1. No aceptado

3044 Words
Hera Kade La punta del bolígrafo golpea contra mi labio inferior de forma seguida analizando la información que tengo acerca del rey y la plebeya del reino vecino ¿Porque los hombres son tan difíciles? No es difícil aceptar que la ama, el no la acepta como su alma destinada pero tampoco la deja ser feliz con otro. Suspiró molesta. — Y tampoco me deja intervenir — me quejo conmigo misma. Es mi trabajo darle una segunda oportunidad a almas como ella en el amor pero el sabe cómo atarme de manos para que no lo haga, la ama, no me cabe duda pero no lo suficiente como para ir contra su orgullo, estúpido, mi análisis es meticuloso y no hay dudas pero es tan idiota como para preferir el poder sobre el amor. Me gustaría encontrar a alguien cercano aun destinado para ella pero el es su destinado original y el segundo destinado podría salir afectado. — Adelante — digo antes de que toquen la puerta. Odio ese sonido, me desconcentra. — Majestad — me saluda Lucía mi mano derecha. — Lucía — respondo cerrando la carpeta virtual en la pantalla — ¿Que necesitas? — Su reunión con el concejo — me recuerda amablemente — ellos ya están aquí y desean la reunión se haga cuanto antes. Lamo mi labio inferior poniéndome de pie. — Vamos — acepto caminando a la salida de las grandes puertas de mi espacio de trabajo. — Se ve estresada — comenta distraída. — Leo ama a Alessia pero prefiere a Alba por su reino ¿Cómo puede preferir a Alba sobre Alessia? Alba mato a su destinado — comento con el corazón en la mano. Aún me duele, él era un ser lleno de amor pero no estaba a su nivel, creo que ella es peor que Leo porque no quería estar con él por ser pobre pero no podía verlo con otra, lo prefirió muerto, no hay día que no sienta culpa por esto. Soy responsable de que encuentren el amor de su vida, su alma gemela, su otra mitad, el ser destinado para ellos pero no soy responsable de sus actos. Puedo descubrir los lazos de una alma a la otra, todos vienen unidos y yo debo terminar de hacer el proceso, buscar entre muchos para unirlos. Algunas veces así sea tu alma gemela no termina bien. Eso no evita que sienta menos culpa. — Creo que debemos estar muy atentos a ambos — expreso hacía Lucía. — ¿Porque? — pregunta haciendo mi cabello aún lado. — Leo es peor que Alba, y Alessia es un alma muy dulce, puede salir afectada por ambos, Alba puede atacarla para quitarla del camino, sabes que si unen sus reinos se harían muy poderosos. Suspiró resignada, nadie creería que es unir almas destinadas es mi habilidad, el poder que gobierno es el amor, entre otros, a veces deseo que cupido exista pero el es más confiable para humanos... Si es que existe porque yo nunca he presenciado su poder ni a él, yo lidio con seres sobrenaturales. — Lo se, he mandado a custodiar a Alessia. — Eso suena bien — me sonríe — hemos llegado. — Su majestad — los guardias me regalan una reverencia. — ¿El concejo ya está dentro? — Si su majestad. — Bien, por favor abran la puerta. Ellos asienten con la cabeza, las puertas se abren y encuentro a cuatro hombres y dos mujeres en el interior de las sala de reuniones alrededor de la mesa, les sonrió a todos los presentes con amabilidad, solo unos de ellos me regresan la sonrisa y asentimiento de cabeza. Ambas mujeres son amables conmigo a la vez delicadas. — Su majestad — dice uno de ellos. — Señor — saludo olvidando su nombre. Realmente no es que no lo sepa solo que no estoy segura que ese sea su nombre o de otro de ellos. El concejo es complicado y la última vez me equivoqué diciendo sus nombres, creo que eso les ofendió. — ¿Cómo te encuentras Hera? — pregunta la señora Ava. — Bien gracias, podemos sentarnos por favor ¿Desean algo? — pregunto tomando asiento en la cabecera de la mesa. — No, queremos ser breves y precisos — responde el mismo hombre del inicio. — Supongo que es muy importante y urgente ¿En qué les puedo ayudar yo? — pregunto atenta a sus peticiones. Me encanta ser servicial porque aunque no se diga ellos saben que por cada petición que conceda me deben un favor. — Jareth. — Iven. — Alaric. — Alden. — Magnus. Cada uno de ellos dice el nombre de mis destinados erizandome la piel, a excepción de Alden, es el único que desconozco, solo se que es uno de nuestros maximos gobernantes, trato de estar tranquila, Lucía frunce sus cejas. — ¿Que sucede con nuestros reyes y guerreros? — pregunto con seriedad y formalidad — El nombre de ellos siendo dicho por ustedes bajo mi techo me suena algo peculiar. — Están rebasando sus límites — se queja Shayan. — Puede ser más clara por favor — pedí aún teniendo una idea de lo que pueden estar hablando. No daré el más mínimo indicio de revelar mi enfermiza obsesión con mis destinados, una obsesión que me está lastimando mucho. Lo que ellos recién sabe yo lo he sabido todo el tiempo. — Verás... Yo sé que tú eres un alma pura y no deberías oír esto — habla Shayan con respeto ante mi presencia. — Es por lo mismo que me gusta ayudar Shayan, díganme por favor, no quiero que sigan en esta penumbra. — Una de nuestras reinas de las ciudades vecinas se ha visto afectada por ellos, ciertamente se siente humillada e innumerables mujeres más también — comienza Thea mirando a los demás hombres del concejo que la dejan hablar a ella para bajar un poco lo difícil y problemático que es esto. «Hablan de sus peculiares gustos sexuales» No tengo duda pero ¿Cómo lo saben? Hace hace unos días tal vez nadie conocía de eso, solo tienen la reputación de mujeriegos pero no de la qué ahora pueden decir fetichistas. Algo que de cierta manera me causa gracia ¿Karma? es probable que sea lo que están viviendo. Trato de contener una sonrisa de burla, no se sienten humilladas por el gusto s****l de mis destinados se sienten humilladas por no ser las elegidas pero ese lugar nadie de ellas lo pueden alcanzar, ni ellas ni yo que soy su destinada, me preguntó ¿Cómo pueden ser tan estúpidos para no elegir al tipo de mujeres que si entienden solo una noche y nada más? Me sonrojo por mis propios pensamientos pero lo he notado, hay mujeres que aceptan eso de ellos, pueden elegir más de ellas y no darme problemas a mi. «No saben ni de tu existencia» En realidad la saben, saben que existo, quién soy en nuestro mundo pero no que soy en su mundo o de ellos. — Eso no explica porque quieren que Hera interfiera — habla Lucía por mi confundiendome. ¿Ellos hablaban? Estoy distraída... — Los problemas son demasiados, varios reyes se están revelando ante ellos, quieren sustituirlos sin contar que los padres y concejo personal de las reinas afectadas exigen una respuesta por esta humillación tan obscena... — ¿Cuántas reinas son? — pregunta Lucía. — Tres. Soy espectadora de la información que ya conozco. — ¿Quienes son? — Malika, Leonia y Nara. Esas perras. — No me sorprende — responde Lucía como si supiera lo que pienso. El concejo tensa la mandíbula. Mi cabeza viaja al momento que las ví salir a cada uno de su casa, dolió mucho saber lo que hacían pero al menos solo fue algo de cama, no había otro tipo de afectó cuando terminaban, siempre eran lo mismo. Ni un beso, ni un abrazo, absolutamente nada solo un "Un auto te espera afuera" si ellas iban con un auto no había ni palabras. Si aceptan ese trato ¿Porque se quejan después? Desde un inicio los he oído, después de que le dan un poco de lo que a ellos les gusta sueltan su muy común frase "Solo quiero un polvo, sino puedes con mis gustos retírate". Ninguna se retira, siempre es "Son tan atractivos y candentes" "Es difícil decir no así solo sea una vez" "No podría decirle no a ninguno de ellos" ¿Por qué se escandalizan después? Ellos son claros. Así odie como lleven su vida. — Es importante que tú encuentres las mujeres indicadas para ellos que puedan... — No — espeto sin poder contenerme, eso nunca — ellos han mantenido nuestro mundo a salvó Shayan, solo usan cualquier pretexto contra ellos. — Pensamos lo mismo pero no podemos hacer nada si ellos son mayoría... — Mayoría pero no superiores a ellos, los reyes que hablan seguramente son reyes de los pueblos bajos y pequeños ¿Me equivoco? — No lo haces Hera pero recuerda que debemos respetarlos. Nosotros pero si ellos se enteran deberían saber que sus reinos serán polvos al amanecer, me estremezco del miedo, es por eso que me mantengo al margen, este reino es mi responsabilidad y nunca dejaré que algo similar les pase, ingenuos son los que creen poder ir contra ellos. — ¿Que papel tengo yo aquí? — voy al punto. — Varios Reyes que temen a revelarse nos han pedido que ellos sienten cabeza, las reinas que han estado con ellos se sienten muy deshonradas, especulan que usan solo a las mujeres para su placer y gusto, si ellos tuvieran una esposa... A sus destinadas y así formar una familia con ellos sería más fácil. Me estremezco comprendiendo lo que me piden. — Quieren que les consiga mujeres — digo entre dientes. Demasiado molesta para querer seguir oyendo esto. — Su destinada sería lo mejor pero creemos que sino ha llegado es porque no la has encontrado — habla Shayan. — No, no la he encontrado, me tomo en serio mi trabajo — respondo con la soga al cuello. — Entonces solo queremos que encuentres mujeres cercanas a ellas, a sus destinadas, para poder tranquilizar la multitud. — Me tomo en serio mi trabajo — repito entre dientes — lo que me piden va contra mi ética, no juego con el amor de dos almas destinadas, me niego, lo que yo manejo es el lazo entre almas no un prostíbulo — casi se ahogan con mis crudas palabras. — Los van a sustituir. — No lo harán si ellos los hacen polvo primero, en ves de estar acá como madres y padres de ellos pidiendo busque a la mujer indicada deberían ir con los reyes que parecen ciegos y advertirlos de su error — aclaro. — Hera este es tu trabajo — me recuerda Amadeo parte del concejo. — Mi trabajo es el amor puro. — Y el engaño — Me recuerda Thea. — Mi madre lo habrá hecho ¡Yo no! Me niego, va contra mi ética, soy fiel y leal a mi misma, no lo haré, si esto es todo les pido que se retiren porque es mi última palabra, no. Lucia me mira con sorpresa y el concejo ni se diga, nunca pierdo los estribos pero esto me sobrepasa. ¡Ellos son míos! Puedes tirarse a cuánta mujer se les de la gana pero no formar una familia con ninguna. Lucia habla con el concejo por mi, yo me voy a mi habitación dejando ellos se desenvuelvan, miro los colores cálidos de mi habitación, me acercó a mi oso de peluche en la cama, me acuesto sobre el y lo abrazo. — Buscar una destina para mis hombres — espeto entre dientes molesta empuñando a mi oso — solo yo puedo tomar ese lugar — adelante — le digo a Lucia antes de que toque la puerta. La abre con delicadeza. — Hera ¿Te encuentras bien? — No les buscaré mujeres Lucía, ellos solo pueden pertenecer a sus destinadas, el tiempo no es un límite para nosotros. — ¿Y si ellas no existen? — Siempre llegan — aclaro. — Llevas pocos años en este trabajo Hera, tu madre murió muy joven y has madurado correctamente acerca de tu trabajo pero debes saber que en casos como estos debemos tomar medidas. — ¿Quieres que lo haga? — pregunto sentándome en la cama. Me parece increíble que me este pidiendo esto porque no va con su ética. — Que hagas el intento, mira si hay mujeres compatibles con ellos. — Así las encuentre ellos se van a deshacer de ellas porque no son sus destinadas. Algo que al inicio me dió escalofríos cuando lo noté fue que no era destinada de uno de ellos sino de cinco, sigo descifrando a Alden, es el único que no se deja ver, me preguntó como entro en esta polémica, al final de todo ser destinada de cinco es loco, lo mire imposible porque son hombres realmente temerarios. He visto destinados de una sola mujer y destinadas de un solo hombre pero nunca había pensado que eso me pasaría a mi. — ¿Podemos intentarlo? Pondremos guardia como lo estamos haciendo para Alessia, no estaría mal que ellos sienten cabeza. — Una esposa nunca los hará sentar cabeza si no es su destinada Lucía, si no es su destinada ellos le serán infiel y así sea su destinada, nada nos asegura que exista una fidelidad de parte de ellos, lo sabes. — Se sabe que no tienen una vida personal estable pero es destinada... — Alba mato a su destinado y así como ella te puedo dar múltiples ejemplos ¿No has pensando que ellos puede sea por eso que su destinada no existe? Lucia asiente con la cabeza de forma pensativa. — Puede ser pero los quieren destituir. — Por mujeriegos ¿Crees eso es lógico? No, nadie mantendría como hasta ahora ellos mantienen esos reinos y gobernato sobre los demás... — Creo que es lógico, son mujeriegos, sádicos, crueles, déspotas, fríos, malignos, intimidantes, dominantes y atemorizantes. Sonrío con gracia. — ¿Eso no es una bandera roja para que las mujeres no se acerquen a ellos? — Lo es pero no todas las mujeres siguen su instinto de sobrevivencia. — Las tres reinas son ambiciosas, si hacemos esto justo tal vez no logren nada... — ¿No me oíste? Su pueblo a ellos les temen y tal vez si los respeten pero en el momento que vean una oportunidad para cambiar de reyes lo harán. — Nadie cambiaría a unos reyes atemorizantes por unos ambiciosos que no les dará poder sino pobreza. — Hera esto no eres tú, hoy estas muy... Inflexible¿Hay algo más por lo que te niegas? — pregunta suspicaz. Nunca dudo de mis respuestas. — Lo hay y es que no voy arriesgar a mujeres por esto, las pueden matar o destruir... Esa mujer soy yo. — ¿Les temes? — pregunta cautelosa. Me estremezco y analizo su pregunta. Son mi jodida obsesión. — No creo que la palabra temer sea la correcta, es más desconfianza. — Te daré el día de hoy y mañana para que te relajes y pienses en esto, creo que esto te está afectando más de lo que crees. Se retira de mi habitación dejándome respirar. — ¡AHHH! — grito tirando una almohada — esos imbéciles ¿No podían tener más cuidado con la elección de su polla? ¡Dios perdóname! — hablo a la nada casi histérica. Me sacan de mis casillas y aún no los tengo frente a frente, eso me estremece mucho peor, si algún día los tengo frente a mi sabrán que soy su destinada. Trago grueso dejando caer con el peluche al lado lo abrazo. Así consiga las mujeres que me piden ellos tal vez quieran matarme, descubrirán todo e igual desearan matarme en caso de que no sea así, ellos se pueden enamorar de ellas y eso no lo puedo permitir. «¿Realmente crees que ellos se pueden enamorar?» Lamo mis labios sabiendo que no, analizo toda la tarde mi opciones orando por la mejor decisión me pongo de pie saliendo de las cuatro paredes. Recorro el pasillo ignorando a los guardias, me detengo entre el camino a mi estudio o el camino a mi trabajo. Optó por la segunda, salgo al jardín y recorro un largo camino al jardín del amor donde puedo cerrar los ojos y encontrar a sus destinados, ello nacen siendo almas gemelas, es mi obligación encontrarlos en el mundo y juntarlo en la vida, la obligación de ellos es reconocer a su destinado, me detengo a medio camino sintiendo un aire escalofriante por todo mi cuerpo, giro al lugar en el que proviene, la luz en una de las habitaciones del castillo llaman mi atención. Es mi estudio, una silueta se pasea por mi estudio sin percatarse de la ventana, regreso por dónde caminaba casi corriendo, le doy una mirada a uno de los guardias para que me siga, en mi estudio escucho pasos, intento abrir la puerta pero está con seguro, me giro al guardia. — Abran la puerta — ordeno tensa. Entre tres comienza a tratar de abrirla, se tardan más de lo que imagino, uno de ellos patea con fuerza, la puerta revira contra la pared, entro a la habitación dispuesta a enfrentarme a quien invade este espacio sagrado. Jadeo observando nada, miro todo el lugar, una estatua de miles de años ya hace quebrada en el piso, me acerco a ella con enojo, las hojas de mi diario de estudio guardado en la caja fuerte giran por el aire, lo veo con atención poniendo mi mano sobre sus páginas me percato faltan unas hojas. — No... — jadeo sin aire tomando el diario comienzo a revisarlo como loca — No, no, no... — niego con mi cabeza golpeando la mesa — mis apuntes... Mis hojas han... Han desaparecido... — mis guardias me miran preocupados — ¡Busquen al ladrón! — ordeno con fuerza. Esas no son simples hojas, son sobre ellos y yo, ahí dice que somos... Me desmayo sobre la alfombra.
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