Capitulo 3.- Son hermanos.

2037 Words
—Bien— respondió ella sin entrar en detalles. Ian no le creyó ni un poco, era lo suficientemente listo para saber que nada estaba bien en la vida de Nora, pero ahora que se quedaría iba a investigar por su cuenta, así que por hoy dejaría en paz a su hermana menor, ya tendría el suficiente tiempo para cuidar de ella, —¿A que hora regresa mamá? —preguntó Ian cambiando de tema. —¿A las cuatro?. —Muy bien. Ian era un hombre atractivo, tenía el mismo color de ojos que Nora, su cabello era castaño oscuro, tenía una piel blanca y una barba bien cuidada, era alto, musculoso y tenía un humor muy alegre y espontáneo, todo lo contrario a Nora. Ian tenía 27 años y sin duda tuvo que madurar a muy temprana edad. Después de que su padre falleció, su madre se volvió a casar con un hombre, era un hombre bueno, pero muy perfeccionista, todo el tiempo lo cuestionaba y lo llevaba al límite, en parte por eso decidió mudarse de la ciudad y empezar una vida por sí solo. Sabía que dejar a Nora sola, sería un acto egoísta, pero estaba al borde de un precipicio listo para aventarse, ahora que veía a su hermana se daba cuenta de que ella estaba también al borde de ese precipicio y se sentía mal por eso, por haberla dejado sola. —Ve a cambiarte, iremos por mamá y luego a comer algo rico. Tal parecía que la señora Destiny tampoco sabía de la llegada de su hijo, pues se emociono mucho al verlo y al igual que Nora lo abrazó, y lo estrujo entre sus brazos con emoción. —¿Cuándo llegaste?, ¿Por qué no me dijiste que vendrías?— preguntó la señora mientras mantenía el rostro de su hijo entre sus manos. —Hoy, y no te dije por qué quería que fuera sorpresa, así que… ¡Sorpresa! — Dijo Ian con una sonrisa en su encantador rostro. Las buenas noticias empezaban a llegar para Nora, solo que aún no lo sabía. Estaban en el único restaurante del pueblo, era un lugar bonito y acogedor, pero ella solo iba ahí cuando su madre la invitaba, ir sola, jamás, estaban comiendo y conversando cuando Nora se percató de los dos hombres que llegaron a aquel lugar. Eran ridículamente llamativos, sobresalían de entre todos, eran guapos y uno parecía más mayor que el otro, pero no por mucho, vestían muy elegantes y sonreían de algo que platicaban entre ellos. Uno de ellos tenía el cabello de un tono castaño oscuro y un poco largo, tenía una tez caucásica y era delgado, era alto y tenía una sonrisa perfecta, el otro se veía más serio, tenía el cabello corto y una barba que parecía había sido rasurada hace poco, era un poco más fornido y tenía la misma altura, ellos se parecían tanto a… —¡Konrad! —. Ian gritó aquel nombre y uno de aquellos sujetos volteo de inmediato. Aquellos dos hermosos hombres se acercaron a la mesa donde estaba Nora con su familia, e Ian se puso de pie. —Mamá, te presento a mis amigos, él es Frederik— dijo Ian y señaló al chico sonriente de cabello largo. —Mucho gusto señora— dijo aquel guapo joven con una sonrisa genuina en su rostro. —Y él es Konrad. —Hola, ¿Qué tal? — dijo la señora Destiny con torpeza, mientras sonreía estúpidamente, Konrad era un hombre muy masculino y de inmediato había llamado la atención de la señora Destiny. —Ella es mi hermana Nora— continuó Ian. Los dos sujetos miraron a Nora y solo uno de ellos sonrió. Nora estalló en vergüenza y sus mejillas se sonrojaron. —Mucho gusto Nora — dijo Frederik y estiró su mano hacia la sonrojada chica. Nora estrechó su mano y solo le permitió el contacto por un par de segundos, Konrad al ver aquello solo se limitó a decir ; —Mucho gusto. —¿Vinieron a comer? —preguntó Ian girándose hacia sus dos amigos. —No realmente, solo vinimos a… unos asuntos de trabajo — respondió Konrad sin entrar en detalles. —Oh, ya entiendo, bueno, entonces no les quito más el tiempo. —Querido invítalos a la reunión de mañana — dijo la madre de Ian con la vista puesta en el guapo Konrad, era atractivo, ambos lo eran. —Es verdad, mi madre celebrará su cumpleaños mañana, casi todo el pueblo asistirá, así que sería bueno que vinieran para conocer más a sus nuevos vecinos— dijo Ian con una sonrisa, una sonrisa que Nora no había visto nunca antes, era de complicidad y con un poco de burla. —Si, además si no vienen todos dirán que no los invité, y seré la villana del pueblo. —Gracias por la invitación, trataremos de ir— dijo Frederik con mucha amabilidad, Una vez que los dos se fueron, Nora por fin se atrevió a respirar y a hablar. —¿Quienes son ellos? —preguntó Nora con cautela, no quería sonar más interesada de lo que en verdad estaba. —Son amigos míos, los conocí por casualidad en un viaje a Alemania, son hermanos. —Son muy guapos — dijo la madre de Nora con una sonrisa en el rostro. —No se de esas cosas, pero supongo que si, son muy populares con las mujeres — comentó Ian mientras tenía la atención puesta en su comida. —Se parecen a mi profesor nuevo— dijo Nora mientras lo veía, —¿Hans? — preguntó Ian sin levantar la vista. —¿Lo conoces?. —Si, son hermanos, los Cuervo —respondió él, Nora unió todas las piezas. —¿Cuántos hermanos son? —preguntó ella. —Cuatro. —¿Todos son así de guapos? —preguntó la señora Destiny con emoción. —No me preguntes a mi, pregúntale a ella— respondió Ian y señaló a su hermana. Nora solo asintió pero no dijo nada más, los hermanos Cuervo eran guapos, no había ni una pizca de duda en eso. —¿Y que tal esta Michael? — preguntó Ian cambiando la conversación y tratando de ser meticuloso. —Esta trabajando— respondió la señora Destiny y sonrió de una manera amarga. —¿Y que tal esta su relación? —continuó preguntando Ian. Nora puso atención en su plato e ignoró la platican que su hermano tenía con su madre, ella ya tenía muchos problemas y no quería sumarse a más. —Estamos bien cariño, él vendrá el lunes, ya sabes esta ocupado. —Mañana es tu cumpleaños mamá, ¿No puede tomarse al menos un día para venir?. La madre de Ian suspiró con fuerza y miró a su hijo. Él ya no era un niño, ni un adolescente, se había convertido en todo un hombre y ahora lo podía ver. —Solo es una tonta fiesta Ian, Michael las odia, es todo. La cena estuvo en silencio después de eso, al llegar a casa Nora corrió a su habitación, amaba los viernes por que solo significaba una cosa, que por dos días no iría a su estúpida escuela, podía vivir sin preocuparse esos dos días, estaba por irse a dormir cuando escuchó que su hermano hablaba por teléfono en el pasillo. —Hans, no te metas en líos…. Lo sé, no soy tonto… esta bien… si, ya te dije que iré… ¿Nora?... Mmmm sabes que opino al respecto… ya lo sé, cuídala por mi, me dijo que eras su maestro… Nora ya no pudo escuchar más por que Ian entró a su habitación, ¿De qué le estaba hablando su profesor?, no le dio vueltas al asunto y se plantó en su pequeño escritorio, abrió su laptop y empezó a escribir, amaba escribir y perderse en mundos que ella creaba, salir de su realidad y navegar a donde quisiera y con quien quisiera. “Mi romance las 24 horas”, era el título del libro en el que trabajaba, mientras leía lo que había escrito sonreía y se emocionaba. Si tan solo alguien la amara de ese modo. Después de media noche dejó de escribir y se fue a la cama, estaba por cerrar los ojos cuando escuchó ruidos en el pasillo, se asomó con cautela y todo lo que vio fue a su hermano bajando las escaleras, iba bien vestido… pero… ¿A dónde podía ir tan tarde?. Se asomó por la ventana y lo miró salir en el auto de su madre, tal vez eran asuntos de trabajo. Nora le preguntaría mañana, se volvío a recostar en la cama y está vez se quedó profundamente dormida. A la mañana siguiente se levantó muy temprano, sería un día largo, después de lavarse bajó a la cocina y ayudó a su madre con el desayuno. —¿Ian volvió? —preguntó Nora mientras batía un par de huevos. —¿De qué hablas cariño?, Ian está en su habitación, ve a despertarlo para que baje a desayunar — Nora asintió y subió las escaleras se detuvo frente a la puerta que tenía un letrero que decía, [No molestar], tocó la puerta y esperó, tocó una vez más y la puerta se abrió. Ian tenía los ojos entrecerrados, no traía camisa y se veía su cuerpo musculoso y su cabello despeinado. —¿Que? —preguntó mientras se tallaba la cara. —Mamá dice que bajes a desayunar… ¿A dónde fuiste anoche? — Ian miró a su hermana y se recargó en el marco de la puerta, así que la pequeña pitufa lo había visto, —Fui a la oficina por unos planos que tenía que revisar, no le digas nada a mamá, no quiero que empiece con sus sermones, ¿De acuerdo?. Nora solo asintió e Ian antes de cerrar la puerta dijo:—Dile a mamá que ahora bajo. Nora suspiró y no indagó más en el asunto, bajó de nuevo a la cocina y se sentó a desayunar en silencio, ella era una persona muy perspicaz, se daba cuenta de las cosas pero prefería no opinar al respecto, ó hablar sobre ello, podía llevarse un secreto a la tumba sin problemas. Ya era tarde y la gente empezaba a llegar a la casa de Nora, vivía en un Pueblo pequeño, las personas se conocían unos con otros y tener una vida privada parecía casi imposible. Se miraba en el espejo, para la fiesta de su madre se había comprado un vestido amarillo de mangas largas, no era nada exuberante, así era el estilo de Nora, pasar desapercibida era mucho mejor para ella, y se sentía mucho más cómoda si nadie la notaba, Lo que no sabía es que ese pequeño intento de no querer ser notada la hacía resaltar de entre las demás jóvenes de su edad, se arregló la larga cabellera y salió de su habitación. Ella no tenía amigos de su edad, pero por alguna razón lograba llevarse muy bien con la gente mayor, así que no se sentía preocupada por no tener con quien hablar, además Ian estaba aquí, él siempre tenía de que hablar. —Tuve una noche ajetreada, hubo una carrera clandestina anoche, los jóvenes de ahora son imprudentes — el sheriff del pueblo, el señor Rayan se quejaba con Ian, mientras este preparaba una bebida en la cocina. —¿Y atrapaste a alguien?. —No, todos salieron huyendo. Ian miró a Nora y sonrió, —¿Nora, por que no sales y saludas a los invitados en lo que sale mamá?, ahora voy. El señor Rayan la miró. —Hola Nora, ¿Qué tal la escuela?, ¿El idiota de Adrián te ha vuelto a molestar?, por que si es así… —¡No!— interrumpió Nora con unos nervios alterados. —¿Quién es Adrián? —preguntó Ian. —Es el hijo de Florence, es un chico problema, todo el tiempo se mete en líos, terminará en la cárcel algún día de estos— respondió Rayan. —¿Te molesta Nora? — preguntó Ian con seriedad, Nora negó rápidamente pero Ian no le creyó.
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