Cuando llegó a la empresa me encuentro un poco irritado y de mal humor, mis empleados parecen darse cuenta ya que se hacen a un lado nerviosos mientras camino hacia los ascensores. Cuando llegó al piso en el que se encuentra mi oficina veo que Alexio ya me espera fuera del ascensor.
- Buenos días señor Katsaro – me saluda, pero lo ignoro pasando de largo a mi oficina donde me sorprendo al ver a mi padre esperándome allí.
- Papá no es un buen momento – digo molesto sentándome frente a él.
- Llevo esperándote una hora – comenta divertido lo que hace que mi molestia aumente – debe ser muy hermosa.
- No sé de qué hablas – respondo encendiendo mi computador, sabiendo perfectamente a lo que se refiere.
- Nunca llegas tarde – dice haciendo que le lance una mala mirada a lo que él sonríe – esta buen hijo – levanta sus manos a modo de rendición.
Observo al hombre frente a mí y sonrío. Basíl Katsaro, siempre ha sido un tiburón para los negocios, astuto y despiadado. Su matrimonio con mi madre siempre ha sido cordial. Es un hombre que inspira respeto, admiración, envidia y hasta miedo, pero para mis hermanos y conmigo ha sido el mejor padre del mundo. Atento, cariñoso, comprensivo, divertido entre muchísimas más cualidades. Mi padre sin importar que tan ocupado estuviera siempre tuvo tiempo para nosotros, sus hijos. Para él no había más importante.
- Hijo, quería decirte que te debes comenzar con la gira, lo más pronto posible – me recuerda
Cada tres años el presidente de Katsaro Inc. Debe hacer un recorrido por todas las sucursales de la corporación distribuidas por el mundo. La gira dura aproximadamente diez meses o un año, dependiendo de cuántos problemas hayan.
- Yo estaré aquí mientras tú haces el recorrido – dice sonriente.
- ¿Cuándo debo comenzar? – preguntó dándole toda mi atención mientras una loca idea comienza a formarse en mi cabeza.
- Sabes que la revisión es sorpresa, ya es tu decisión cuando y donde empezarás – responde mientras sonrío al tomar una decisión – no creo que esa sonrisa será por el trabajo que te espera.
- ¿Quién te ayudará? – pregunto evadiendo su comentario.
- Corban, por supuesto – responde como si nada haciendo referencia a su mano derecha desde hace ya una década. El padre de Corban fue asistente de mi abuelo y mi padre, pero cuando se retiró, su hijo asumió el cargo.
- Alexio – digo por el teléfono que comunica directamente con él – ven y dile a Corban que entre también.
mientras nuestros asistentes entran le envió un mensaje a Nataly diciendo que necesito verla, a lo que ella solo me responde.
"Sabes dónde encontrarme. N"
Pasó el resto del día poniendo a mi padre al tanto de todo lo que está pasando en la empresa. Después de mediodía mi hermano Ezio Katsaro se une a nosotros para ayudar a papá con la actualización de toda la información que tenía de la empresa ya que él como vicepresidente estará apoyando a mi padre en mi ausencia. Cuando son las nueve de la noche nos despedimos y yo salgo rápidamente a mi apartamento para cambiarme. Soy dueño de una hermosa villa, pero me sirve más el apartamento para ahorrar tiempo. Aunque me quedo en la villa los fines de semana.
Luego de una ducha rápida me visto para salir rumbo al hotel. Al llegar pasó directo a la habitación de Nataly. Toco la puerta y unos instantes después esta se abre dejándome ver una hermosa diosa enfundada en ropa interior de encaje resaltando el hermoso tono de su piel.
- Hola – saluda de forma muy seductora, la tomo de la cintura adentrándonos a la habitación y comienzo a besarla, pero me detengo ya que debemos hablar.
- Tengo algo que decirte – digo y ella me observa con la respiración agitada.
- Luego – responde volviéndome a besar de forma muy intensa.
La poseo con auténtica pasión disfrutando de cada parte de su maravilloso cuerpo. Disfruto de todo lo que me gusta de ella. La suavidad de su piel, su olor. Grabo en mi mente cada parte de su cuerpo, todo me encanta de ella y por más que la tengo en mis brazos siento que no tengo suficiente. Cuando llegamos al orgasmo siento que toco mi propio cielo. La observo y me fascina lo que veo, esta sonrojada, con la respiración agitada, sonriendo y con su cabello esparcido en la almohada.
- ¿de qué quieres que hablemos? – pregunta empujándome un poco para que me acueste sobre mi espalda y ella lo hace sobre mi pecho.
- Quiero decirte algo – digo y ella me observa traviesa haciendo que mi cuerpo reaccione – concéntrate – digo y ella rueda los ojos divertida.
- Te escucho
- Quiero que me acompañes a un viaje que debo hacer – digo mientras la veo abrir los ojos aterrada. Intenta apartarse, pero se lo impido – calma vaquera – repito lo que ella me dijo – no te estoy proponiendo matrimonio.
- No está en mis planos – dice ella aún tensa – quiero recorrer lo que más pueda del mundo y lo sabes.
- El viaje que debo hacer, debo hacerlo a varios países – digo y ella enarca una ceja – se me ocurrió que podríamos viajar juntos. Pero si no te parece, está bien. Además, si aceptas, en cuanto termine la gira podrás retomar tu viaje sola.
- ¿Cuantos países? – pregunta pensativa
- Treinta y seis – respondo, aunque son un poco más.
- Acepto – responde sin más, pero su expresión me indica que hay algo más – tengo dos reglas, si no las aceptas no iré y si las incumples también.
- Te escucho
- Primero – dice sería – no quiero saber nada de tu vida, ni que indagues en la mía y segundo, solo te daré estos meses, luego cada uno toma su camino.
- Acepto – respondo observándola atento mientras su mirada cambia de seria a coqueta y luego a sensual, provocando que mi cuerpo se encienda.
Vuelvo a disfrutar de su cuerpo completamente seguro que en cuanto estos meses terminen ya la habré sacado de mi sistema y todo volverá hacer como antes.