Mientras estaba en la oficina sentía como mi corazón golpeaba mi pecho, tratando de huir de esta situación tan absurda. “Cobarde, quieres dejarme sola”. Me mordía las uñas de las manos por los nervios, hasta que la puerta de la oficina de mi jefe se abrió, había tenido una reunión, salió un hombre y detrás de él, venía el secretario Suk, lo despidió y una vez que se fue me miró y se acercó. —Ven a la oficina, ahora. Yo asentí, me puse de pie y respiré hondo, la oficina del señor peligro se sentía fría, recuerdos de anoche venían a mi cabeza y todo lo que quería era llorar. ¿Cómo fui tan torpe?. ¿Acaso era yo una fácil?. ¿Por qué me acosté con él?. Sentí un escalofrío al ver su mirada gélida sobre mi, el señor Kang tenía unas ojeras qué delataban lo poco que había dormido anoche, su