Capitulo 4. Solo una apuesta.

1751 Words
Ella salió de aquel lugar, huyendo de aquella conversación, de pronto empezaba a sentir un poco de ansiedad, el aire fresco la golpeó y eso la hizo sentirse mejor. Afuera en el jardín había mucha gente bebiendo y platicando, trató de sonreír y se fue a saludar a la señora Lilian, quien era la mejor amiga de su madre y tenía un humor muy agradable. La madre de Nora por fin salió luciendo un bonito vestido rojo, todos la felicitaron, aquello pintaba todo bien, Nora estaba disfrutando de la platica que Lilian tenía con su madre y con otra vecina cuando los miró llegar a ellos. Los hermano Cuervo hicieron acto de presencia en aquella fiesta, y de un momento a otro fueron el centro de atención. —Que guapos son. Nora tragó saliva, de todos ellos, Hans era el que más sobresalía, aunque era ridículo siquiera compararlos. Estaba hundida en sus pensamientos cuando su mirada chocó con la de su profesor, sintió el calor en sus mejillas y miró en otra dirección, no podía sostenerle la mirada al profesor Hans, ni hoy, ni en un millón de años. —Me alegra que hayan podido venir— dijo la señora Destiny muy emocionada de tener hombres guapos en su fiesta, pues en aquel pueblo era la primera vez que había hombres como los Cuervo. —Nos alegra que nos haya invitado — dijo Frederik con esa sonrisa tan encantadora que solo él poseía. —Mamá, él es Hans y él es Derek— dijo Ian. —Mucho gusto— dijo Hans y estiró su mano hacia la mujer con enorme sonrisa. —El gusto es mío — dijo la mujer mientras estrechaba la mano de Hans, —¿Les sirvo algo de tomar?, tenemos cerveza, agua, vodka… —Agua esta bien — respondió Hans mientras miraba en cierta dirección. —Ah, ustedes son los hermanos Cuervo, ¿Compraron la casa vieja?, ¿Qué tal esta? — preguntó el señor Rayan una vez que se acercó y se sumó a la plática, todos querían saber sobre los nuevos inquilinos de aquella enorme casa, —Vieja— respondió Derek. —Necesita muchos arreglos, pero está bien, es… interesante — añadió Frederik, —Es una propiedad muy grande, tendrán mucho trabajo que hacer, a Nora le encanta la jardinería, de echó, este jardín lo diseñó ella misma, tal vez ella pueda ayudarles con su jardín… ¿Dónde está ella? —preguntó la señora Destiny mientras la buscaba con la mirada. —Es Verdad, también arregló mi jardín, ¿Cómo es que sabe tanto de botánica? — preguntó la señora Lilian. —Le gusta leer mucho, Lee más de lo que habla —dijo Destiny. —Eso es bueno — mencionó Hans. —No te lo había dicho Mamá, Hans es maestro en la preparatoria donde estudia Nora, de echo… es su maestro de matemáticas — dijo Ian. —¿Matemáticas?... Es algebra y trigonometría con geometría analítica, es más que sólo matemáticas— dijo Hans mientras trataba de no sonar demasiado arrogante. —Odio las matemáticas — dijo Derek. —¿Y tu Konrad a que te dedicas? —preguntó la señora Destiny pensando que estaba bien tutear al hombre, pues era más joven que ella. —Soy Arquitecto — respondió Konrad sin entrar en detalles, él era demasiado serio, un hombre de pocas palabras. —Igual que Ian—dijo la mujer casi con un suspiro. —Si, igual que Ian. Mientras tanto Nora trataba de escabullirse y llegar dentro de la seguridad de su casa, pero su madre la miró y gritó su nombre. —¡Nora!. La pobre chica se quedó quieta y respiró hondo, miró en dirección a su madre y todos la observaban. —¡Ven aquí cariño!— dijo la señora Destiny, Nora caminó hasta donde estaba aquel grupo de personas y miró a Konrad, él era muy intimidante y la forma en la que la veía, la hacía sentir como un insecto insignificante. —Q-que… —Cariño, les decía a estos guapos jóvenes que tu eres muy buena con la jardinería y…. —Mamá, Nora tiene escuela, no tendrá tiempo— interrumpió Ian. —Puede hacerlo los fines de semana, eso será algo bueno en que invertir su tiempo, mejor que pasársela todo el día encerrada en su habitación leyendo libros. —Si, y podrá ganar un dinero extra, es una buena manera de aprender a ganar dinero—Comentó la señora Lilian. Nora no sabía que decir, o mas bien no se atrevía a opinar, miró a su hermano y este solo miró a Hans. —Si, podríamos pagarle por el trabajo que haga. Honestamente ninguno de nosotros tiene tiempo para arreglar el jardín, así que… no es tan mala idea— dijo Hans mientras miraba a la sonrojada chica. —Aprovecha Nora, y dile a Hans que no te deje tanta tarea entonces— dijo Derek y puso un brazo alrededor de los hombros de la adolescente. Derek era sólo cuatro años mayor que ella, así que se sintió en confianza para ser más sociable y amistoso, Nora se veía abrumada, tanto que la señora Destiny respondió por ella. —Bueno pues no se diga más, empezará el próximo fin de semana. “Cielos”, fue todo lo que Nora pensó. ………… La semana fue igual que las últimas semanas, Nora se ocultaba de sus compañeros y esquivaba las preguntas personales que Hans le hacía cuando se quedaban solos. Ian estaba más raro que nunca y Nora lo sabía, pero no comentaba nada al respecto. Michael vino solo el lunes y se quedo en casa hasta el miércoles, después se volvió a ir por asuntos de trabajo, era un piloto privado y casi nunca estaba en casa, pero cuando estaba se la pasaba peleando con la señora Destiny, era una pelea constante por los días y reconciliaciones ruidosas por las noches. No era una relación buena, era una relación sumamente tóxica, y todos se daban cuenta excepto la señora Destiny, para ella todo era miel sobre hojuelas. Mientras Nora estaba en la parada del autobus miró que Derek venía acompañado de una chica, una joven rubia y bonita. —¿Y entonces, vendrás a mi casa esta noche? —preguntó la chica mientras se pavoneaba delante del guapo muchacho. —Ammm, lo siento no puedo…. Es que, tengo que cuidar a mi prima —dijo Derek y miró a Nora, ella sería su salvación, se sentó a su lado y abrazó a la desconcertada joven. Nora no sabía que pasaba y sólo miró a la chica rubia que se veía un poco molesta. —¿Ella es tu prima?, ya se ve lo suficientemente mayor como para cuidarse sola—comentó aquella chica. —Es menor de edad, no puede quedarse sola en casa, mírala, es joven y bonita, ¿Y si le pasa algo?, mi tía se molestará conmigo—respondió Derek. —¿No quieres salir conmigo, cierto? — Un claxon sonó y Derek se sintió aliviado de ver a su hermano. —Vamos Nora, ya llegaron por nosotros — dijo Derek y levantó a la chica estática que estaba a su lado, Nora quería negarse pero Derek no la dejó, prácticamente la obligó a subir al auto de Hans y luego subió él. Hans solo miraba lo que ocurría, acomodó el espejo retrovisor y miró a Nora desde él, por alguna razón esa adolescente llamaba mucho su atención. —Vamos arranca—Susurró Derek con discreción. Hans sonrió y le hizo caso. —No entiendo por qué las mujeres de este pueblo son tan energéticas. —No todas—aclaró Hans y miró a Nora. —Por cierto, gracias Nora por ayudarme. —Más bien parece que la secuestraste, creí que dijiste que no volverías hacerlo— dijo Hans con tono de burla, se puso sus gafas de sol y se detuvo en una tienda de auto servicio —Ahora vuelvo—dijo y bajó del auto. Derek aprovechó y se quitó el cinturón de seguridad, volteo a ver a Nora y sonrió. —¿Quieres uno?—preguntó mientras extendía hacia ella una cajetilla de cigarros, ella negó y él sacó uno para llevarlo a su boca, —¿No hablas mucho cierto?, eso me gusta de ti, no eres tan ruidosa. Derek encendió su cigarro y bajó la ventanilla para que el humo saliera. —Mis hermanos y yo hicimos una apuesta, apostamos un beso tuyo, quien lo obtenga primero gana, no te enojes, solo es un juego tonto, puedes aceptar no participar, pero igual serás parte de él —dijo Derek de lo más tranquilo, sacó un poco de humo de su boca y miró a la chica de reojo. “¿Qué?, ¿Ellos apostaron qué? “. La cara de Nora se puso roja, y empezó a sentir pánico, quería bajar de aquel auto y salir corriendo, Derek se giró en su asiento y sonrió, —Escucha, si me besas ahora, compartiré contigo la recompensa, ¿Qué opinas?. —¿Qué? — preguntó Nora sin aliento. Derek suspiró y se acomodó sus cabellos rubios, —Solo un beso, pequeño, no tiene que ser de lengua, estoy seguro de que sería tu primer beso, ¿Aceptas? — Nora negó y se sujetó el pecho, el corazón le latía con fuerza, se empezaba a sentir un poco mareada, por suerte para ella, Hans llegó y subió al auto, miró a su hermano y resopló al ver a Nora, —Derek ¿Qué mierda fue lo que te dije?. —En las apuestas todo se vale, y lo sabes— Respondió Derek mientras se acomodaba de nuevo en su lugar. —Si, pero esa chica es mi alumna, no quiero que me demanden por acoso, ¿De acuerdo?. Nora, lo que sea que te haya dicho Derek no es verdad, solo esta jugando — dijo Hans mientras miraba por el espejo retrovisor a la chica que se veía muy asustada, —Okey— murmuró la chica con las palmas de las manos sumamente sudorosas. Hans ya no dijo nada y solo condujo hasta la casa de la chica. Antes de que ella se bajara Derek la detuvo. —Oye, deja de ser tan tímida o te perderás de las cosas buenas, ¿Entiendes?. Nora asintió y solo se apresuró a entrar a su casa, eso había sido algo muy extremo. Habían apostado un beso de ella, ¿Por qué?.
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