6

609 Words
FÉLIX —Te dije que quería nuevos hombres para este trabajo ¡¿por qué mierda no lo hiciste?! —tiré el vaso de mi whiskey al suelo haciéndolo añicos. Hayate, está estático mirando el suelo, sabe que esta vez la ha jodido conmigo. Tendrá su castigo. —Lo siento, señor. Pero creí que era más seguro que enviáramos a los que han trabajado con nosotros por muchos años. —Me serví otro vaso de whiskey. —¿Creíste? —sobre pienso eso. —Hayate, pensó que era mejor tomar una decisión por sí mismo, y revocar la de su jefe ¿es eso? ¿ahora el que me manda eres tú? ¿yo no tengo palabra ni voto aquí? —asiento con la cabeza, me sirvo otra bebida. Le fulmino con la mirada. —Entiendo. Soy una burla para ti, ¿no crees que sea digno de este puesto por ser americano? Adelante, ven y siéntate en la silla de tu nuevo escritorio. Porque al parecer, tú crees que yo no soy apto para este trabajo. —me hago a un lado y le dejo el espacio. Como veo que no se mueve de su lugar, tomo el resto de mi trago y voy por él. Lo jalo hacia el escritorio y lo obligo a sentarse en él. —¿Cómo se siente? ¿Qué ordenes me va a dar el jefe esta vez? —Hayate, solo está en silencio sin mirarme. Sé que está enojado. Pero yo igual, lo estoy. Hemos tenido problemas para pasar las armas. Pero pude resolverlo. Esta era el por qué quería nuevas personas. Si los policías no hubieran reconocido a nuestros hombres, el armamento hubiera pasado sin problemas. Después de varias llamadas a mis contactos, pude resolver el problema sin notificarle al jefe. Aunque dudaba que no haya llegado a sus oídos sobre el asunto. —Lo siento, señor. No fue mi intención estropear su trabajo —se levanta de la silla y se inclina. Hayate, ha trabajado conmigo desde que me dieron el puesto hace años. Es mi mano derecha, en el que confío para hacer estas cosas. Pero no puedo permitir que este error no sea castigado. —Aunque no haya sido intencionado, el problema ya lo resolví. —chasqueo la lengua. —Aceptaré cualquier castigo que me imponga. —ladee una sonrisa. —Es lo menos que puedes hacer. Hayate. —me serví otro trago —puedes irte. Y que no se vuelva a repetir este error —amenacé. —O terminaré cortándote las pelotas. Me senté en mi silla y me giré para ver el paisaje de los edificios y la luz que entraba a mi oficina. Era tranquilizador. Sin pensar que hace diez años, estaba en una celda comiendo comida de ratas, y había perdido todo por lo que trabajé, hasta a ella. La primera vez que amaba a alguien. Todo me fue arrebatado. Pagué por mis pecados en ese entonces y estaba aquí tratando de crear una nueva vida, a alguien diferente. Pero la vida me ponía pruebas nuevamente, ella. Me envió a ese amor prohibido, para que yo pudiera sentirme inestable y pensar de nuevo si lo que estaba haciendo era correcto. Y aunque no era correcto, ni legal en lo que trabajaba, esto me traía dinero y poder, lo que siempre quise. Si lo hubiera tenido antes, cuando conocía a Adeline, no la hubiera perdido. No de la forma que sucedieron las cosas. Ella ahora estaría conmigo y yo no hubiera ido a la cárcel. Pero las cosas suceden por algo. Estaba ansioso por saber, lo que la vida me tenía en juego.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD