El humillante recuerdo de la noche de bodas volvió a su mente cuando Isabela encontró a Katherine Jones sentada cómodamente en su cama matrimonial, como si fuera la verdadera dueña y esposa de Travis, ¡Que descarada! —T-tú... ¿Cómo entraste aquí? — Isabela siseó, con la ira subiendo a la superficie de su rostro mientras una mirada furiosa se formaba en sus ojos. Katherine no dijo nada, en su lugar, simplemente miró a Isabela provocativamente, como retándola con esos ojos que la veían como pantera a punto de cazar a su próxima víctima. Tras unos segundos la puerta del baño se abrió detrás de ella y Travis salió con una toalla de baño envuelta alrededor de su cintura mientras su cabello mojado se pegaba desordenadamente a su rostro. El corazón de Isabela se rompió en pedazos en ese momen