Todos los magos estaban a un paso del deseo de la inmortalidad y la demonización, Karina lo sabía, ella era lo que los magos llamaban, “duende”, había probado docenas de tratamientos, hechizos y pócimas para regresarle la juventud a su cuerpo, pero, por dentro, sus órganos dejaban de funcionar uno por uno.
Era el turno de su cerebro.
Una lágrima bajó por su mejilla, se quitó los lentes de contacto y buscó en su cajón sus viejos anteojos. Solo con ponérselos se sintió vieja, se los quitó de prisa y al hacerlo, ya no fue capaz de ver su reflejo en el espejo, no importaba cuánto agudizará los ojos o se esforzará, su vista estaba vieja y cansada.
¿Cuándo comenzó con esa obsesión?
Fue quizá, en su primera vez como “La Rosa”, se tiñó el cabello para ese día, usó un vestido largo, un abrigo fino y un peinado alto, en el instante en que entró al hotel Damira todos los magos voltearon a verla, ella era simplemente hermosa y perfecta, merecía todas las miradas.
Los primeros años fueron maravillosos, pero llegó a los cuarenta y dejó de atraer las miradas, así que decidió probar con hechizos para rejuvenecer su apariencia.
Solo un poco, no planeaba usarlo toda la vida, solo lo suficiente, para no ser reemplazada por Pandora.
Después en los cincuenta, tuvo que usar más magia, llegaron los sesenta, la arritmia, la hipertensión, la artritis y ahora, en sus ochenta, seguía usando magia. Ya no podía cazar demonios, tampoco era una agente activa, porque toda su magia estaba enfocada en darle a su piel la elasticidad que perdió décadas atrás, ella servía a la iglesia siendo la rosa, y estaba a punto de perder esa posición.
Sobre la mesa había una fotografía del día en que Bruno compró su camioneta con espacio para todos, alrededor estaban Lilith, Megan, Sandra y Armando.
Una de ellas sería la siguiente rosa y entonces, nada le quedaría.
*****
Armando llegó tarde, la mayoría de los integrantes de la iglesia de la Rosa estaban en la sala y al buscar, decidió sentarse justo entre Megan y Lilith – hola preciosas, hoy no hay cumpleaños, ¿alguien sabe por qué nos llamaron?
Las dos se levantaron y lo dejaron solo.
Sandra los miró muy fijamente.
Pandora aplaudió, a su lado estaba Karina.
– La noticia que debemos darles es muy importante – señaló el señor Elkan – por motivos personales, nuestra Rosa, se retirará, el año entrante presentará a la nueva rosa y será su última aparición en la convención del hotel Damira.
Todos se sorprendieron.
– Las nominadas para su reemplazo – señaló Pandora – serán Tiffany, Sandra, Megan y Lilith, sí alguna desea no participar, tiene una semana para pensarlo y darnos su respuesta, no hace falta justificarse, son libres de tomar la decisión, después de que tengamos a las participantes, les daremos tiempo para prepararse y haremos una votación.
– Estoy dentro – dijo Sandra – yo seré la siguiente Rosa.
– ¿No escuchaste?, habrá una votación – dijo Armando.
– Cállate.
– Tienen una semana para pensarlo, no aceptaremos respuestas antes de eso – señaló Pandora – es una gran responsabilidad, no es un trabajo que puedan tomar un año y dejar al siguiente, serán el rostro y la voz de esta iglesia, formarán parte de la facción moralista de los seguidores del abismo y quedarán expuestas, tienen que pensarlo bien, Lilith, en tu caso, me gustaría que lo consultaras con tus padres, sé que ya eres una adulta, pero al aceptarte hicimos la promesa de cuidarte y queremos que estén informados.
Lilith asintió – lo haré.
– Eso es todo, ordenamos comida, sí lo desean pueden pasar a la mesa.
Imposible después de esa revelación.
Sandra corrió a tomar sus cosas para ir a casa, Megan habló con su padre y Lilith fue al sillón para sentarse junto a su tía, en toda la reunión ella no dijo ni una sola palabra.
– Tía, ¿cómo estás?
Karina sonrió – gracias por preguntarlo, estoy bien, la verdad es que he sido la rosa por mucho tiempo, se está volviendo cansado, y ahora que tenemos un grupo de jovencitas inteligentes y adorables, es el tiempo ideal para hacer un cambio, renovar, fuera lo viejo, venga lo nuevo.
Lilith se recargó sobre el hombro de su tía.
– Eres una de las candidatas, ¿qué piensas?, ¿te gustaría ser la siguiente rosa?
– En realidad, ¡sí me gustaría!
Los ojos de Karina se agrandaron – esa es una excelencia noticia, Tiffany nunca me agradó y Sandra es una presumida, solo le daría mi puesto a ti, o a Megan – peinó el cabello de Lilith con las manos – sí me lo permites, te enseñaré todo lo que hay que saber, ¿aceptas el reto?
Lilith no lo pensó mucho – lo haré.
¿En qué consiste el trabajo de una Rosa?
Para abordar ese tema, primero había que hablar sobre las convenciones del hotel Damira.
Así como existían los países y los gobiernos, los magos tenían consejos de magia, uno por cada país donde habitaban, ellos dictaban las reglas, los magos las seguían, además, tenían un reglamento universal que todos respetaban.
Pero los seguidores del abismo no tenían un consejo, tampoco había un censo, o un reglamento y no podían presentarse a sí mismos como “seguidores del abismo”, frente a otros magos, porque serían cazados.
No existía una regulación para este grupo y cualquier mago con ideas diferentes, podía llamarse a sí mismo: seguidor.
Eso terminó a finales del siglo XIX, época en la que “el duende Damira”, como solían llamaron, construyó el hotel y trazó una ruta compuesta por túneles, para alojar a los seguidores del abismo de manera secreta.
El resultado: fueron bombardeados.
Era una época de guerra y el gobierno creyó, erradamente, que Damira estaba por iniciar una rebelión.
Al intentarlo nuevamente, Damira aprendió que entre más se ocultaba un hecho, más sospechoso se volvía y disfrazó las convenciones de festivales de literatura, que tenían lugar a la vista de todos, décadas más tarde se convirtieron en festivales de cine y en ese tiempo, convenciones de Steampunk.
La vestimenta era un requisito, la parafernalia una forma de ser, y el concepto un arte. Los magos que participaban buscaban hechizos novedosos, artículos exclusivos o demonios mientras vestían atuendos estrafalarios.
Para las subastas las reglas eran importantes, todo artículo debía ser presentado en el primer día de la convención, para darles tiempo a los tasadores de evaluarlos, verificar su procedencia, medir su calidad y establecer un precio para presentarlos en la subasta del tercer día. Ningún artículo presentado después del primer día era aceptado.
La convivencia pacífica era otra regla importante de la que nadie hablaba, porque era de esperarse, al ser magos adultos, que todos comprendieran lo que significaba una “sana convivencia”, dentro del hotel Damira, cualquier mago que regateara, insultará al vendedor o creara un conflicto, sería echado del salón.
Obviamente, los actos delictivos estaban prohibidos, ese término englobaba cualquier intento de robo, estafa, chantaje o asesinato, sí una persona los cometía, quedaba expulsado para siempre de las convenciones.
El anonimato era una tradición, ningún mago en la convención se presentaba con su verdadero nombre, todos usaban máscaras, rostros falsos, hechizos de cambio de voz y se identificaban con nombres clave, que se heredaban a las siguientes generaciones, junto con su imagen, reputación y prestigio.
Sí en su papel de “La Rosa”, Lilith cometía un error, este sería acarreado por la siguiente que llevará el nombre.
– ¿Qué tipo de comercio encontrarás en la convención? – preguntó Karina y se respondió a sí misma – situación A; un mago encuentra un objeto demonizado en la categoría S, pero no puede controlarlo, decide ir a la convención, vender el objeto en la subasta e intercambiarlo por núcleos de energía demoniaca que sí pueda controlar. Situación B; un mago tiene cinco objetos demonizados en categoría A, lo que necesita es dinero para operar a su hija, que recientemente sufrió un accidente muy trágico y vende sus artículos por dinero. Situación C; un mago necesita información, va a la convención, la pública y espera a que alguien responda.
Lilith prestó mucha atención.
– Fácil, ¿no?
– Sí.
– No – enfatizó Karina y sorprendió a Lilith – “sana convivencia”, significa que no te golpeo y no te insulto, pero hay miles de formas de sacar información, debes ser cuidadosa, nunca dejar que tus emociones te contro… – se aclaró la garganta – no dejarte llevar por tus emociones y jamás, dar información gratis.
Lilith asintió.
– ¿Recuerdas lo que les pasó a tus abuelos? – preguntó Karina, ese era un tema en el que Lilith no había pensado en mucho tiempo – un hombre les vendió un objeto con un demonio hambriento, tu madre fue herida y todos sus amigos murieron.
– Lo recuerdo.
– Te dije que esa persona se hacía llamar, “casanova”
Recordando el término de “la Rosa”, Lilith lo entendió.
– Él representaba a un grupo pequeño, nosotros teníamos una alianza temporal, hasta que descubrimos lo que hacían y los echamos, pero – dijo Karina e hizo una pausa – lo que Casanova hizo fue dentro de nuestra iglesia, no en la convención, las reglas son claras, sí cometes un crimen dentro de sus instalaciones, te echan, pero sí haces algo por fuera, no cuenta como un crimen porque está fuera de su jurisdicción.
– Él sigue asistiendo a las convenciones.
– Su heredero – aclaró Karina – sí tienes éxito y vas conmigo a la convención te toparás con un hombre que se presente como “Casanova”, y no quiero que eso te afecte.
Lilith apretó las manos en puños.
– Es una selva, todos quieren algo, piensa que un día un ser extraño podría entrar a la convención y colocar una hoja que diga; pagaré lo que sea por información de la Rosa, entonces todos aquellos magos que hayan hablado contigo, se formarán para decir lo que saben y te venderán por el precio que sea.
Lilith se sorprendió – algo así, ¿te ha pasado?
– No a mí, a alguien que conocía, un día vi su nombre escrito en la pared y di por hecho que nadie respondería – suspiró – un día, fue todo el tiempo que el letrero estuvo colgado. Ser la Rosa es más que tomar una posición, ponerte un vestido y vender artefactos mágicos.
– Entiendo – dijo Lilith.
– Ahora, hay artefactos para romper la barrera idiomática, pero sí me preguntas cuál fue el factor decisivo que me convirtió en la Rosa – enfatizó Karina – fue ser capaz de tener conversaciones básicas, en varios idiomas.
– ¿Eh?
– Te daré mis notas y practicaremos tu pronunciación.
Lilith vio el tamaño del libro que tendría que estudiar y respiró profundamente, ella pensó que recibir clases de la actual Rosa iba a ser muy diferente.
*****
Bruno esperó durante un largo tiempo para que su padre lo atendiera.
– Pasa, ¿qué necesitas?
Era obvio – pudiste decirme antes, que tres personas de mi equipo estaban nominadas para convertirse en voceras, es el sesenta por ciento de mi equipo, Sandra ya no me responde el teléfono, Megan está ocupada y Lilith está con su tía.
Gustavo ya lo había considerado – te daré un turno en la tienda, dile a Armando que te ayude, y avísale a tu equipo que trabajarán solo los fines de semana, ah, también habla con Megan, ella tal vez se salga de la competencia. Esto es temporal, elegirán a tu tía y tu equipo volverá a ser lo que era.
Bruno pensaba diferente – no apuestes mucho dinero.
Gustavo levantó la mirada – le tienes tan poca fe a tu tía.
No era un asunto de fe, Karina era la actual Rosa, la única que sabía exactamente qué sucedía dentro de las convenciones y era ella, quien entrenaba a Lilith – es un presentimiento.
– Lo tomaré en cuenta.
Después de salir Bruno escribió un mensaje en el grupo para avisarles a todos que trabajarían los fines de semana y ofrecerles un turno en la tienda, ayudarían con el inventario, venderían y limpiarían, entre otras cosas.
Al final, le envió un mensaje solo a Lilith.
“Buena suerte, sé que ganarás”