Poco después de su arrebato, Anastasia había sido llevada de vuelta al café y sentada en una sección menos concurrida, donde Lloyd se sentó tranquilamente con ella, esperando a que se calmara, cuando a él le pareció que estaba más tranquila y centrada, le trajo un vaso de agua, sustituyendo su taza derramada de descafeinado. —¿Te sientes mejor? —preguntó mientras colocaba el vaso en la mesa, deslizándolo hacia ella, al mismo tiempo que tomaba asiento frente a ella. Anastasia atrapó el vaso, envolviendo con sus manos alrededor de este, buscando el calor habitual que su café le proporcionaba, cuando el vaso se comenzó a enfriar, apartó la mirada, fijándola en la acera donde había sido empujada, o al menos eso creía. Estaba segura de que alguien la había empujado o quizá era solo su mente

