Solo leo el diario de Yaman, no me interesa leer el diario de la madre de Iyad. ¡Ellos son hermanos! Siento que mi cabeza está a punto de explotar. Además, leí lo que Yaman escribió sobre mí. Sé lo dé Nala, solo fue un plan para que volviera a mi país, dice que me ama, pero si lo hiciera no me causaría tanto daño. Necesito hablar con él. Guardo los diarios y busco a Mustafá, quiero decirle que me iré. Voy al establo, él se encuentra cepillando los caballos. —Mustafá, necesito irme, agradezco tu hospitalidad. —La llevaré a la mansión, princesa. Permítame un momento, iré a lavarme las manos. Si quiere puede esperar en el auto. Subo al auto y espero. Mustafá llega algunos minutos después. Al llegar a la mansión me dirijo directamente a la oficina de Yaman. Entro sin tocar, él