuvo y un hombre tocó la puerta del carruaje. – Llegamos, señor. El visitante bajó del carruaje agitando su cabello pelirrojo y lo peinó hacia atrás, frente a él estaba un edificio de grandes torres y una mujer con ropas oscuras, la mirada agresiva y los brazos cruzados. – Llegas tarde Percival. Lumus Percival, administrador de la torre y hechicero de cuarto nivel, una institución cuando se trataba de investigación mágica, pero un hombre incapaz de ser puntual, obediente o disciplinado. – Aunque llegue tarde siempre estás esperando por mí. – ¿Tengo otra al