03

1221 Words
Anker Katsaro La veo dormir tranquilamente y no puedo creer lo que estoy haciendo, pero esta mujer me tiene atrapado desde que la vi entrar al restaurante anoche. Es una autentica belleza, pero lo que más me hipnotiza son sus curiosos ojos. Estaba en una importante reunión cuando la vi entrar, la observé cuando la guiaron hasta su mesa, luego de un rato me di cuenta de que no esperaba a nadie, por lo que decidí terminar mi reunión y acercarme a ella, sin saber que ella me daría la mejor noche de mi vida. Cuando amaneció tuve que alejarme de ella a regañadientes porque tenía una reunión, pero no salió de mi mente en toda durante la mañana, así que cancele todo y volví al hotel donde la hice mía toda la tarde y parte de la noche. Esa mujer es la sensualidad personificada, además de una fuente inagotable de placer para mí. Simplemente no tengo suficiente de ella. -              ¿sigues aquí? – pregunta abriendo sus hermosos ojos mientas se acuesta bocabajo dejándome ver su hermosa espalda. Noto por primera vez que a su costado izquierdo tiene un nombre tatuado. -              Me debes un desayuno – digo viendo que dice su tatuaje. Jason -              Podemos desayunar en la terraza – dice dándome una mirada cargada de deseo, logrando con ella que mi cuerpo se encienda – pero antes quiero otra cosa – dice seductora y yo rápidamente me cierno sobre ella besando su espalda. Huele exquisito, como a Gardenia, canela, sexo, pero sobre todo huele a mí. Luego de una intensa sección de sexo matutino, pido el desayuno mientras ella se baña, además llamó a Ademiha, mi asistente para pedirle que me traiga un traje. Mientras la espero a ella y la comida, reviso algunos correos de la empresa para saber cuánto trabajo tengo acumulado. Mi familia es muy importante en Grecia y el mundo. Nuestra corporación es dueña de negocios como el petróleo, construcción de navíos comerciales y de lujo, bancos y uno que otro más. Al ser el hijo mayor, tuve que asumir el cargo de la corporación cuando mi padre decidió retirarse, mi hermano me ayuda muchísimo ya que él es el vicepresidente y trabajamos duramente hombro a hombro. Mi hermanita a su corta edad, es una importante diseñadora de modas, además de contar con su marca propia. Mis padres son un matrimonio perfecto a los ojos de las cámaras y los demás, pero en la intimidad del hogar son dos desconocidos que se tratan con cordialidad.   Todas mis relaciones han sido interpersonales, en las que solo hay sexo y nada más. Jamás me han roto el corazón o han traicionado, es algo que jamás he permitido. Mi padre siempre nos enseñó que la vida que tenemos es una bendición, pero así mismo es una maldición. Bendición, porque siempre hemos tenido todo aquello que hemos querido. Nuestro padre nos llenó de lujos con los que cualquier persona normal soñaría. De igual forma nos enseñó valores, pero los más importantes y los cuales siempre nos recalcó, fueron la lealtad, la disciplina y el respeto. Maldición, porque nunca sabrás quien se acerca a ti de forma transparente o quieren algo de ti. Siempre hay personas que buscan algo de ti, puede que no lo digan, pero su actitud lo demuestra. Escucho que tocan la puerta, lo que me saca de mis pensamientos. Me pongo de pie y voy abrir encontrándome con Eros mi chofer. -              Buenos días señor Katsaro – me saluda mientras me entrega la bolsa en la que viene el traje y los zapatos. -              Espérame abajo, en un rato voy – digo para luego cerrar la puerta, camino hasta el closet y cuelgo la bolsa. -              ¿Llegó el desayuno? – pregunta Nataly saliendo del cuarto de baño. Esta bellísima, ya se encuentra vestida con un conjunto de pantalón y top, n***o de rayas blancas. Además de tenis blancos. Se trenzó su hermoso cabello y se maquillo de forma muy sutil. -              No, aún no – digo yendo hasta ella, le doy un beso a lo que ella sonríe – voy a darme una ducha. Me ducho rápidamente y me pongo el traje. Cuando estoy listo camino hasta la terraza donde observo a la hermosa mujer que me tiene hechizado desayunando mientras observa el mar. -              ¿espresso? – pregunta mientras me siento a su lado. -              Si, lo necesito – ella me lanza una mirada coqueta y yo sonrío. - ¿ya decidiste a dónde ir? -              Si – responde haciendo que mi pulso se acelere – viajaré a Paris y de allí, recorreré Europa en tren. -              ¿volverás? – preguntó tomando un poco de café, ansioso de su respuesta. -              Tal vez si, tal vez no – responde encogiéndose de hombros. Su respuesta me molesta, pero trato de disimularlo. -              ¿cuéntame de ti? – preguntó y ella me observa. -              Detente vaquero – dice ella sorprendiéndome – no hay nada que debas saber de mí, salvo que soy una chica que quiere conocer el mundo. Hasta ahí, yo me iré en un par de días y no sé si volveremos a vernos, así que esto – nos señala con el dedo – no va pasar de sexo. -              ¿Por qué? -              Es lo mejor, cuando me vaya será todo más sencillo, si vuelvo entre los dos solo habrá sexo – dice ella encogiéndose de hombros – no necesitas saber nada de mí y a mi no me interesa saber de tu vida. – la observo curioso. Nunca me había pasado, por lo general las mujeres se acercan dejando claras sus intenciones. Pero ella simplemente quiere sexo y no es que me moleste, por el contrario, siento que no tengo suficiente de ella. Pero me confunde y mucho. Lo hace de verdad y no le interesa quien soy o solo quiere hacerse la interesante. Mientras desayunamos le recomiendo lugares que debe conocer aquí en la ciudad, así como en Europa, ella me escucha atenta a cada palabra, me cuenta que ha leído sobre magníficos lugares y de los cuales está ansiosa por conocer. Cuando terminamos de desayunar vamos a cepillarnos los dientes para luego tomar nuestras cosas y salir de la habitación. Mientras caminamos a la entrada vamos en un silencio cómodo, pero al llegar a la entrada ella dice. -              Hay algo que quiero pedirte – dice y me decepciono porque al parecer tanta belleza no puede ser cierta. -              Lo que quieras – respondo un poco molesto, mi tono parece sorprenderla y molestarla, por lo que enarca una ceja. -              Quiero que me prometas o mejor que me jures no investigaras nada sobre mí – dice sorprendiéndome – no soy tonta y soy muy buena fijándome en los detalles – dice haciendo reír – por tu ropa, tu comportamiento y porte supongo que vienes de una familia muy importante y con dinero, algo que no me importa, solo quiero que disfrutemos de lo que está pasando, que sea algo de los dos – dice mirando detrás – no quiero todo el drama que los apellidos importantes conllevan, solo quiero disfrutar de mi año sabático, cuando vuelva a casa quiero que seas un lindo recuerdo. – me da un beso en la mejilla para luego irse dejándome sorprendido y con un mal sabor en la boca.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD