Capítulo 7.- Por fin despertó.

1708 Words
Nora llegó a su casa en una pieza, se encerró en su habitación y lloró como nunca antes, había presenciado un asesinato. Se sujetó la cabeza y negó, ¿Qué había pasado en aquel lugar?, ¿Quiénes eran esas personas?, ¿Quién era su profesor?, ¿Quién era su hermano?. Todo estaba tan confuso que ella no comprendía ni una pizca de nada, se limpió las lágrimas y trató de no pensar más en eso, en lo que había visto. A la mañana siguiente…. Nora sentía que su cabeza pesaba toneladas, se tomó una aspirina y luego bebió todo un vaso de agua. —Buenos días cielo, huy… te vez horrible, ¿No dormiste bien?. —Mamá, ¿En donde trabaja Ian?. —Me dijo el nombre de la constructora pero ya lo olvidé, ¿Por qué?, ¿Ocurre algo?. Nora negó. —Bueno… cielos, mira la hora, tengo cita en el ginecólogo, dile a tu hermano que te lleve a la escuela. —Tomaré el autobus. —Como quieras, pórtate bien, nos vemos al rato. Nora terminó y fue por su mochila para después ir directo a la parada de autobuses, había llegado tarde, y el autobus se fue, tenía que esperar el próximo, pero tal vez llegaría tarde, no quería pedirle a Ian que la llevara, justo ahora no lo quería ver. Miró su reloj de mano e hizo una mueca, tal vez si caminaba llegaría a tiempo. Estaba por empezar a caminar, cuando un claxon la sobresaltó. Un auto n***o se detuvo justo a su lado y la ventanilla del copiloto se bajó. Ella sabía de quien era ese auto, y sus manos empezaron a temblar un poco, tragó saliva y la sintió atravesar su garganta de un modo doloroso. —Sube— ordenó una voz masculina desde dentro del auto. —No… no gracias—dijo Nora con un hilo de voz muy frágil. —Sube ahora Nora. Ella sentía que su corazón se le iba a salir del pecho, y se asustó mucho cuando miró a su maestro bajar de aquel bonito auto. Estaba enfundado en un elegante abrigo n***o, y con una bufanda café, Nora olvidó su abrigo, y las mañanas solían ser frías, así que sin darse cuenta empezó a temblar. Ella retrocedió cuando Hans rodeo el auto y fue directo hasta ella. —Estas empezando a exasperarme, sube al auto, ahora — ordenó Hans de un modo aterrador, se veía enojado, se veía listo para cargarla si era necesario, y fue entonces que Nora entendió. Entendió que Hans era un hombre que estaba acostumbrado a que las cosas se hicieran como él decía, si o si. Caminó hasta el auto y abrió la puerta del copiloto para subir al vehículo. Hans volvió a rodear el auto y también subió, subió la ventanilla polarizada y piso el acelerador. —Te vi anoche, en la bodega, ¿Por qué estabas ahí?. Nora se puso tensa y miró sus manos, —No se de que habla. Hans detuvo el auto en una tienda de autoservicio y apagó el motor. —¿Qué hacías ahí Nora?—preguntó sin quitar el dedo del renglón. Ella lo miró y trató de bajar pero Hans la detuvo sujetándola de un brazo. —Solo quería ver a donde iba mi hermano — respondió al fin. —No vuelvas a seguirlo. —¿Por qué?, ¿Que fue lo que ocurrió anoche?, ¿Por qué dejaron que mataran a alguien? —preguntó Nora mientras sus grises ojos se ponían cristalinos. —Nadie lo obligó, él quiso jugar y ya está, no hubo un asesinato. —¡Le dispararon a alguien en la cabeza!. —¿Y?, ese hombre que murió firmó un papel donde los riesgos estaban escritos, él aceptó por voluntad propia. —Le diré a la policía. —Adelante hazlo, yo puedo acompañarte, solo te diré que tu hermano no es arquitecto como crees, él es abogado y él lleva el control de todos los contratos. —¿Ian?... ¿Quiénes son ustedes?. —Soy tu profesor, enseño matemáticas, ya me conoces. —¿Por qué estamos aquí?, ¿Qué es lo que quiere?. Hans miró a la chica y sonrió, —Quiero que despiertes Nora, sal de tu maldito c*****o y haz algo, me recuerdas tanto a alguien… y es frustrante, es frustrante verte. —Pues no lo haga, no me vea. —Ese es el problema, no puedo evitar hacerlo, solo ignorarte, eso no es posible… ¿Quieres saber quiénes somos?, ven mañana al mirador de la montaña, ve con Ian. —Él no me llevará. —Lo hará — dijo Hans y encendió el motor, puso el auto en marcha y condujo hasta la preparatoria. Antes de que Nora bajara del auto él dijo: —En serio veo mucho potencial en ti, pero lo estás desperdiciando. ……….. Durante todo el día, Nora estuvo distraída, no dejaba de pensar en algo, ¿En verdad quería saber quienes eran los Cuervo?, no conocía a su hermano, no, ella no conocía a este Ian. Y ahora sentía que algo realmente grande estaba justo frente a sus narices, tenía miedo de ir al comedor, tenía miedo de que se burlaran de ella como era la costumbre, pero entonces recordó lo que Hans le dijo, recordó lo que Ian le dijo, por primera vez en mucho tiempo, Nora no se sentía sola. Caminó a paso firme hasta aquel comedor lleno de estudiantes ruidosos y miró todo a su alrededor, había algunos lugares vacíos, caminó hasta las charolas y tomó una, se formó en una fila y mientras avanzaba Gwen y sus amigas llegaron. Todas tomaron una charola y se formaron enfrente de Nora haciéndola recorrerse hasta el final. —Oigan… — dijo Nora en voz baja. —¿Qué, perra? —preguntó Kelly mientras la veía con una sonrisa en su rostro. Nora se encogió en hombros y no dijo nada. “Vamos Nora tu puedes, deja de tener miedo “. Ella pensaba en que era lo peor que podía ocurrir, ¿Qué era lo peor?. Tomó su charola con fuerza y fue a formarse en frente de ellas, justo enfrente de Gwen. —¿Y a esta estúpida que le pasa?, oye no te metas a la fila— dijo Gwen mientras la tomaba de un hombro. Nora había aguantado por mucho tiempo sus insultos, y sus burlas, empezó sentir que su corazón latía fuerte y sus manos apretaban con fuerza la charola, ella no lo pensó, y de un movimiento rápido golpeó a Gwen con aquella charola de metal, la golpeó justo en la cara y la miró llena de furia, por fin Nora había despertado y se sentía bien, se sentía llena de adrenalina, como si por un largo tiempo no pudiera mover sus extremidades y ahora por fin podía lograrlo. —¡¿Qué quieres perra?! —gritó Nora mientras respiraba con fuerza, todos en aquel comedor se quedaron atónitos, Gwen cayó al suelo y sólo se sujetó el rostro. —¿Acaso estas loca? —preguntó Kelly muy sorprendida por lo que acababa de ocurrir. —Si, me he vuelto loca, así que deja de joderme— respondió Nora y le dio la espalda para poder tomar sus alimentos. —Ya déjala Kelly— dijo Jen y trató de sujetar a su amiga, pero ella no iba a dejar esto así, fue por Nora y la jaló con fuerza de la camisa. Nora se giró y recibió un fuerte golpe en la cara, por un momento se sintió un poco aturdida, pero ya había sido suficiente, se lanzó sobre Kelly y la sujetó de los cabellos, ambas cayeron al suelo y empezaron a pelear como si fueran dos gatos muy enojados. Todos en aquel lugar empezaron a alborotarse y de un instante a otro todo se volvió un caos. El director quien estaba platicando con Hans fue notificado y se apresuró a ir al comedor, mientras que Hans sonrió al imaginar quién estaba involucrada en esa pelea. También fue al comedor. Mientras tanto Nora estaba sobre Kelly sometiéndola y golpeándola en el rostro, estaba cegada por la ira, todo lo que quería era matarla. —¡Deténganse ahora! —Gritó el director al llegar a ese lugar. Nora estaba a oídos sordos así que solo la siguió golpeando. Fue Hans quien tuvo que ir por ella y sujetarla de la cintura para quitársela de encima a Kelly. —Ya fue suficiente Nora—Dijo Hans. Se detuvo al escuchar a su maestro y sólo se echó el cabello para atrás. Solo entonces pudo ver lo que hizo. Aquello parecía una obra de arte ante sus ojos, Gwen en el suelo sujetándose el rostro, y Kelly tirada en el piso llorando y aruñada de la cara. Perfecto. …………. Hans estaba recargado sobre un mueble mientras que el director reprendía a Nora, quien estaba sentada frente a él en completo silencio. —¿Por qué inició esa pelea señorita Gallur?, ahora tendré que expulsarla de esta institución… usted siempre ha tenido buenas notas en… —No seamos tan extremistas Nick, solo fue una pelea tonta. —¿Una pelea tonta Hans?, parecía que quería matarla. —Ella empezó — se defendió Nora. —Lo vez, Nora sólo se defendió— El director se recargó en su silla y bufó, —Serás enviada a detención por una semana, ¿Entendido?. Nora asintió. —Y también llamaré a tus padres. —Yo vivo cerca de su casa, pasaré y hablaré con la señora Gallur para explicarle la situación—Dijo Hans. —Muy bien, no creas que no me doy cuenta de lo que ocurre Hans, no soy tonto. —Jamás dije que lo fueras, no olvides lo de esta noche, te estaré esperando en mi casa. Vamos Nora. Hans y Nora salieron de la oficina del director y Kelly y Gwen solo los miraron. —Entren —ordenó Hans. —Ve a tu salón Nora, espérame en la parada de autobus, pasaré por ti — dijo Hans con una agradable sonrisa en su rostro. La adolescente quedó fascinada por unos segundos y luego asintió con rapidez, sin duda su vida se estaba volviendo más interesante.
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