CAPÍTULO 4. Contrato.

1253 Words
En el piso 20 las puertas del ascensor privado se abrieron y todos en sus cubículos se pusieron de pie. Kai caminaba por el pasillo mientras los empleados en sus cubículos lo saludaban al pasar, su asistente Erik Nun pegó un salto de su escritorio y se apresuró a tomar su agenda. —Buenos días señor Xuen— dijo Erik y lo siguió hasta su oficina, había trabajado para Kai desde hacía ya 4 años y hasta la actualidad aún sudaba cuando estaba frente a él. Kai se quitó el saco n***o impecable que usaba y lo colgó en un perchero, miró a su alrededor y frunció el ceño. —¿Limpiaron mi oficina hoy?. —S-Si, señor, dos veces—respondió Erik con suma seguridad, aunque él no lo sabía bien, hoy había llegado tarde debido a su esposa y una discusión que tuvo con ella, así que no supo si las asistentes limpiaron o no como era debido. Kai miró a Erik solo unos segundos, pero para Erik pareció una eternidad. —Los pendientes de hoy— dijo Kai y se acomodó detrás de su escritorio. Erik se acomodó la corbata, feliz de haber engañado a su jefe, si bien por un lado trabajar para Xuen era una tortura y someter a sus nervios a una congoja constante, por otro lado era una buena recompensa, pues Kai le pagaba muy bien a sus empleados. —Tiene una reunión a las diez , con los accionistas, una conferencia a las once y media, vienen de la revista digital para a hacerle una entrevista a las 2, y una reunión con el señor Wang, a las cuatro. —Muy bien, tú tienes esposa, ¿Cierto?. Erik frunció el ceño, estaba confundido ¿Por qué le preguntaba eso?, así que se quedó un poco atónito, era la primera vez que Kai le hacía una pregunta personal. —S-si. —¿Qué haces cuando está enojada?. —P-pues… le regalo algo, o hago las cosas que no me gustan hacer para ella. Kai hizo un gesto de desagrado y negó, pues él no entendía. —Como ir al basurero a compactar la basura, o cuidar a los niños para que ella se relaje—Dijo Erik tratando de ser mas específico. —Nada de eso me ayuda— bufó Kai y se levantó de golpe de su silla. —No limpiaron mi oficina, haz que la limpien y te descontaré un día de tu sueldo por mentirme, y uno más por llegar tarde. Erik se sintió desolado, pero aceptó su castigo. —Una cosa más, compra algo para una mujer de veintitrés años, que no sea muy ostentoso, pero si lo suficiente como para que le guste. —Si señor. Erik se preguntó si su jefe estaba pretendiendo a una chica, pero después esa idea se borró de su mente, no, eso era ridículo, Kai no perdía su tiempo en cosas sentimentales. ………………… Mientras tanto Reen se estaba volviendo loca, la desesperación se había instalado en ella y no parecía querer irse, salió de su habitación y miró al asistente que estaba ahí de pie, esperando órdenes de alguien. —¿Cómo puedo salir de aquí? —preguntó Reen. —No tengo permitido proporcionar esa información. —Kai me autorizó a mí. Reen no obtuvo respuesta y se molestó, odiaba a los asistentes, odiaba la tecnología de Kai, odiaba a Kai, fue a la sala y ahí se encontró a Kira, ella estaba mirando a la nada. —Sabes que esto que está haciendo Kai no es correcto, tienes que dejarme ir. —Correcto o incorrecto, ¿Qué lo es hoy en día?, el señor Xuen no hace nada, solo trata de entender, no veo lo incorrecto en eso. —Me tiene secuestrada. —Si y no, solo estas aquí, él no te hará daño. —No importa si me hace daño o no, tengo una vida allá afuera, no es justo. Kira miró a Reen y formó una sonrisa perfecta. —Es importante que Kai entienda el sentimiento del amor, ¿No te das cuenta de lo que logrará?. Ella no sabía a qué se refería, no estaba entendiendo nada, sabía que Kira no iba ayudarle, parecía muy leal a Kai, regresó a su habitación indignada y se quedó ahí el resto del día, rehusándose a comer, prefería morir de hambre. Cuando Kai llegó a su casa se percató de la fragancia de Reen, apenas era notoria pero él podía distinguirla, miró a su alrededor y comprobó que todo estuviera limpio y desinfectado. —Bienvenido señor Xuen — dijo Kira mientras tomaba su saco. —¿Dónde está ella?. —En su habitación señor, se a rehusado a comer o beber algo, tal parece que está en protesta. Kai suspiró y fue hasta la habitación donde estaba la chica, tocó a la puerta y después de un rato está se abrió, Reen tenía los ojos enrojecidos, se veía molesta era obvio que había llorado. —¿Qué? — preguntó ella sin tratar de ser cortes. —Lloraste. —No— respondió ella y se negó a mirarlo a los ojos. —No te lo preguntaba, llorar libera oxitocina y endorfinas, eso hace que se alivie el malestar, tanto físico como emocional, porque hace que las hormonas generen una sensación placentera y de profundo bienestar, así que no es algo malo, ni de lo que tengas que avergonzarte. —¿Qué quieres?. —¿Podemos hablar?. —¿Tengo otra opción?. —Vayamos a comer. —¿Afuera? —preguntó Reen emocionada. —No, al comedor. Reen frunció el ceño y miró como Kai se daba media vuelta, lo siguió hasta el comedor y está vez las sillas estaban más juntas que la vez anterior, ella tomó asiento y dos asistentes entraron con la comida. —¿Podemos llegar a un acuerdo? — preguntó Kai mientras acomodaban la mesa. —¿Me dejarás ir?. —Dame solo un mes. —¿Un mes?, ¿Pará qué?. —Ya te lo dije, para que te enamores de mi, o para que yo pierda el interés por ti, solo quiero entender, ¿Qué es lo que me pasa?. —No creo que yo me enamore de ti, ya te lo dije, no eres mi tipo, ¿Y que pasará si me niego?. —Te mantendré a la fuerza aquí, será peor para ti. —¿No tienes miedo de ir a prisión por esto? — preguntó Reen incrédula a lo qué Kai le decía. —¿Prisión?, no lo creo, ya arreglé todo, y aunque me encerraran, me harían un favor, tengo algunos proyectos que quisiera desarrollar, estando en prisión podría concluirlos, pero igual no lo creo. —Eres un monstruo, entonces tengo que hacer tu voluntad, si o si. —Si aceptas te dejaré regresar a tu casa, vivir tu vida, pero con la excepción de que serás mi novia, solo por un mes, si no funciona, dejaremos todo en el pasado, y no te volveré a molestar. —Lo que estás diciendo es absurdo, ¿Si te escuchas?. —Señorita Fang, ¿Acepta o no? —preguntó Kai un poco enfadado de darle tantas vueltas al asunto. Reen lo pensó, aunque no había mucho que pensar, salir de aquel lugar y denunciarlo, era lo lógico, —Esta bien, acepto — dijo ella, de pronto unas hojas cayeron frente a ella y Kira le extendió una pluma, —Bien, firma el contrato. —¿C-contrato?.
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