Capítulo 1
El reloj antiguo del vestíbulo golpeaba con cada campanada.
En la mesa de caoba, Adrián firmó el último documento con un trazo brusco. Cerró la carpeta de golpe y dejó escapar un suspiro cargado de cansancio.
Camila lo observaba desde el otro extremo de la mesa con los ojos humedecidos.
El abogado tomó la carpeta y revisó – esto es todo, felicidades a ambos – miró a Adrián Herrera, dueño de la mansión en la colina donde se encontraban y después a Camila, la mujer con cinco meses de embarazo – están divorciados – decretó y se puso de pie para darles privacidad.
Después de una pequeña pausa Adrián la miró – los papeles están firmados, la transferencia también se completó. Ya puedes irte.
Camila se levantó pesadamente. Quería irse, pero sintió que debía decir algo – así que,
