Martina sintió unas manos cálidas y firmes sobre su cintura. Su espalda chocó contra el cuerpo de ese hombre y esbozó una sonrisa. Lo reconocía. Su cuello fue invadido por los labios de él y cerró los ojos para disfrutar de aquel gesto, mientras tiraba la cabeza hacia atrás para darle acceso. —¿Te dije que me encanta tu perfume? —interrogó él con suavidad. Ella giró para mirarlo a los ojos y pasó sus brazos alrededor de sus hombros. —Me lo dijiste mientras me dabas contra la pared —murmuró. Javier sonrió. Estaba por hablar, cuando todo se apagó y una explosión invadió el silencio. Mucha gente gritó, pero los de seguridad tranquilizaron diciendo que un rayo había caído bastante cerca y que por eso se cortó la electricidad. Mientras todos estaban preocupados, la pareja aprovechó el m