24.Curo Tus Labios

1101 Words
[GAEL] Ver su cara de felicidad en estos momentos es el premio más gratificante de todos. El haber planeado esta sorpresa de manera tan espontanea ha hecho que me ganara una de esas sonrisas que tanto me han sabido conquistar, pero sobre todo me he ganado la hermosa sensación que es volver a tener el verde de su mirada observándome con detenimiento. —Te observo y sigo amando lo que veo. — Me decido a declararle en medio del silencio que se ha hecho entre los dos. Ella sonríe, acomoda un mechón de su cabello detrás de su oreja y niega —No tienes que usar letras de canciones para intentar solucionar lo nuestro.— Explica haciéndome sonreír. —No lo hago, jamás te diría la frase de una canción para intentar reconquistarte, pero en esta ocasión las palabras que he dicho son lo que siento. Recuerdo perfectamente la primera vez que te vi. — Explico. —Estabas borracho. — Rebate de inmediato y reímos juntos. —Vale, la segunda vez que te vi después de haber acechado todas las fotografías de tu cuenta de i********:. — Corrijo provocando que se sonría. —Eso suena más creíble, ¿y que recuerdas? — Pregunta divertida. —Aquella noche te dije que una mujer como tu merecía que fuese directo por que eres casi una modelo. Te dije todo lo que me gustaba de ti y que no quería perder contigo. Aquella noche, los dos buscábamos solamente pasarla bien y olvidarnos de todo. Creo que hoy la situación es diferente, nosotros somos diferentes, y por consecuencia debo decirte que ya no solo me pareces la mujer más hermosa que he visto en mi vida, si no que la más valiente de todas. — Le confieso. —¿Valiente? ¿yo?— Me cuestiona bastante confundida. —Si, valiente. Demasiado.— —¿Por qué?— Presiona y sonrió. —Porque no te has dado por vencida con nosotros, porque no has salido huyendo a pesar de lo idiota que he sido, porque lo das absolutamente todo por nuestros hijos, y porque hay que ser demasiado valiente para seguir adelante con todo a pesar de lo sucedido.— Confieso. —Digamos que huir no ha sido una opción que tú me has dado. — Explica. —Pero tampoco era muy difícil. He estado fuera un tiempo y tu tranquilamente podrías haberte ido.— Le digo muy seguro de que esa habría sido una de las salidas que podría haber elegido. —Puede ser.— Comenta restándole importancia. —¿Nunca lo has pensado?— Le pregunto de inmediato. Por primera vez, ella esquiva mi mirada. —Sería una mentirosa si dijese que dejarte no se me ha cruzado por la cabeza. He intentado hacerlo, eso debo admitirlo también. — Confiesa y a pesar de que imaginaba que esto podía ser cierto, una opresión en el pecho se hace presente dejándome casi sin aire. «¿Por qué me siento así? ¿Miedo? ¿Ansiedad?» Inevitablemente llevo mi mano a la altura de mi pecho y comienzo a intentar respirar con normalidad, pero siento que me ahogo —¡Gael!— Me grita mientras se levanta de la silla y se acerca a mí —¿Me escuchas? ¿Qué sucede? — Me pregunta alarmada y hace que me gire para verla. —Ey... mírame...— Me pide e intento hacerlo. —Respira. — Indica —Estoy aquí, ¿sí? — Dice y me hace sentir un poco de calma en medio del caos. —Eso es...— Me alienta cuando ya comienzo a respirar con un poco más de calma. —Lo siento.— Digo cuando al fin siento que he vuelto a respirar con normalidad. Ella niega, me sonríe, y pasa sus dedos por mi cabello —No lo sientas...— —Fue escucharte decir que has intentado alejarte de mí y sentir que no podía respirar. Me he dado cuenta de cuan cerca he estado de perderte— Admito y sin que pueda evitarlo; las lágrimas se escapan de mis ojos. —Entiendo, pero ya está. Estamos aquí, ¿sí?— Me alienta. —Hace mucho tiempo que no me sucedía esto. — Explico. —¿Ataques de pánico?— Cuestiona apartando la silla que está a mi lado para sentarse. —Si...— —Puedo entenderte, he vivido con ellos este último tiempo. — —¿Será que podremos volver a ser los mismos que fuimos hace un tiempo atrás?— Le pregunto lleno de dudas. —Creo que eso intentamos, ¿no? — Rebate de inmediato sin apartar su mirada de la mía. —Si...— Respondo y consigo sonreír al ver su mirada clavada en la mía —Se supone que soy yo quien debía apoyarte a ti, ¿y mírame? Con ataques de pánico.— Bromeo haciendo que ría. —Eres un debilucho.— Bromea. —Si el darme pánico por pensarte lejos me hace débil, pues sí, lo soy. — Me defiendo y sin que ella se lo espere, sujeto su rostro entre mis manos con delicadeza —No puedo concebir la idea de que estés lejos de mi.— Confieso inclinándome hacia ella. —¿Así será tu plan de reconquista?— Cuestiona en un susurro mientras su mirada se pasea entre mis labios y mis ojos. —Por ahora sí, ¿alguna queja con esto?— Indago apoyando mi frente sobre la suya para que la distancia sea mínima. —Por ahora no.— Responde imitando mis palabras y sonrió. —Tengo muchas, pero muchas ganas de besarte...— Le confieso sin poder parar de sonreír. Ella me sonríe y mira mis labios —¿A que esperas para hacerlo?— Me pregunta de una manera que trae demasiado recuerdos de lo que fuimos a mi mente y sin aguantarme más, la beso con todas estas ganas que traigo contenidas. En contra de todo pronóstico, sus labios le dan la bienvenida a los míos con ganas hasta el punto que siento que las agujas del reloj han retrocedido llevándonos a uno de aquellos primeros besos que nos hemos dado cuando apenas lo nuestro daba comienzo. —Cuanto te echaba de menos.— Digo en una pausa de esas que son obligadas para poder respirar. —Y yo a ti...— Rebate haciendo que las manecillas del reloj se detengan para nosotros dos. Aquí estamos en medio de nuestras inseguridades y miedos diciéndonos que nos echamos de menos e intentando volver a comenzar, solo espero que esta vez sí podamos curar nuestros labios como merecemos hacerlo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD