Los Cuervo

2.–Hermano.

Nora entró corriendo a su casa, casi como si la vinieran siguiendo, respiró hondo y sonrió cuando una bola de pelos se restregó en sus pies,

—¡Kiwi!.

Un gato maulló al escuchar su nombre y ronroneo al tacto de la chica.

—Al fin llegas — dijo una voz masculina que sorprendió a la chica por completo.

—¡Ian!—Gritó Nora emocionada.

Corrió al encuentro de su hermano mayor, el cual estaba en la sala con una sonrisa realmente encantadora adornando su rostro, lo abrazó con vehemencia, pues hacia casi dos años que no lo veía, siempre estaba de viaje, era arquitecto y eso lo consumía.

—¡Por dios!, estas muy delgada, tendré que comprarte una pizza todos los días de hoy en adelante — comentó Ian mientras sostenía en sus brazos a su hermana menor,

—¿Cuánto tiempo te quedarás? —preguntó Nora sin dejar de abrazarlo, pues él era como un padre para ella, y a su lado sentía que nada ni nadie podía lastimarla, casi sentía un nudo en la garganta que amenazaba con traicionarla.

—Me quedaré… por un tiempo, conseguí un buen trabajo, así que estaré un tiempo en casa—. Ian alejó a su hermana y miró su rostro, ella estaba un poco pálida, sus ojos grises tenían un destello de tristeza y eso hizo que de inmediato se preocupara.

—¿Cómo has estado?, ¿Qué tal la escuela?.

Nora se tensó y bajó la mirada, de solo pensar en la escuela le causaba terror, y esperaba que ese terror pronto se acabara, se sentía tan destrozada que incluso había llegado a pensar en el suicídio, pero aún no se atrevía a hacer algo que no tuviera vuelta atrás….