Muriendo sola

Capítulo 4

-Siguiente. -digo casi a punto de dormir.

-Señorita Barrera sólo quedan tres más.

-Pues ni hablar, haber si hay alguna competente. -digo ya frustrada.

Una chica que parece tener "estilo para vestir" entra a la oficina que papá me asignó para las entrevistas.

-¿Qué sabes hacer? -pregunto a modo automático.

-Ir de compras, navegar en Internet, se usar la pc y ese programa en donde escribes con varios tipos de letras.

-A ver desubicada ¿para qué crees que es el empleo?

-¿Para asistente?

-¡Por favor! Siguiente. -grito.

-¿No es mío el empleo?

-¡Obvio no tonta! Lárgate ya.

Treinta personas y de esas treinta ni una que merezca el trabajo, ¿acaso no hay alguien que sepa trabajar?

-Me voy, estoy exhausta.

Tomo mis cosas y al abrir la puerta una chica sudorosa y desaliñada cae frente a mi, se levanta y se posiciona derecha.

-Vengo por el empleo. -dice agitada.

-Llegas tarde. 

-Lo lamento es que el bus...

-Shhh, no me interesa que me expliques tus patéticos sucesos, la entrevista terminó. -digo tajante.

-Solo entrevisteme, por favor, le aseguro que no encontrará a alguien mejor.

-Tienes un buen concepto de ti misma, eso me cae mal, pero en fin, no tengo nada mejor que hacer.

Regreso a mi silla y ella se sienta en la otra.

-¿Qué sabes hacer?

-Depende de lo que quiera que haga.

-Necesito un vestido para esta noche, limpio y planchado, ¿qué harás?

-Lo llevaré a la tintorería de su preferencia a que hagan lo que quiere.

-Una ducha, ¿cómo la preparas?

-Agua tibia o fría dependiendo de su gusto, quizá esencias o aceites.

-¿Comida?

-Todo lo apegado a su dieta en caso de hacer una, yo no toco la comida solo le llevo el plato a su habitación o a donde deseé tomar su comida.

-¿Fuiste a un curso de sirvientes o algo así?

Ella alza una ceja pero luego respira y se relaja.

-No señorita.

-Si te doy una orden debes cumplirla en cierto limite de tiempo, ¿cuánto crees que seria ese tiempo?

-No hay tiempo, su orden se cumple de inmediato.

-¿Cuál es tu nombre?

-Emma, señorita.

-¿Estudias?

-Si señorita, trabajo social. -dice y sonríe.

-No me interesa saberlo, sabes que si te contrató deberás vivir en mi casa para atenderme.

-Lo sé señorita.

Pienso por un momento, es ella.

-¿A qué hora termina tu escuela?

-Dos de la tarde. 

Tomo mi bolso y me levanto de la silla, camino hacia la puerta y antes de salir me giro y la miro.

-Mañana a las dos, te quiero puntual, y evita llegar como hoy, peínate y evita sudar también.

-Mañana no puedo, debo avisarle a mi...

-¿Quieres el empleo?

-Si, pero...

-Mira ya, toma el día de mañana para avisarle a quien quieras, el miércoles te quiero puntual.

-Si señorita.

-La dirección te la da Carrillo, te dará instrucciones precisas de como me gusta trabajar, léelas bien.

Salgo de ahí y le indicó a Carrillo que ella es, él sonríe y suspira aliviado.

-Dile a papá que ya terminé, y dile que espero eso que anoche me dijo, a y también dile que necesito más dinero, que deposite más en mi cuenta.

-Si señorita.

Salgo de la oficina y me subo al coche, estoy tan estresada que solo quiero ir a casa. Mi móvil suena, la pantalla muestra la fotografía de Pamela, contesto sin muchas ganas.

-¿Qué quieres Pamela? -ella habla del jardinero y que esta para comérselo-,  No tengo ganas, cometelo tú, si ya sé que siempre lo hacemos pero ahora no estoy de humor, agg esta bien, ya voy para allá.

Dejo el móvil en su sitio y vuelve a sonar, pero esta vez es Matteo.

-¿Qué quieres?

-Ni un "hola amor" ni nada.

-No eres mi amor Matteo, de hecho no sé porque me llamas, tú y yo ya no tenemos porque hablar.

-Vamos Scarlett, no seas así, perdóname.

-No, me aburres Matteo, en verdad.

-Bebé por favor...

-Déjate de estupideces Matteo, y no me digas bebé, madura carajo, eso de ser cursi me da náuseas, ay que horror.

-¿Qué quieres que haga para que vuelvas conmigo?

-Dos números y una frase.

-¿Cuáles?

-24 Kilates.

-Scarlett sabes que eso es...

-Es eso o te olvidas, piénsalo.

Cuelgo la llamada y el chófer me avisa que hemos llegado.

Me bajo del coche y camino directamente a la casa de Pamela.

-Señorita buenas tardes. -dice el guardia.

-Si como sea, déjame pasar.

Él se hace a un lado y me deja pasar, el padre de Pamela esta en casa, como siempre.

-Señor Rovira, ¿Pamela está en su habitación?

-Oh Scarlett, no, esta en la piscina.

-Iré con ella.

-Claro linda, estás en tu casa.

-Soy Scarlett,  no linda.

¿Por qué la gente se empeña en decirme cosas como esas?  Se supone que por eso nos pusieron un nombre, ¿no? ¿Por qué no usarlo?

Camino hacia la piscina y efectivamente Pamela está ahí, con el traje de baño más diminuto que puede haber.

-Veo que estás en plan de zorra.

-Deja que lo veas, babearas por él.-dice como si fuera lo mejor el mundo.

-Uy no sabes lo emocionada que estoy. 

-Oye si eso es sarcasmo es grosero de tu parte, ¿por qué vienes con vestido?

-Vengo de la oficina de papá.

-Necesitas un traje, tengo infinidad de trajes en la habitación, puedes tomar uno.

-Está bien. 

Subo de nuevo las escaleras a su habitación y busco un traje que me convenza.

Término usando uno que yo misma le regalé la semana pasada, bajo y camino de nuevo hasta donde Pamela y para variar ahora ella coquetea con un tipo en su jardín.

-Pamela. -le llamo.

Ella se gira y me saluda, acaricia el brazo del jardinero descaradamente, él se retuerce incómodo, y quién no, hasta yo me siento incómoda.

Pamela camina hacía acá con una sonrisa en sus labios llenos de botox.

-¿No es guapísimo?

-No, es sólo un jardinero cualquiera, Pamela. 

-No lo haz visto, tiene un gran cuerpo, yo digo que va al gimnasio, ¿a cuál irá?

-Dudo mucho que ese tipo tenga dinero para ir a un gimnasio Pamela.

-Lo inscribiré en el nuestro.

-Seguramente tu madre te matará.

-Sabes, él es hijo de la señora de la cocina.

-Que emoción.

-Señorita Pamela aquí tiene la limonada que pidió.

-Déjalo ahí Natalie

-¿Necesita algo más?

-Sí, dígame Natalie ¿su hijo tiene novia?

-No lo sé señorita, no se lo he preguntado.

-Le preguntaré.

-Si necesita algo más llámeme.

-Si Natalie, váyase.

-¿En realidad lo harás cierto? -cuestiono.

-Obviamente, este como todos caerá.

Pamela camina decidida hacía el jardinero, yo no se porqué se empeña en intimar con esa gente.