Aleksei...
La veo saludando a sus compañeros, aunque no me gusta que el doctor Vasiliev este aquí y más cuando se la come con la mirada. Es mía. Casi me lanzo sobre él cuándo la abraza y le entrega una cajita de una prestigiosa joyería de la ciudad. Pero en cuanto ella la recibió me la entrego para que se la guardara y yo se la regale a uno de los meseros.
Verla tan feliz mientras está rodeada de las personas que ama y la aman o aprecian. Mientras comemos le dan regalos y hablamos de forma animada, pero la forma en la que la observa ese imbécil comienza a molestarme. Cuando llega el momento del pastel nos ponemos de pie para cantarle el feliz cumpleaños.
- Pide un deseo – le digo sosteniendo el pastel que mande hacer especialmente para ella.
- No tengo nada que desear – dice observándo
