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1155 Words
Lo observo sin poder creer que este imponente y atractivo hombre esté sentado frente a mí y quiera cenar conmigo. No es que me considere una mujer fea, mi cabello es n***o, mis ojos de color azul con destellos violetas, es un color muy curioso. Mi tés es blanca y junto a mi hermana contamos con un metabolismo privilegiado que nos permite tener un cuerpo decente. Vientre plano y cintura muy delgada, mis senos de un buen tamaño, mis piernas torneadas porque me gusta salir a correr. -              No crea que sea conveniente ya que usted al parecer ya ceno y yo lo estoy haciendo – respondo señalando mi plato. -              ¿compartimos un postre? – dice y yo sonrío. -              Es insistente ¿verdad? – preguntó enarcando una ceja y él sonríe. -              americana – afirma mientras llama al mesero – un ouzo con hielo – pide -              ¿es tan evidente? – preguntó viéndolo sonreír.  Paso saliva sintiendo mi cuerpo hormiguear mientras por mi mente se crea la idea de pasar la noche con él. Un completo desconocido que jamás volveré a ver. -              A veces es fácil de distinguir – responde mientras el mesero le trae lo que le pidió - puedo preguntar ¿Qué hace una mujer tan hermosa como usted, aquí sola?   -              ¿Que le asegura que estoy sola? -              Por qué te observo desde que entraste al lugar y estoy seguro de que no esperas a nadie – dice sorprendiéndome. -              Cumplo mi sueño – respondo a su primera pregunta. -              ¿puedo saber cuál es? -              Recorrer el mundo – viendo la carta de postres que pide él. -              Te recomiendo el Baklava – dice al ver mi indecisión. – es delicioso y es mi favorito. – leo rápidamente de que está hecho. Esta hecho a base de hojaldre, miel, almendras y nueces. -              Esta bien – el mesero toma mi orden mientras él me observa atento. -              ¿acabas de comenzar? – pregunta bebiendo. -              No, llevo unas semanas y cinco países – respondo bebiendo un poco de vino. – aunque estoy enamorada de esta ciudad. Comenzamos hablar de Grecia y del mundo, él por su trabajo debe viajar mucho, por lo que conoce muchos lugares. Me habla de cada uno de ellos mientras yo lo escucho atenta mientras comemos tan delicioso postre. Cuando pido la cuenta, estoy por pagar, pero él se le adelanta y lo hace por mí. -              ¿sabes? Tengo dinero propio – digo algo molesta. -              Te propongo algo – dice acercándose más a mí. – tú me invitas a desayunar mañana – dice mientras salimos del restaurante. Cundo estamos en la entrada, veo que se aparca frente a nosotros un lujoso auto y el valet le entrega las llaves. – te llevo -              Muchas gracias, pero el hotel está muy cerca y prefiero caminar – respondo alejándome de él, pero decido tomar el riesgo – puedes acompañarme. Lo siento llegar hasta mí y cuando vuelvo la mirada él me observa con deseo e intensidad que me calienta el cuerpo. Mientras caminamos él me habla de lugares que debería conocer aquí en Grecia. Cuando llegamos al hotel le doy una mirada cargada de deseo dándole a entender lo que quiero en este momento. Anker sin dudarlo me toma de la mano y me pega a su cuerpo. De un rápido movimiento siento sus labios sobre los míos. Me besa de forma lenta pero intensa a tal punto que cuando nos separamos quedo sin aliento. Tomados de la mano entramos al hotel hasta mi habitación donde a no más entrar él vuelve a pegarme a cuerpo y me besa. Sabe delicioso, a miel, licor y regaliz. Siento sus manos recorrer mi cuerpo mientras las mias buscan sus hombros para quitar su chaqueta. Rápidamente nos desnudamos y yo quedo sin aliento al verlo desnudo. Su cuerpo es perfecto. Además de que sus antebrazos se encuentran llenos de tatuajes. Vuelve a besarme haciendo que me olvide por completo de todo. Me da la vuelta hasta dejarme de espaldas apoyada en una pared mientras una de sus manos baja hasta mi sexo y comienza a darme placer mientras me besa. Hago lo mismo y con mis manos acaricio su m*****o habiéndonos gemir. Él movimiento de mis manos y sus dedos se unifican en un ritmo mientras nos vemos a los ojos. Pero cuando estoy por correrme él se detiene, me hace dar vuelta quedando de espaldas a él. Escucho como abre un preservativo para luego entrar muy lentamente en mi haciéndome sentir todo su m*****o. -              Ahh!! – gimo al sentir que muerde mi hombro. -              Eres el puto paraíso – dice poniendo sus manos en mis senos mientras sale de mí y vuelve a entrar con fuerza haciéndome gritar. -              Anker!!! – gritó sintiéndolo besar mi espalda. -              Eso nena, di mi nombre – dice en mi oído haciéndome delirar. Comienza a embestirme muy fuerte haciendo que llegue al orgasmo rápidamente y él también lo hace. -              Eso estuvo intenso – digo dándome la vuelta para observarlo, comienza a besar mi cuello mientras me toma de la cintura y me guía hasta la cama. -              Solo es el comienzo – dice besándome de nuevo al tiempo que vuelve a penetrarme, dándole comienzo a la mejor noche de mi vida. A la mañana siguiente abro los ojos lentamente, mis fosas nasales se inundan con su exquisito aroma, pero cuando me doy la vuelta veo que me encuentro completamente sola, pero sobre la almohada hay una rosa junto a una nota.   Me debes un desayuno. A   Me levanto y decido meterme a la piscina que hay en la terraza, pero cuando estoy allí me gana la pereza y decido quedarme todo el día en la habitación, Así que tomo el portátil y celular, pido algo de comer. Mientras estoy en la piscina tengo el portátil al borde buscando donde será mi próxima parada. Cuando llega la comida, decido irme hacer un recorrido por Europa. Viajar de Atenas a Paris y allí recorrer el continente en tren. Estoy por hacer la reservación del vuelo cuando suena mi celular. Frunzo el ceño al ver que el número desconocido es de aquí. -              ¿si? – preguntó curiosa por qué no le he dado mi número a nadie. -              ¿estas ocupada? – pregunta esa voz que hace que la piel se me erice. -              Estoy en la piscina mientras decido mi próxima parada – respondo caminando hasta el borde de la piscina que tiene vista al mar. -              Ábreme – dice sorprendiéndome. Salgo de la piscina y camino hasta la puerta y allí está él, tan imponente y atractivo. Él al verme me recorre el cuerpo con la mirada. Tengo puesto un bikini azul rey. Sin que me lo espere me toma del rostro y comienza a besarme mientras cierra la puerta de una patada. Tenemos sexo de nuevo haciéndome olvidar por completo de todo.
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