—¡Maldito auto! —gritó Nora mientras golpeaba el volante, esta era la tercera vez que se le apagaba en la carretera, sintió la frustración y sacó su teléfono y le marcó a la grúa, una vez que le dio la dirección guardó su teléfono y se recargó en el asiento.
Últimamente no se sentía muy bien, se sentía cansada, necesitaba dedicarse solo a ella, pero tenía muchas cosas en la cabeza que no se lo permitían, sintió un escalofrío y se talló los ojos.
Salió de su auto y sintió el viento golpeando su cara, hoy el cielo estaba nublado y hacía un poco de frío. “Me voy a resfriar”, pensó Nora cuando se sintió un poco mareada, miró que un auto se estacionó enfrente y se recargó en el cofre de su auto.
—Hola bonita… ¿Qué pasó?—preguntó un hombre guapo con una camisa de vestir rosa pastel y unos
