— ¡Lluvia! —Bethany le gritaba mientras luchaba por calmarla, pero su hermana hacía caso omiso de sus palabras y de sus manos, que se las quitaba de encima con bastante rapidez—. ¡Tienes que calmarte! — ¡¿Dónde están las llaves?! —se removía en el coche buscando por todos lados las llaves—, ¡¿Dónde están las malditas llaves?! —Yo las tengo —respondió Bethany pero no se atrevió a sacarla de la chamarra. —¡Enciende esto y vámonos! Sin más opciones Bethany opto por hacer algo que no le agradaba, así que con la palma bien extendida abofeteó una vez a la joven en el rostro. El golpe fue tan seco que incluso León se asombró afuera, “vaya golpe”, se dijo él para luego reírse de la reacción de ambas chicas. Primero Lluvia guardó silencio y se quedó atónita. — ¿Me acabas de golpear? —Lluvia s