2

1408 Words
Crystal Me despierto sobresaltada, no es la primera vez, las pesadillas nunca dejarán de acecharme. Crystal Wallace mira lo que queda de ti, una persona que es tan gris, que podría confundirse con la pared. — ¿Por qué no pude darme cuenta antes? —digo mientras mi mano automáticamente se desplaza a mi cuello, si aquí está.— Esa maldita bruja aún me persigue hasta en los sueños. — Las lágrimas caen sin poder evitarlo, cada noche es igual, debería ser más fuerte ahora, pero aún duele pensar en todo lo ocurrido. Es increíble lo que la codicia hace en las personas, los vuelve animales. Es irónico decir eso, ya que soy una loba, o mejor dicho en unos días lo seré. Debería estar feliz, pero, estoy sola. Mi familia murió junto con toda mi manada tratando de hacer que huyera y llevara conmigo nuestro mayor tesoro. Ella nunca lo tendrá es mío, sólo mío, me pertenece. Vivo con unos amigos de mis padres, ellos conocen nuestra identidad y lo que sucedió. Se apiadaron de la ahora huérfana Crystal, dándome todo el cariño que le hubieran dado a un hijo, si lo hubiesen tenido. Sé todo lo que hay que saber de los lobos, viví en mi manada durante quince años. Bajo silenciosamente a la cocina, tratando de no despertar a los Parker. Una vez allí me sirvo un vaso de agua, necesito volver a dormir o mañana no serviré. — ¿No puedes dormir Crystal? — Bea Parker me mira con compasión. — No puedo, tengo muchas cosas en mi cabeza.— demasiados recuerdos. — ¿Quieres contarme? — se sienta a mi lado y toma mi mano. — En unos días es mi cumpleaños. — Lo sé, estoy esperando darte tu regalo.— se entusiasma. — Si, pero me gustaría que mis padres estuvieran conmigo— bajo la mirada.— Va a ser mi primera transformación, muchas veces planeamos como sería y ahora...—me callo antes de que todo se vuelva lágrimas. — Te entiendo, también extraño a tu mamá, era como mi hermana, sólo que con pelo.—dice haciéndome reír.— Ellos te amaban mi niña, dieron su vida para protegerte y créeme cuando te digo que con Jared haríamos lo mismo. — No permitiré que los lastime a ustedes también.—nunca los lastimaran. —Crystal, no puedes evitar que te protejamos, somos como tus padres ahora, nadie te lastimara. — No podré esconderme por siempre, está decidida a encontrarme. No puedo creer que fui tan idiota.— cubro mi rostro con mis manos. — Ella te engañó. Se hizo pasar por tu amiga, cuando la vi, también creí que tenía dieciséis. No aparentaba su verdadera edad.—dice suspirando. —Doscientos años tiene esa bruja. No puedo creer que haya hecho tanto por adquirir más poder. — Tus padres tampoco se dieron cuenta, no sigas culpándote, sólo te lastimarás más. - Es mi culpa, era mi amiga, o eso creía. —acudo mi cabeza. — Hablando de tu transformación, ¿Has pensado en tu mate?. Cada día, cada día solo puedo pensar en si aparecerá, pero también pienso lo peligroso que seria. — No, es decir, ¿Cómo lo encontraría?. Me encuentro apartada de alguna manada— es la verdad. — Con Jared hemos decidido ir a la manada "Cruz de plata" tenemos algunos conocidos allí, y tú necesitas a alguien que conozca del tema, que pueda ayudarte.— se retuerce las manos con nerviosismo. — No lo necesito, aquí estamos más seguros. — Pero nosotros no entendemos nada sobre transformaciones.— baja su mirada con culpa. — No tienen porque saberlo. No se dan una idea lo agradecida que estoy por haberme cuidado desde la muerte de mis padres.— digo secando un par de lágrimas que cayeron. — Y lo seguiremos haciendo, por ese motivo iremos a la manada dentro de cuatro días. — De acuerdo. Si ustedes creen que es lo correcto es lo que haré.— me levanto y la abrazo. — ahora iré a intentar volver a dormir. — Si mañana tienes que ir a la escuela, no escaparas de esa obligación. — dice subiendo junto a mí las escaleras. — Buenas noches Bea—digo besando su mejilla. — Gracias por escucharme. — Siempre mi niña.— sonríe antes de entrar a su habitación. Una vez en mi cama intentó volver a dormir, aunque tardó un poco lo logró. Horas más tardes me despierto, pensando en el sueño que acabo de tener. En el un hermoso y gran lobo negro como la noche me miraba, no sé si era uno de los que me perseguía, no logró recordarlo. Quizás fue mi loba mostrándose, aunque no lo creo, eso no pasa. Y además, parecía ser macho. — ¿Quién eres bello lobito?- me pregunto mientras miro en techo.— ¿Serás aliado de Alice? —sonrío.— Ojalá no lo seas. En la cocina encuentro a los Parker terminando el desayuno, en cuanto me ven sonríen. —Buenos días mi niña, veo que pudiste volver a dormirte anoche—le devuelvo una gran sonrisa. —Buenos días Bea, Jared. Si por suerte pude volver a dormir, gracias de nuevo por escucharme. — Siempre que lo necesites. — Bea ya me dijo que te contó sobre nuestro próximo viaje.— Jared me mira con cuidado.— ¿En verdad estas de acuerdo con la idea? — Si, si ustedes creen que es lo mejor, yo también lo creo. — Cariño, sólo queremos que sea lo más fácil posible para ti.— da una mirada a Bea — Estarás rodeada de personas que pasaron por sus transformaciones, podrán aconsejarle. Y nosotros estaremos contigo también. —Gracias por todo lo que hacen por mí.— mis ojos empiezan a empaparse. — Te queremos mi niña, como dije anoche te protegeremos, no se acercarán a ti. — También los quiero.—son lo único que me queda— y también los voy a proteger. —Crystal no dejaremos que te expongas. — Jared me mira serio. — No voy a perderlos a ustedes también, por la codicia de algunos seres.— frunzo el ceño. —Si, ¿Dónde está ahora el collar?—mira mi cuello y como un reflejo mi mano va hacia allí. — Aquí, siempre está conmigo. Desde el día que me fue otorgado no me separo de él.— y no lo haré — Ten cuidado, aunque aquí está seguro, cuando lleguemos a la manada debes procurar que nadie lo vea. —Lo se Jared, voy a protegerlo con mi vida, es mi responsabilidad. Aún recuerdo el día en que recibí el collar. — Feliz cumpleaños mi amor— mamá tenía su sonrisa tan grande y sincera. — Gracias mamá, ya falta menos, en dos años podré conocer a mi loba.— y luego buscar a mi mate. — Feliz cumpleaños pequeña, lamento la tardanza tuve que resolver unos asuntos.—dice mi padre entrando a la habitación. —Gracias alfa papi-sonríe de lado.— pero me sigues debiendo un gran abrazo. Él viene a abrazarme y sonrió. — Pequeña aquí tenemos tu obsequio.— ellos se miran antes de hablar. —Esto es algo que debes proteger, es tuyo desde que has nacido, pero tiene tanto poder en su interior que muchos querrán lastimarte por él. —Pero no tienes que preocuparte, siempre estaremos para protegerte. Es tu collar, el collar entregado a nuestra manada por la misma diosa Luna, para ti. Abro el paquete encontrándose con un collar que tiene un pequeño lobo rodeado de rosas y en su fondo parece estar la Luna y su reflejo. — Es hermoso, justo para nuestra manada "reflejo de luna" —digo acariciando el collar—lo cuidaré con mi vida nadie lo tocará jamás. — Una vez que te hayas transformado serás capaz de controlar los poderes en él, pero siempre intenta hacerlo para el bien, es muy fácil ceder ante la avaricia. — No lo haré papá, ustedes me criaron con amor y cariño, no podría ser diferente a ustedes. Los amo. — Te amamos también mi amor—los brazos de mamá están a mi alrededor, mientras papá besa mi frente. Terminando el recuerdo, siento las lágrimas en mis mejillas. Miro a los Parker que me miran con tristeza. — Cuando me lo dieron prometí protegerlo y nunca permitir que se use para el mal. Y eso es lo que haré, mis padres me educaron con amor, con tanto amor que creo que nunca podré sentirlo de esa manera de nuevo. — Lo sabemos mi niña, eres tan buena como tu madre lo fue, y serás algún día una líder tan fuerte y justa como tu padre.— Bea me mira desde detrás de los brazos de su esposo. —Eso espero Bea.— espero parecerme a ellos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD