A través de los libros, Esmeralda aprendió que cada persona experimentaba vidas y escenarios diferentes.
Para algunos, el mundo era la cacería, para otros la pesca y para muchos, la artesanía. El mundo para cada una de esas personas era especial y no se podía comparar con los demás, porque era única.
Al igual que la suya. Esmeralda era una princesa y nunca tuvo que preguntarse cómo sería experimentar una realidad diferente.
Después de su encuentro con Alicia y de la impresión que le dio descubrir que todo ese tiempo, estuvo conviviendo con una muerta, Casian la llevó al bosque y a su alrededor, cientos de criaturas se reunieron.
– Busco un chef – dijo Casian.
Varias criaturas avanzaron, entre ellas, un venado, Casian lo eligió y el venado se convirtió en un ser humano.
– Busco alguien que limpie – continuó Casian.
Una ardilla se adelantó a las demás y levantó sus pequeñas patas hacia el rey demonio, Esmeralda no pudo creerlo, una criatura tan pequeña, no sentía miedo del rey demonio. La ardilla se convirtió en una mujer.
– ¿Algo más? – preguntó Casian.
Los labios de Esmeralda temblaron – necesitas a otras dos personas para la limpieza, el castillo es muy grande y jardinería, necesitas por lo menos, tres jardineros.
Casian miró al grupo.
El grupo se fue formando, un chef especializado en repostería que solía ser un venado, una carnicera que solía ser una hiena, el personal de limpieza, una ardilla, un águila y una serpiente, tres jardineros, que resultaron ser un trío de cuervos, volaron en línea recta para adelantarse al resto y solo después del aterrizaje, se descubrió que eran tres.
– ¿Algo más? – preguntó Casian.
Esmeralda sintió un poco de pena – los vestidos – susurró y se aclaró la garganta – muchos de los vestidos me quedan grandes, una persona con habilidades de costura sería de gran ayuda.
Casian miró al grupo y por varios minutos, todos permanecieron en silencio, al parecer no había uno solo de ellos que tuviera esas habilidades o que quisiera volver a su forma humana. Casian pensó en ir a buscar un humano, pero antes de eso, varias de las criaturas del bosque se apartaron para cederle el paso a un venado de pelaje blanco.
El venado agachó la cabeza delante del rey demonio y Casian respondió – entiendo – después miró a Esmeralda – dice que no desea permanecer como humano y que, si estás de acuerdo, tomará esa forma dos días a la semana.
– Si – dijo Esmeralda, rápidamente.
El castillo se volvió ruidoso.
Todas las mañanas, tres personas ocupaban la cocina, otras tres limpiaban y el resto se encargaba del jardín.
El menú cambió, antes, solo había una opción para el desayuno, una más para el almuerzo y otra para la cena, aparte, Esmeralda siempre tomaba agua endulzada con duraznos. Después de que el personal cambiara, hubo diferentes platillos sobre la mesa y muchos de ellos pertenecían a culturas gastronómicas de reinos ya desaparecidos.
Esmeralda lo sabía porque se topó con esa información mientras investigaba al héroe Casian.
El castillo fue limpiado más a fondo, los depósitos fueron vaciados y todos los objetos fueron acomodados en donde hacían falta, gracias a eso el castillo se llenó de lámparas y dejó de verse siniestro.
El cambio era muy notable, sin embargo, Esmeralda se sentía confusa, quería preguntarles a esas personas, ¿de dónde venían?, ¿cómo llegaron al bosque Sombrío?, y lo más importante, ¿por qué?, no se sentía que fueran criaturas en cautiverio.
Quería preguntarles, pero cada vez que se acercaba a uno de ellos, recordaba la visión del cráneo de Alicia y temblaba de miedo, estaba segura, si volvía a ver una escena como esa, se desmayaría.
Pasado un mes, no pudo aguantar la duda y recurrió a la persona cuya presencia era más emblemática, el venado de pelaje blanco. Su personalidad era tranquila y su silencio misterioso, entre más lo miraba, más intrigada estaba.
Esmeralda respiró hondo, sabiendo que sus preguntas serían difíciles de formular – disculpa, ¿cuál es tu nombre?
En todo ese tiempo, el hombre de piel tan blanca, que parecía papel y cabello de un rubio muy claro, no había dicho ni una sola palabra y de repente musitó – me llamo Monic.
– Es un lindo nombre – dijo Esmeralda – y, puedo preguntar, ¿cómo llegaste al bosque Sombrío?
Las manos de Monic temblaron y se pinchó con la aguja.
– Lo siento – dijo Esmeralda.
Monic miró la sangre que goteaba de su dedo y sonrió ligeramente – nací con esta apariencia, tan blanca como la luna llena. Mi familia culpó a mi madre de infidelidad, dijeron que había dormido con un espíritu y que yo era una criatura corrupta.
– ¿No lo eres? – preguntó Esmeralda y se cubrió la boca – lo siento.
– Quizá – respondió Monic y se levantó – terminaré con el trabajo otro día. Debo retirarme – susurró y volvió a ser un venado.
Esmeralda se golpeó la cabeza con los puños para castigarse por haber sido grosera y miró la habitación vacía con tristeza.
Ese sentimiento fue más persistente durante la cena, Casian la miró y notó el tiempo que Esmeralda se tomaba antes de dar un pequeño bocado.
Casian frunció el ceño – hablaré con el personal de la cocina y les pediré que cambien el menú.
– ¿Qué?, no, ¿por qué? – insistió Esmeralda.
– Si no te gusta, no te fuerces a comerlo.
Esmeralda no quería seguir equivocándose – basta, fue mi culpa, no me hagas sentir peor.
Casian tomó la mano de Esmeralda para detenerla, antes de que ella volviera a golpearse la cabeza – ¿qué ocurre?
Aún con la culpa, Esmeralda accedió a contarle, le habló de sus dudas y de lo inútil que se sentía, porque, sin importar cuánto se esforzaba, no alcanzaba a entender cómo funcionaba ese mundo y por qué, era tan diferente a los libros que pasó toda la vida leyendo.
Casian la abrazó.
A la mañana siguiente, después del desayuno, Esmeralda entró a la habitación de costura y vio a Monic, junto a Casian.
Monic le mostró una reverencia – lamento mi huida, si usted lo desea, le contaré mi historia.
Esmeralda supo que jamás dejaría de sentirse culpable y también le dedicó a Monic una reverencia – me disculpo por mi comentario, guardaré silencio y lo escucharé. Muchas gracias.
Monic sonrió y comenzó a relatar su historia – debido a mi apariencia, a los cinco años me llevaron a un templo, ahí dijeron que yo era producto de una relación prohibida entre un ser humano y un espíritu corrupto, también me explicaron que no se suponía que debía estar vivo.
Esmeralda no dijo ni una sola palabra, pero apretó las manos en puños por la frustración.
– Para purgar mi pecado, se me condenó a pasar el resto de mi vida en el templo y me obligaron a usar un velo y una túnica para cubrir mi apariencia. Solían llamarme, “fantasma”, Durante los días de verano, la túnica era insoportable, por eso comencé a confeccionar mi propio guardarropa. El templo tenía una biblioteca y técnicas de costura muy refinadas, pensadas para los mantos de los sacerdotes y las monjas, gracias a ellos aprendí a tejer, a bordar y a coser. Una tarde, una princesa miró mi túnica y alabó mi tejido, una semana después, su padre envió por mi al templo y me contrató como sastre de la familia real. No preguntaron mi opinión, solo, me llevaron con ellos.
Esmeralda sintió una punzada en el corazón.
– Por varios años, me dediqué a la costura, trabajaba con la reina y con sus cuatro hijas que constantemente me pedían vestidos más detallados, brillantes y coloridos.
Esmeralda desvió la mirada.
– Un día, uno de mis asistentes quemó la tela que iba a convertirse en la túnica del rey para la celebración de su cumpleaños y no había repuestos, el rey me culpó por el error y me envió a conseguir más tela – hizo una pausa y miró a Casian – el puente no estaba terminado, Casian les pidió a los guardias del palacio que tomaran otro camino, pero la tela debía llegar a tiempo para la celebración, los guardias condujeron, hubo una tormenta, el lago se desbordó y la corriente nos atrapó – continúo Monic y miró hacia el horizonte – yo logré aferrarme a la rama de un árbol, pero uno de los guardias me vio, me golpeó en la cabeza y se aferró a la misma rama para salvar su vida. Mientras me hundía, vi una luz extraña, la seguí y llegué aquí, al bosque Sombrío. El guardián del bosque me dio la oportunidad de irme, y también me ofreció quedarme, gracias a él puedo existir en este bosque – al finalizar su historia, sonrió.
Esmeralda bajó la mirada – gracias.
Su familia, no era diferente de la familia real de esa historia, su padre tomaba decisiones que marcaban el destino de miles, sin jamás preguntarles, solo porque él era el rey y esa era su decisión, su madre era igual, en la época en la que ella y su hermano nacieron, la reina mandó a asesinar a todos los hijos bastados de su padre y ella.
Volviendo a ese día, ¿le importó la opinión de Alicia?, ella arbitrariamente decidió que Alicia necesitaba ayuda y un salario, ella decidió cuántas personas trabajarían, ¿en base a qué?, simple, a sus necesidades.
Ella dio una orden y ahora, esas criaturas que solían saltar, correr o volar libres por el bosque, habían vuelto a sus formas humanas para servirle.
Y ella, las llamó “criaturas corruptas”
¿Con qué derecho?, ¿qué la hacía diferente de sus padres?
Casian tocó su hombro – todo lo que quieras, puedo dártelo, tendrás cualquier cosa en este bosque, solo, por favor, no me pidas que te deje ir.
– ¿Por qué yo? – preguntó Esmeralda.
– Solo puedes ser tú – respondió Casian.
El corazón de Esmeralda se agitó. Por primera vez, desde que llegó al bosque Sombrío, sintió que no merecía ese amor.