Capítulo Dos; Bodas y bebés.

1548 Words
§இ═══════இ§ Mi superior observa la evidencia extendida en mi escritorio, pone su dedo en los labios en clara señal de nerviosismo y me mira con esos ojos ámbar. —¿Estás segura? –cuestiona señalando mi plan de ataque. —Completamente. —Khatia, si nosotros movemos a todo el personal a distintas áreas, la base se quedará sola, sin protección. ¿Estás dispuesta a correr ese riesgo? –cuestiona y viéndolo así no me parece tan buena idea. Son tres "doma" que le pertenecen a Vittorio aquí en Rusia, si acabamos con todas ellas, él no tendrá más territorio aquí. Pero tampoco quiero poner en riesgo a todo mi escuadrón por que no sé si es confiable mi fuente. —Decide ya, Khatia, no tardarán en correr la voz de que descubrimos una de sus guaridas y que esta custodiada por la policía de Rusia. —Hagamoslo. –digo convencida. Mi superior asiente y sale de mi oficina, Nikolai entra queriendo saber si se hace o no. —¿Y bien? –cuestiona curioso. —Prepárense todos, saldremos por la noche. Nóvikov, Záitsev y Peskov irán contigo, yo iré con Petrova y Kozlov. —¿Estás loca? No te dejaré sola por ningún motivo, quiero estar contigo, así que cambia a Petrova por mi, –se acerca hasta mi y acaricia mi mano–, siempre juntos, ¿recuerdas? –Iré a la casa principal, no quiero que te pase algo si estoy equivocada. —Y si me pasa algo estando lejos de ti tampoco te lo perdonarías. Así que mejor vamos juntos, por que atraparemos a ese hijo de puta y te follare con mi lengua. Siento el calor subir desde mi cuello hasta mis mejillas, no soy una chica que se impresione fácil ante un hombre, pero Nikolai es un sinvergüenza sin filtro. —Esta bien, solo no hagas comentarios sucios antes de que los tengamos. Nikolai sonríe malicioso y asiente. —Te lo prometo. Sale de la oficina y pone a todos al tanto de las actividades que realizaremos hoy por la noche, estoy nerviosa, debo admitirlo. Camino hasta los cuartos especiales en donde tengo a mi valioso testigo. Cuando abro la puerta él se sobresalta. —Quieto, soy yo. —La muñeca Rusa al ataque. –se burla. —En unos momentos saldremos a las casas, es momento de que me digas si la información que me diste es verídica. —¿Vas a matarme? Me tenso ante su pregunta. Sí, soy inspectora de la policía Rusa, pero nunca he usado un arma para dispararle a alguien, ¿irónico verdad? Siempre les estoy apuntando pero mis dedos no son capaces de accionar el gatillo. —Hicimos un trato, ¿no? Soy una mujer de palabra. En cuanto tomemos las tres casas y todo esto termine, haré que cumpla con mi parte del trato. Él se levanta de su lugar y camina hasta mi, no puede acercarse pues esta atado del tobillo. —No inspectora, vendrás aquí y me vas a matar tú misma, con esas manos tuyas. ¿O es que acaso te da miedo? Trago con dificultad, eso es obvio, pero no se lo haré saber. —Muy bien. –respondo tratando de sonar serena. —La información que te di es verdadera, es por eso que en cuanto tengas las casas en tu poder debes venir a matarme, por que si no lo haces tú, lo hará él y no querés que eso suceda. —Pero lo haremos a mi manera. Él piensa por un momento la situación y después de meditarlo responde. —Bien, pero que seas tú. —Khatia, estamos todos listos. –suena por la radio que tengo colgada en la cintura. —Suerte, inspectora. Con un asentamiento de cabeza me despido de él y salgo de ahí, camino en dirección a la unidad que nos espera para partir. Nikolai me mira y sonríe con ternura. —¿Estás lista? –cuestiona y me entrega un café. —Sí, pero tengo miedo de estar equivocada. —Todo saldrá bien, dejame ir al frente, ¿si? Asiento bebiendo un poco de mi café. Subimos a las camionetas y vamos con rumbo a las casas, en la salida principal las camionetas se dividen, cada una tomará una guarida, nosotros iremos a la principal. «En la treinta y cuatro hay movimiento sospechoso, vayan con perfil bajo» —Alfa y Kozlov, aseguren el perímetro antes de que todos entren. La orden es la misma para todos. «Copiado, cambio y fuera» Nos mantenemos en silencio, nunca en mi vida sentí tanta tensión como hoy. —Cuando todo esto acabe, nos iremos de Rusia, Khatia, te lo prometo. Miro a mi compañero y él me regala esa sonrisa preciosa. Llevo años preguntándome como es que Nikolai y yo no hemos terminado enredados en la cama o mejor aun, en una relación amorosa. Prácticamente vivimos juntos y nuestros encuentros "sexuales" se limitan a él dándome un poco de sexo oral pero no va más allá. Jamás he querido presionar sobre el tema, supongo que debe tener una fuerte razón para no intimar de lleno conmigo. Es una relación rara la que tenemos, aunque realmente, viéndolo bien, ni siquiera tenemos una. Es solo una amistad con goce de privilegios. —¿Por qué nunca hemos tenido sexo? –cuestiono directa. —Inspectora sin filtro. –me acusa y se ríe. —Es en serio Nikolai, es algo en lo que jamás quise presionar, pero ahora esa duda me hace mucho ruido. —Los penes provocan bebés, Khatia. –señala despreocupado. —Hay anticonceptivos Nikolai. –señalo obvia–, ¿o es que hay alguien y el problema soy yo? Nikolai ríe y eso me confunde. —Dragotsennyy, (preciosa) no hay otra mujer que no seas tú, no seas celosa. Ahora concéntrate en esto, por que es nuestro pase de salida. –asegura y se adentra al bosque en donde se encuentra una de las casas de Vittorio. «Alguien quiere ser ama de casa, eh» Se burla ella desde el otro lado de mi auricular. —Empiezas a ser muy impertinente Masha. –murmuro y ella ríe. «Aquí Kozlov, objetivo localizado, esperamos instrucciones inspectora» —Esperen en la posición, no hagan movimientos en falso, nosotros estamos llegando a nuestro destino. «El escuadrón de Záitsev también está en posición, solo esperamos su señal» —Entendido. Nikolai avanza enos cuántos metros más hasta que la camioneta no puede seguir. —Nos toca caminar, estén todos atentos. Todo el escuadrón asiente y cubren su rostro, cargan sus armas y se ponen en posición. Nikolai me detiene y sonríe. —Una vez que nos vayamos de aquí, pensamos en bebés, boda y esas cosas, ¿te parece? Río por su comentario pero asiento. —Está bien, aunque no es nada necesario. Besa cortarmente mis labios, me cubre el rostro y luego cubre el suyo, prepara su arma y yo la mía. Caminamos con cautela por el lugar, esta muy oscuro y es por eso que somos guiados por mi escuadrón con visión nocturna, Nikolai hace una seña y nos separamos en dos grupos, obviamente yo voy con él. —Quedate conmigo Khatia. Asiento aunque no pueda verme, realmente eso de pensar en boda y bebés no está en mis planes, Nikolai y yo hemos sido buenos amigos desde hace tiempo y no me gustaría arruinar eso. —A las seis en punto, dos hombres armados, ¿francotirador estas en posición? «Los veo, los tengo» —¡Fuego! Ambos hombres caen al suelo, al parecer nadie se ha dado cuenta de ello y es una buena señal. Seguimos caminando y puedo ver a los hombres tirados cuando paso a su lado, hay un gran ventanal por el cual puedo ver no solo a la gente que opera esta casa, sino también a Vittorio. —Vittorio esta aquí. –susurro. —Lo detendremos. –asegura–, ¿Kozlov, Záitsev, todos en posición? «En posición» —Ahora. Todos nos movemos rápidamente y nos ponemos uno a cada lado de la entrada, Peskov abre la puerta de una patada y entramos todos. —Todos al suelo, Policía de Rusia. Las mujeres en el regazo de Vittorio comienzan a correr despavoridas, mi equipo entra y en cuestión de nada somos recibidos por balas, Nikolai queda justo del otro lado, tan alejado de mi. Las balas siguen cayendo mientras mi equipo responde. —No podemos perder a Vittorio. —Khatia no, es muy peligroso. Levanto un poco la cabeza y veo como es llevado por dos de sus hombres, va herido, de eso no tengo duda. Salgo de mi escondite y corro tras ellos, Nikolai grita y yo no me detengo, no hay nadie más ahí. —¡Te dije que era peligroso! El sonido ensordecedor me hace cerrar los ojos, Nikolai deja caer su cuerpo contra el mío, abro mis ojos y veo como los de él se van cerrando, caigo con él encima y siento mi cuerpo mojarse, Peskov llega hasta nosotros y me ayuda a quitarlo de encima. —¡Nikolai! –su camisa llena de sangre, ¿por qué demonios no llevaba chaleco?–, Nikolai, mírame, quedate conmigo. Nikolai despierta. —Hombre caído, necesitamos un médico. –pide Petrova por radio. «Nuestro objetivo esta muerto, esperamos instrucciones» —Llévenselo. –ordena ella–, tranquila Khatia, ya viene la ayuda. Veo a mi compañero bañado en color carmesí, es mi culpa, solo mía. Peskov intercambia una mirada con Petrova. Empiezan a darle rcp y mi corazón se detiene, si Nikolai muere por mi imprudencia, jamás me lo perdonare, jamás.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD