—El nombre del cómplice del señor Rodrigo es Melvin Montoya… —Kennedy intentó repetir sus palabras, asegurándose de que su jefa hubiera oído la información que pretendía transmitir, pero de pronto, Isabella lo interrumpió. —No. Por un momento, Kennedy se quedó confundido, incapaz de descifrar la emoción que teñía la voz de Isabella, haciéndola sonar diferente a su habitual melodía suave. —Algo debe haber salido mal con ese análisis, debe tratarse de algún tipo de error, pero no puede ser Melvin —afirmó, rechazando de plano lo que su asistente le había dicho. Estaba completamente segura, porque, a diferencia de Kennedy, quien llevaba menos de seis años en la familia, ella siempre había formado parte de los Montoya y ella había presenciado la muerte de Melvin Montoya. Había visto su cu

