Capítulo Tres

2369 Words
—¿Savannah? —No, Alexandra Walton, es un placer conocerte Liam, mi padre no dejó de hablar de ti durante días. –confiesa y extiende su mano hacia mi. Yo aún me encuentro perplejo, es tan idéntica, no es posible que hayan dos mujeres tan iguales y que no sean la misma persona. El señor Walton aclara su garganta al ver que ella sigue con su mano extendida hacia mi. La tomo a pesar del miedo que estoy sintiendo, al contacto con su piel, una corriente fría camina por todo mi cuerpo, alejo con sutileza mi mano de la suya y me siento frente a ellos. —¿Hay algún problema, Liam? —N-no, –tartamudeo y me siento estúpido–, yo, solo he tenido días algo estresantes, mi prometida y yo nos casaremos pronto y... Ya sabe cómo son los preparativos de una boda. —No me ha tocado pasar por eso pero quizás cuando Alexandra se case pueda entender un poco. Ahora vamos al grano, quiero hacer negocios contigo y tu empresa, Liam. Tengo dinero que solo está ocupando espacio en mi cuenta bancaria y si no lo muevo mi pequeña niña terminará por invertirlo en otros negocios. Supe que estás pensando en expandir tus hoteles. —Sí, eso es justo lo que quiero hacer. Fijo la mirada en la mujer que tengo enfrente, sus labios rojos entre abiertos, pareciera que algo quieren decirme pero nada sale, su sonrisa crece y yo la miro con más detenimiento, no puede ser Savannah, ella era incapaz de sonreír así. —Si sigues mirando así a me retoño y poniéndola toda roja y nerviosa, vamos a tener problemas. –señala el señor Walton pero su sonrisa me indica que solo bromea. —Lo siento, es que es inevitable verla, no sabía que tenía hijos y mucho menos hijas. —Me gusta mantener mi vida privada así, tú sabes que cuando pertenecemos al círculo del dinero no solo nosotros corremos peligro sino los nuestros, mi hija estuvo a punto de morir en un intento de secuestro hace seis años, tuve que esconderla del mundo por un tiempo. —Pero ahora decidí que no quiero vivir más oculta, quiero ser libre y conocer todo lo que no pude mientras estuve lejos de aquí. Quizás tú puedas enseñarme la cuidado, mi padre es aburrido y viejo para ir incluso por un café. –señala ella y el señor Walton ríe con gracia. —¿Pero sigues amando a tu padre viejo y aburrido? –pregunta él y ella toma su mano dejando un beso sobre ella. —¿Cómo no voy a amarte papá? No sé que haría sin ti. —¿No es tierna mi pequeña? –cuestiona y yo solo puedo verla sintiendo que es la pesadilla más vívida que he tenido en mi puta vida. Es terrorífica incluso cuando en realidad es tierna. —Claro que si, muy tierna. –murmuro perdido en esa sonrisa tan escalofriantemente bella. —¿Entonces no tienes problema en ser su guía turístico? –me hace la pregunta que me devuelve a la realidad. —No, por supuesto que no señor Walton. —Dime Johan, después de todo seremos socios y amigos, ya deberías de saber que confío en ti ciegamente, después de todo te estoy dejando a mi pequeñita. —Agradezco mucho la confianza, Johan. Alexandra estará segura conmigo. –aseguro con voz temblorosa. Ella aplaude al parecer feliz, mis manos no dejan de temblar y no precisamente por emoción sino por miedo. En este momento ni siquiera puedo procesar que estaré haciendo el negocio de mi vida, lo único en lo que puedo pensar es en el enorme parecido que tiene Alexandra y Savannah. Es aterrador. —Bueno muchacho, dame esos papeles y la propuesta de expansión, no perdamos más tiempo. –me pide y yo asiento algo atontado. Llamo a mi asistente y le pido los papeles necesarios, ella llega con el cabello recompuesto y mejor presencia. Me entrega la carpeta y Johan Walton lo toma y sin ver nada firma y me extiende un cheque con una cantidad obscena de dinero. El corazón late frenético, esto es un sueño, no puede ser una pesadilla, me digo a mi mismo, luego la veo a ella y no me siento tan seguro. —Mañana empezaremos con todo. —¡Papi! ¿A qué hora me voy a divertir entonces? ¿Podemos hacerlo el lunes? Hoy es jueves y no tiene caso que inicies mañana en pleno fin de semana. –señala ella y pone ojos de cachorro. Definitivamente ella no puede ser Savannah, ella jamás se hubiese comportado así. Tan tierna y dulce, tan caprichosa. Savannah era fría y si quería algo sola lo buscaba. Era incapaz de poder chantajear a nadie, ni a mí. La única forma en la que su hielo se alejaba era mientras tenemos sexo. Por qué ahí era dulce como la miel, después de un orgasmo ella volvía a ser la misma. Eso era lo único que extraño de esa maldita. —¿Liam? ¿Te encuentras bien? —Lo siento señor. Sigo procesando todo esto. —Liam Coppola, acepta la idea de que ahora estarás codo a codo con Alexandra Walton y su fortuna. —¿Cómo dice? —Que yo soy quien paga por la expansión, pero la dueña y socia es mi pequeña niña. Ha llegado el momento de que se abra paso en el mundo de los negocios y que mejor que de la mano de un hombre tan importante como tú. —¿Hay algún problema con eso? –cuestiona ella con una mueca triste y yo trato de no hacerle saber que se ve tierna. —¡No! Solo me tomó por sorpresa. Pero no hay ningún problema en absoluto. Yo te guiaré no solo por la ciudad sino también por el mundo de los negocios. –aseguro y cuando la veo venir hasta mi para abrazarme no puedo evitar sentirme en pánico y termino cayendo a la silla con ella encima de mi. Por un momento su rostro queda a centímetros del mío, su aroma llega hasta mi nariz y se cuela en mis sentidos. Huele a dulce, a vainilla. Observo su piel y trago saliva con fuerza, algo dentro de mi despierta y ella parece notarlo, abre los ojos con sorpresa y se levanta con cautela pero aún así logra rozar mi vergonzosa erección. —Lo siento, me emocioné demasiado. —No es nada. ¿No te lastimaste? —No, lamento...–mira con discreción hacia mi entrepierna y sus ojos van a los mios–, bueno ya sabes. —No re preocupes, está bien. Alexandra vuelve a su sitio junto a su padre quien la abraza con ternura. —Iniciaremos el lunes entonces por órdenes de la princesa. —¿Pasas por mi a las siete? –cuestiona hacia mi Alexandra y yo asiento embobado. —A las siete en tu casa, ahí te veré. —De acuerdo. Alexandra sale de mi sala de juntas seguida por su padre. Yo me dejó caer en la silla nuevamente respirando más tranquilo. Llamo a Vanessa quien responde al instante. —Hola amor, ¿1uw tal todo? No quise llamar antes por qué no quería interrumpir. —Acabo de cerrar el trato con Walton. —¿Walton? ¿Hablas de Johan Walton? –cuestiona sorprendida. —Sí, ¿lo conoces? —No directamente, pero es amigo de mi padre. Llevan años conociéndose y teniendo negocios. —¿Sabías que Walton tiene una hija? —Sí, siempre se la pasaba de viaje o en extenuantes clases para ser la perfecta sucesora. Jamás pude conocerla a pesar de que nuestros padres pasaban tiempo de vacaciones juntos. —Es tan raro, wlla ha venido hoy con él. Ella será mi nueva socia. —¿Nueva socia? Creí que el trato era con Walton. —Con Alexandra Walton, no con Johan. —¿Por qué aceptaste tener tratos con ella? —Walton me lo pidió como favor personal, Vanessa. No iba a poder tener otra oportunidad igual, y no importa si es con él o con Alexandra... —¿Ya tan rápido la estás llamado por su nombre? ¿También se abrazaron para cerrar el trato? –cuestiona furiosa y yo siento que me congelo. —Vanessa escúchame por favor, no te pongas en ese plan. ¿Quieres? Esto es lo que estuve esperando por años, una sociedad con ellos era lo que necesitaba. —No la necesitabas, eres el puesto tres en la revista Forbes. —Es dinero heredado, Vanessa. Estoy en esa posición por la herencia de mía padres no por mis logros empresariales. Además, ¿por qué ser el tres cuando puedo ser el uno? Podré pagar la boda de tus sueños ahora linda, no habrá que recortar gastos de nada y la luna se miel será en dónde quieras. Sabes que esto lo hago por nosotros. –le recuerdo por qué aunque nuestra boda no sería de lo más barata si íbamos a dejar algunas cosas de lado para poder irnos de luna de miel. La línea se mantiene en silencio y después de unos segundos que me parecen eternidades vuelve a hablar. —Sabes que no necesito una boda cara y ostentosa. —Pero yo quiero dártela, quiero que tus padres dejen de humillarme diciendo que soy incapaz dw hacer algo grande. —¿Por qué te importa tanto lo que piensen ellos? Lo que debería importar es lo que yo piense. —No lo entenderías Vanessa, yo... La puerta se abre de golpe y veo la sonrisa de Alexandra cuando me ve. —Hola otra vez, Liam. —Alexandra hola, ¿Está todo bien? —Oh si, es que estaba tan emocionada por nuestra salida de hoy que olvidé dejarte mi dirección. –asegura y entonces me soy cuenta que ella no sabe que yo sé dónde vive por qué robé 3da casa hace tiempo. —Es verdad, también yo estaba muy emocionado con la salida y con todo. –aseguro tartamudeando un poco al final. —¿Estás emocionado por salir a mostrarme la ciudad? —Por supuesto que sí, trataré que te diviertas. —De acuerdo. No vayas tan formal pero tampoco me decepciones. —Claro, te veré a las siete. Alexandra deja un papel sobre mi escritorio y me guiña un ojo antes de salir. Yo me quedo embelesado mirando en la dirección por la que se acaba de ir y sin querer suspiro. Observo la hora en mi teléfono y me doy cuenta de que la llamada con Vanessa sigue en curso. Me golpeo mentalmente por mi estupidez y retomo la llamada. —¿Sigues ahí? —¿Por qué? ¿Tenías la esperanza de que haya cortado la llamada mientras hablabas con ella? —Es mi nueva socia. —Una con la 1ue vas a salir está noche. ¿Acaso no le hablaste de mi, Liam? ¿O tuviste que ocultarme para poder firmar el maldito trato? —No digas tonterías Vanessa, ella sabe perfectamente que eres mi prometida. Acaba de llegar a la cuidad, me pidió que le diera un tour nada más. —No sabía que eras guía turístico. Estás lleno de sorpresas. —Amor por favor, no te portes tan infantil. Hablas como si estuviese haciendo algo imperdonable. —Ibamos a celebrar si lograba firmar con el socio de hoy. —Podemos hacerlo mañana. Hasta el lunes es oficial. —¿Y mientras estarás de niñero? —Vanessa... —Esta bien, cuando termines de andar de cuidador de niñas, avísame. Vanessa cuelga la llamada y yo tomo una respiración profunda por cuarta vez en el día. Solo es una salida a que conozca la ciudad y ya. Ella podrá hacerlo sola. *** Con mi mejor ropa y listo para salir con Alexandra Walton, mi futura socia, me encuentro afuera de la gran casa Walton, esperando por ella. He tratado de hablar con Vanessa pero es inútil, no responde mis mensajes y me bloqueó se todas las r************* posibles. Levanto la mirada del teléfono y no puedo describir la sensación que se apodera de mi cuerpo en este momento. Guardo el teléfono al ver a Alexandra bajar por las escaleras con un vestido corto en color verde jade de tirantes. Su cabello va suelto y el viento juega con el un poco, parece una película por qué incluso creo que viene hacia mi en cámara lenta. Cuando la tengo cerca es que me doy cuenta de lo increíble que resalta su piel con ese color. —¿Tan mal estoy que no puedes hablar? –cuestiona y yo niego con la cabeza. —Estas, preciosa sería poco. –aseguro sintiéndome tonto por un momento. Alexandra hace una reverencia como toda una princesa y puedo notar la profundidad de su escote. Desvío la mirada y me aclaro la garganta. —¿Lista para la diversión? —Yo estoy lista. ¿Tú lo estás? —Por supuesto que sí. —Espero que nadie te espere en casa hoy por qué está noche eres mío. –asegura antes de subir al coche y yo no puedo evitar sentir repelús. Respiro tranquilo y subo al auto también. Solo será está noche y ya. ¿No? No necesitaré salir otra noche con Sava...es decir Alexandra Walton pero aprovechando que estaremos solos y lejos de Johan Walton, aprovecharé para sacarle algo se información que me pueda ayudar a ver si realmente ella no es la Savannah que conocí hace un tiempo. Por qué aún no me quito de la cabeza que es ella. —¿Está todo bien? Estás muy callado. —Solo estaba pensando en a dónde llevarte. —Solo quiero divertirme. —¿Bebes alcohol? —Oh no, soy mala para el alcohol, cosas malas suceden si lo tomo. —¿Qué clase de cosas? –cuestiono queriendo saber más. —No quieres saberlo. –asegura y puedo ver sus mejillas ponerse rojas. —Te llevaré a un lugar increíble ya verás. Por supuesto que sí la llevaré a un lugar especial, en dónde si o si tendrá que decirme quien es.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD