Pasé el viernes sin saber nada de Santiago. No le llegaban mis mensajes y el teléfono lo tenía apagado. Sábado y domingo igual. Hubo reunión familiar y Juan tampoco apareció, y él tampoco respondía mis llamadas. Mi mamá sabía algo, pero era obvio que no quería decirme, simplemente dijo “tu hermano se siente mal". Era de esperarse, pero yo por lo menos quería que me hablara en persona aunque sea sus estúpidos insultos y monólogos de sobreprotector y el porqué no tenía que estar con Santiago, pero ni siquiera eso. O no le importó, o le afectó mucho. Había un aura rara en todo eso, y el hecho de que Santiago no me dijera absolutamente nada era peor. Lunes, por fin, mis vacaciones se terminan. Hoy vuelvo a ver a Ana, espero que no venga cambiada, que siga siendo ella y que me cuente con