Primer Día

1068 Words
Cirilla... Abro los ojos lentamente escuchando el molesto ruido de mi alarma. Me estiro en la cama disfrutando de lo deliciosa y cómoda esta cama. Es simplemente increíble la habitación que tengo en esta casa. Además, el cuarto de baño es simplemente es de ensueño. Me levanto y siento la suave alfombra bajo mis pies, tomo el control remoto del televisor y decido poner un poco de música mientras me doy una ducha porque tengo que ir a la universidad. Me doy una ducha rápida y luego me visto. Decido ponerme jeans, un buzo de color vino y tenis blanco. Antes de salir de la habitación llamo a mis padres para decirles que todo está bien, aunque mi padre un sigue preocupado, pero me dice que confía en Aleksei. Hablando de ese hombre me tiene deslumbrada, cuando mi padre me hablo de él creí que era un viejo, pero cuando lo vi me dejo sin aliento es un hombre muy atractivo, aunque no está viejo, debe ser más joven que mi padre, aunque tendrá más o menos la edad de mi madre o un par de años más, pero es un hombre impresionante, sin embargo, lo que más me gusta son sus intensos ojos azules que hace que mi pulso se acelere cuando se me queda observando. Por Dios Cirilla un hombre como él jamás se fijarían en una joven como yo, debe verme como su hija. Tomo mi mochila y mis cosas para salir de la habitación, mientras camino hacia la cocina me observo en la belleza de la casa, es lujosa pero no extravagante, es blanca tanto el piso, las paredes y el techo, pero cada uno de estos tienes toque de otros colores que los hace resaltar. La decoración varia en tonos de café y dorado. Al bajar las escaleras se encuentra una especie de recibidor donde hay un piano placo muy hermoso. Camino hasta la cocina que es un sueño, es realmente hermosa. es casi por completo blanca, pero de tono muy hermoso casi gris, pero que más me gusta es el techo en el centro. Al entrar me encuentro a Fedora quien al verme sonríe. - Buenos días señorita – me saluda y yo ruedo los ojos. - Solo Cirilla – respondo sentándome en una de las sillas que hay junto a la isla. – deja esas formalidades para la señora de la casa. - Cuando haya una – responde llamando mi atención. - ¿el señor Aleksei no está casado? – pregunto y siento un exquisito. A canela, tierra mojada y bosque. Delicioso. - No, no estoy casado – escucho su voz tensándome al instante mientras se sienta a mi lado – y no me digas señor – dice riendo mientras Fedora nos sirve café – sé que estoy viejo, pero no me lo recuerdes. - ¿Cuántos? – pregunto tomando mi taza de café. - Cuarenta y cinco – responde con una hermosa sonrisa y yo me sorprendo por que no los aparenta. - Que hermosa matrioshka – dice Fedora refiriéndose a mi dije - ¿habías estado en Rusia? - Si, hace un año, pero no la compre aquí – respondo mientras ella pone frente a nosotros nuestra comida – la tengo desde que tengo memoria, rara vez me la quito. - Creo haberla visto antes – comenta pensativa y veo que Aleksei le advierte con la mirada. - ¿hablas ruso? - Если (si) – respondo en ruso – me enamoré de la ciudad y antes de hablar con mis padres decidí aprender el idioma. Mientras comemos, Fedora y yo hablamos de trivialidades, más que todo de mis gustos, le digo que no pasare mucho tiempo aquí y ella ríe. Cuando terminamos de comer veo que me entrega dos de mis termos, uno con café y el otro con un batido verde. - Ven – me dice Aleksei tomándome de la mano, lo que hace que el cuerpo se me erice. Mientras caminamos por la casa trato de no pensar en lo bien que encajan nuestras manos y lo maravilloso que se siente. Llegamos a una especie de garaje y veo un auto con un moño. – tu regalo de bienvenida. - No, no puedo aceptarlo – veo que su rostro se descompone. - ¿no te gusta? – pregunta confundido – podemos cambiarlo por que quieras. - No se trata de eso, no voy a usarlo – respondo recordando el Ferrari que me regalo mi tío Guido hace dos años y que solo he usado un par de veces. – voy a tener turnos largos y voy a salir muy cansada que no voy a tener fuerzas para conducir, pero te agradezco. - ¿y si le pongo un chofer? – pregunta sonriendo - ¿podrías llevarme a la universidad en el? – pregunto y veo como sus ojos se iluminan. Nos subimos al auto quitándole el moño y salimos de la mansión, durante el camino hablamos de la ciudad, pasamos frente a la plaza roja y yo quedo encantada con la catedral. Al llegar a la universidad me despido de él y entro muy nerviosa. Voy hasta la dirección para que me den toda la información que necesito saber. Paso toda la mañana en la universidad conociendo a mis profesores, las instalaciones de la universidad, me explican sobre la residencia y por ultimo me entregan una lista con todo lo que necesito. Como es viernes entonces tengo el fin de semana para comprar las cosas y el lunes comienzo a las siete de la mañana. Al salir veo que un hombre se acerca a mí. - Señorita Dantes – me dice – el señor Sokolov me envió por usted, soy Yuri su chofer y escolta. - No es necesario – digo mientras me guía hasta la camioneta - Eso deberá hablarlo con el señor Sokolov, señorita – me dice abriéndome la puerta para que suba. Cuando nos ponemos en marcha le digo que me lleve a comprar las cosas que necesito para la universidad. Cuando tengo todo comprado solo me falta el uniforme, mientras estamos en la tienda recibo una llamada de Aleksei. - Hola – hablo en ruso, necesito practicarlo. - ¿Dónde estás? – me responde en el mismo idioma. - Me están tomando las medidas para mis uniformes de la universidad – digo sonriendo - ¿quieres almorzar conmigo? – pregunta y yo me quedo perpleja al verlo fuera de la tienda. Debo controlarme, no puede gustarme ese hombre. Es amigo y socio de mi padre, pero sobre todo el jamás me vería como mujer, esto lo hace solo por amabilidad y hospitalidad.
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