Capítulo 9

580 Words
Narra Anna  ¡Lo odio, lo odio y lo odio! Desgraciado, no puede ser, no aguanto estar encerrada aquí.  Ya ha pasado una semana desde la última vez que él vino, no se que hacer.  Sabía muy bien que llevaba aproximadamente unas dos semanas y media de estar encerrada en estas cuatro paredes.  Unos pasos se empezaron a escuchar provenientes del exterior. Mi cuerpo se llenó de terror al imaginarme que fuera él. La puerta se abrió y por ella entró él, con elegancia y su distintiva mirada fría, sin emoción alguna. —¿Me extrañaste princesa? —rodé los ojos —Yo sé que si  —Si usted lo dice —ironicé —Venía hacerte una propuesta, la misma de la semana pasada. Si te portas bien todo irá excelente. —Habla —dije interesada. —La propuesta es esta; mira podrás ir al instituto y andar por los alrededores de la casa —mis ojos se iluminaron —pero a cambio tendrás que hacer el papel como la señora de esta casa, mandaras en esta casa cuando yo no me encuentre en esta...  Entrecerré mis ojos, algo tramaba. Nadie ofrece así porque sí algo como eso. —cambio ¿De que? —pregunté, él sonrió con arrogancia. —A cambio de que asistas a reuniones conmigo y si no intentas huir todo irá de maravilla, podrás volver a tu antiguo instituto. ¿Qué dices?  Sé que algo se trae entre manos, que no sólo es eso. Pero el que no arriesga no gana.  —Acepto —dije esperando no arrepentirme después de esta decisión. —Buena elección, desde hoy puedes salir de la habitación, puedes ir al jardín, a cualquier lugar de la casa menos a mi habitación y al despacho, esos lugares están prohibidos.  —Está bien, no debo ir a esos lugares. Y ¿Cuando podré ir al instituto?  —Mañana, si así lo deseas. —Mañana, quiero ir mañana. Por cierto, ¿Qué día es hoy? —pregunté  —Domingo. Por cierto, te trasladarás  a otra habitación, también te llevarán toda esas cosas que necesitas.  —Está bien —Me voy principessa —dijo eso y se fue.  Vaya esto no me lo esperaba, dejó abierta la puerta abierta y eso me recordó que ahora era libre de vagar por la casa. Salí de la habitación y me impresioné al ver lo grande que parecía esta casa, caminé por el inmenso pasillo hasta llegar a unas escaleras. Estas estaban  divididas en dos, una al ala izquierda y otra al ala derecha, en la cual me encontraba. Bajé las escaleras observando cada detalle. Toda estaba perfectamente combinado, toda parecía tan extravagantemente. Se notaba lo acaudalado que era el duelo. Llegué al primer piso y seguí observando lo que se encontraba allí, entré a la sala de estar cautivándome por aquellos sofás blancos y bastante acolchonados. Después entré al living dónde se encontraba un enorme plasma y unos cómodos sofás. Todo destila lujo aquí.  Decidí ir a la cocina, esta era enorme y a mi parecer bastante moderna. Hay muchas mujeres trabajando en esta área. Una muchacha repara en mi presencia mira y me escanea con la mirada.  —Vienes por la entrevista de la nueva sirvienta que buscan ¿verdad? —dijo acercándose a mi. Abrí mi boca para contestarle, pero unos fuertes brazos en mi cintura me interrumpe. Me volteo y veo a mi secuestrador. Él mira con menosprecio a la empleada. No me sorprende que haga eso, era de suponer, es de los que menosprecian a los que hacen este tipo de trabajo como si fuera inmundo lo que hacen. Al contrario en mi punto de vista era un trabajo de lo más decente. Me dio rabia su comportamiento, ¿qué pensaría si supiera que yo también había ejercido este trabajo en mi casa? Seguramente ni hubiera reparado en mi.
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