Un encantador consuelo

1265 Words
Entramos al hotel y un empleado sube mis maletas. Lucas me invitó a tomar un café en la hermosa cafetería que parece salida de un cuento de hadas. Miro hacia todos lados como una pequeña niña asombrada. —¿Te gusta, Sarah? —Es increíble, Lucas, y el café es delicioso. —¿Quieres hablar de Matthew? —¿Cómo sabes que...? —Sarah, sé que Matthew cambió y aunque no tengo mucho que decir, si puedo ayudarte lo haré. Ahora pregunto, ¿quieres que te diga toda la verdad? —Sí, no importa cuán doloroso sea, deseo escucharlo. —Está bien, te lo diré. Todo fue por las malas influencias, y yo también tengo la culpa. Lo molestaba por su físico, lo llamaba fracasado y me arrepiento mucho de eso. «Yo fui la gota que derramó el vaso. Un día me acusó con el director porque me escapé a beber y estar con algunas chicas. Me castigaron y me quitaron el rango que me había costado mucho conseguir. Así que le propiné, junto a mis amigos igual de imbéciles que yo, una paliza que lo dejó muy mal. Después de recuperarse, lo vi hablando con una pandilla fuera del servicio militar. Ese bastardo era Calum, era conocido por hacer trabajos sucios y casi matar a un tipo, pero como era menor solo había estado seis meses en la cárcel. A los días me enteré de que se unió a ellos y un día, que yo salí a dejar la basura, me golpearon hasta casi matarme. Calum me dijo que ahora todos respaldaban a Matthew ya que era uno de ellos. Semanas después, Matthew llegaba muy ebrio al entrenamiento y hasta los militares lo respetaban. También me enteré de que la iniciación de Matthew para entrar al grupo de Calum fue acostarse con la chica del enemigo, esa chica era mi novia. Se volvió un tipo difícil de tratar y el Matthew que tú conocías se perdió con esos imbéciles. Sarah, yo tuve la culpa de todo, lo siento tanto, entiendo si nunca quieres volver a hablarme. Lo pienso por un momento y me duele escuchar todo esto. Como siempre, el bastardo me engañó y se juntó con esos tipos. —No te preocupes, es algo del pasado. Lo siento, quiero ir a mi habitación. —Está bien, lo entiendo. No te preocupes. Me levanto de la mesa y salgo de la cafetería, camino al hotel hasta llegar a mi habitación, abro la puerta, arrojo los zapatos y me dejo caer sobre mi cama. No puedo mentirme a mí misma, escuchar que la iniciación de Matthew fue esa me dolió. Yo esperaba un hijo suyo mientras él se acostó con otra y me hizo sufrir como si la culpable fuera yo, no lo entiendo. Debo seguir adelante y dejar de pensar en ese maldito. Estoy aquí para ser feliz y disfrutar de mi libertad. Durante todo el día me quedo en mi habitación viendo algunas películas. Por la noche, alguien llama a la puerta. Abro y es Lucas con su pequeña en brazos. —¿Quieres venir a una fiesta? —¿Fiesta? —Sí, es una fiesta privada de pizza. ¿Quieres unirte? —me pide la pequeña. —Déjame cambiarme. ¿En qué número es su habitación? —No te preocupes, Sarah. Es en pijama. Creo que estás lista. —Está bien. Tomo las llaves y los acompaño a su habitación. No entiendo por qué acepté. Quizás no quiero estar sola. Extraño tanto a Jenn. No debí dejarla. Yo la crié y siento que me falta una parte de mí. Aunque me siento molesta con mis padres, también los extraño. Un nudo se acumula en mi garganta. Llegamos a la habitación de Lucas y su pequeña. —Aún no sé tu nombre, pequeña. —Soy Alisa, pero mi papi me llama Aly. —Es un placer, Aly. —Amor, ve adentro y pon una película, yo quiero hablar con Sarah. —¡Está bien, papi! La pequeña se va y Lucas me toma de los hombros. —Sarah, entiendo lo que sientes en este momento, mi esposa, que en paz descanse, tenía a un maldito abusador y sus padres aún así querían a ese bastardo solo por tener dinero. Por eso me encargué de ese maldito y me llevé a mi entonces novia conmigo, pero ella a pesar de todo sentía culpa y extrañaba a sus padres. «No sientas culpa, linda. Es normal que los extrañes, y si también aún amas a Matthew, es él un gran perdedor, eres una mujer preciosa e increíble, y quiero disculparme. Por la mañana te dije que me gustabas cuando éramos jóvenes, realmente no quería hacerte sentir incómoda. —No te preocupes, Lucas. —Toma, este móvil no se puede rastrear, llama a tu familia y diles que estás bien, recuerda que por más molesta que estés con ellos son parte de ti, y si una parte falta en tu corazón no podrás vivir tranquila. Lucas se va y me deja sola, ¿en verdad ese hombre tan atractivo y maduro es Lucas? Bueno, creo que las personas cambian al crecer. Le llamo a Jenn y ella responde, escuchar su voz me hace sentir tan feliz. —¡Hola! —Hola, hermosa. —¡¿Sarah?! —La misma. —Oh, estaba tan preocupada, te extrañaba tanto. Por favor, dime que volverás. Te extraño tanto, hermana. No sabes lo que pasó, es una bomba. —¡¿Papá y mamá...?! —¡No, no te preocupes, no se trata de ellos, se trata de Matthew! —Jenn, si hablamos del bastardo de tu hermano corto la llamada. —No lo hagas, escucha, Sarah. Te lo diré sin rodeos. —Bueno, dime, Jenn. Matthew dejó a Angelika, se enteró de que la bebé no era su hija y que esa mujer tenía un esposo mayor que estaba con ella por su fortuna, al igual que estaba con Matthew por la misma razón. La bebé resultó ser del hombre con el que ella está. Una felicidad crece dentro de mí, sé que soy muy tonta por sentir esto, pero ese hombre se lo merecía. —¡¿Qué demonios haces, Jenn?! Juro que pagarás por esto. ¡Es Matthew! —¡Dame el celular, Matthew! ¡Eres un maldito imbécil! —¡Escúchame bien, Sarah! Para tu información, yo estoy muy bien y ya tengo a otra mujer hermosa en mi vida, así que no te sientas tan feliz. Quiero que regreses y quiero el divorcio. Ese maldito papel legal que nos une tiene que romperse. —¡Sarah, linda, la pizza se está enfriando! —¡Ya voy! —¡Sabía que eras una maldita perra! Mi madre ha llorado por ti y tú te fuiste con un hombre. —Yo... Él cuelga y siento que quiero gritar y arrojar todo lo que tengo enfrente. —Sarah, ¿qué pasó? ¿Tu hermana discutió contigo? —No, no fue eso, Jenn está bien, lo que pasa es que Matthew nos escuchó hablar y le quitó el celular a Jenn y me dijo muchas cosas. Él se acerca, me besa la frente y después me abraza, no puedo evitar llorar, me siento tan avergonzada en este momento, pero he reprimido por tanto tiempo estos sentimientos. —Tranquila, hermosa, llora y saca todo afuera, si quieres golpearme también puedes hacerlo, pero no te quedes con esos malos sentimientos adentro. Sus manos cálidas me ayudan a tranquilizarme, no puedo entenderlo, pero me siento protegida, solo necesitaba esto, un hombro para llorar.
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