Iglesia de la Rosa Parte 4

2048 Words
La magia era real y existían un grupo de personas que podían controlarla, los magos. Mientras que las personas comunes soñaban con volar, ellos lo hacían, materializaban los sueños, alimentaban las ilusiones y todo aquello que la mente humana podía imaginar, los magos lo convertían en realidad. Porque la magia, era increíble. Desde pequeña, esa fue la realidad más importante de su vida, ¡la magia era asombrosa!, y siendo hija de dos magos, Lilith definitivamente sería una maga, no había la menor duda, era así como sucedería, de la misma forma en que cada cuatro años había un 29 de febrero, ella sería una maga, así de grande era su certeza. Y fue falsa. Porque no era una maga, ella nació siendo una mundana. Le tomó tiempo entenderlo y ahora que finalmente lo había canalizado y se sentía satisfecha con su identidad, le decían que podía usar la magia de Harret. Toda su vida se sentía como una broma mal contada. Karina salió con un abrigo y una manta para cubrirla – tu comida se enfriará. – Lo siento, Megan dijo que prepararon la cena para darme la bienvenida. – Sí llamas “prepararon”, a “compramos un paquete en un restaurante”, sí, fue exactamente lo que hicimos – sonrió Karina y le acarició la cabeza – sé que es natural culpar a la magia por todo lo que pasó. – No culpo a la magia – la interrumpió – me culpo a mí, fui yo la que confió, la que cayó en su juego por ser codiciosa, sí eres víctima de una estafa, es tu culpa por dejarte engañar, se supone que tengo que sufrir algún castigo, y ahora me dicen que voy a beneficiarme, ¿cómo se supone que debo procesarlo?, la próxima vez que vea a ese demonio, tengo que decirle; gracias por elegirme, gracias porque podré ser una maga, ¡es genial! – agregó con voz alta y lágrimas en los ojos. – No. La próxima vez que lo veas, dile; todo lo que hiciste fue por nada, tu magia, tu conocimiento y todo lo que has acumulado durante tu patética y asquerosa existencia, será mío – dijo Karina con voz grave – castígalo a él, al estafador, exprime cada gota de su energía y hazle saber que no puede ir por la vida aprovechándose de las personas porque un día, una de ellas se levantará y le hará pagar por todo el daño que provocó. Lo que consigas de este intercambio no es por codicia, es por justicia. Y un poco de venganza. Los ojos de Lilith se agrandaron. – Es lo que hacemos en la iglesia, ponemos a los demonios donde corresponde, en las manos de su creador. No tienes que convertirte en una seguidora del abismo sí no lo deseas – continúo Karina y se puso de pie – yo pondré la oferta sobre la mesa y en unos meses, nunca se sabe – sonrió. Lilith permaneció sentada sobre los escalones, en su pecho estaba el amuleto con la forma de una rosa, lo presionó y vio a Harret donde antes estaba Karina. – Ella no sabe quién soy, ni el poder que tengo, tú sí, y entre más tiempo te quedes en este lugar más probabilidades tendré de matarlos a todos. Lilith soltó el amuleto y se levantó, al instante la imagen de Harret desapareció y la manta cayó al suelo – no te lo permitiré – le dijo, a pesar de que ya no podía verlo – no dejaré que les hagas daño – se talló los ojos, recogió la manta y entró a la iglesia. Bruno retrocedió, estaba a punto de salir y miró a Lilith – ya me pagaron por adelantado un mes de clases, ¿qué decidiste?, ¿quieres que regrese el dinero? Lilith negó con la cabeza – quiero aprender. – Bien – respondió Bruno – vendré mañana por la mañana, levántate temprano, mundana – pasó por un lado y salió. ***** A la mañana siguiente Lilith acomodó sus cosas y puso la caja de música sobre el lavabo mientras se peinaba – buenos días, espero que hayan dormido bien porque yo tuve insomnio toda la noche – presionó el botón para grabar – buenos días, ya me instalé en la casa, tengo una compañera de cuarto, se llama Megan y es muy divertida, ah, y la tía Karina dijo que más adelante me ayudará a conseguir un empleo, ya que no tengo papeles y no puedo usar mi credencial – suspiró – dejaré que me ayude – miró la caja – diviértanse hoy, los amo – les mandó un beso. Al salir del baño vio a Megan con una mochila al hombro y dos botellas de agua – necesitarás esto – le lanzó una. – ¿También vas a salir? – Voy contigo, decidí tomar un curso de retroalimentación – explicó Megan – no lo hago porque quiera ver a Bruno, o a sus adorables hoyuelos, lo hago porque, mi control de magia no es muy bueno y la señora Pandora me aconsejó aprovechar la oportunidad. – ¡Ah!, gracias por el agua – respondió Lilith. Bruno estaba abajo, recargado sobre una camioneta vieja y con las manos en los bolsillos – suban – dijo al verlas. – ¿Siempre es tan amable? – preguntó Lilith. – Si, es parte de su encanto. Lilith acomodó su mochila y abrió la puerta de atrás, extrañamente, vio que Megan también se sentaba atrás y sus padres siempre le decían que, al viajar con un familiar, viera que el asiento del copiloto estuviera ocupado, de otra forma parecía que tenía un chofer, así que cerró la puerta y abrió la del frente. – Atrás – decretó Bruno y la puerta se cerró sola. Lilith comprendió el porque Megan hizo eso y se sentó a su lado. – Hay una granja no muy lejos de aquí – dijo Bruno – el dueño es mi tío y nos presta el granero para entrenar, las llevaré ahí. Lilith creyó que era una broma, pero viendo que Megan no reaccionaba, asumió que era verdad, iba a aprender magia en un granero – ¿no tienen escuelas de magia? – Hay una academia privada – respondió Bruno – sí quieres ir allá con un demonio que no has controlado, ¡adelante! Era cierto, fue tonto preguntarlo, pero él no tenía que ser tan grosero. Llegaron a su destino en doce minutos, bajaron de la camioneta y vieron el granero al costado de un campo con varios caballos, dentro el espacio era muy amplio. Bruno dejó sus cosas sobre la mesa y abrió un armario – estos serán nuestros objetivos – mostró varias latas de aluminio, después las soltó y todas ellas volaron hasta el otro extremo del granero para colocarse sobre una mesa – su trabajo es alcanzarlas, Megan, tú de ese lado y Mundana, me dijeron que tomaste clases antes, necesito ver qué tanto controlas tu magia. Lilith no quiso decir que solo asistió una semana – puedo moldearla un poco, ¿tienes una pócima de revelación?, es para poder mostrarte. Bruno se hizo una idea de lo profundo que era el control de Lilith y fue por su mochila – toma. – Gracias – dijo Lilith y la bebió. Con más seguridad, se concentró en su magia y mostró todo lo que sabía, que era muy poco. – ¡Un listón! Lilith bajó la mirada. Bruno sonrió de una forma burlona – sí vas a tratar con demonios, la distancia es lo ideal – extendió el brazo, su magia tomó la forma de un listón – con tu método tienes un alcance limitado – extendió el listón hasta la distancia de cinco metros – y desperdicias magia, con nuestro método – giró la muñeca y mostró una pequeña esfera, tan minúscula que bien podía ser una bala, y la lanzó contra las latas. La que estaba en la esquina salió volando. Bruno se mostró muy satisfecho con esa demostración – sí estas aquí aprenderás a usar la magia de una forma más eficiente, tendrás que olvidarte de los listones. – ¡Chicos! – los llamó Megan – mi método – se burló – es mucho mejor. Después de tomar la pócima de revelación, Megan apareció un bat de beisbol en las manos, después una pelota y la golpeó con el bat lo más fuerte que pudo, la pelota alcanzó una trayectoria muy larga, se desvió, trazó una curva y golpeó la botella que estaba junto a la que Bruno tiró. Él resopló – esa es magia condicionada, por favor, no se la enseñes. – ¿Qué es magia condicionada? – preguntó Lilith. Bruno volteó a verla – es cuando condicionas tu magia a una presentación, Megan ya no puede usar su magia de otra forma, tiene que ser el bat y la pelota, es hábil – aclaró – y puede modificar la trayectoria de la bola, pero es limitante, no siempre tendrás las manos libres, aparte, desperdicia magia creando un bat. Lilith entendió a qué se refería. – Igual es un buen método – reclamó Megan y volvió a golpear la pelota – ¿lo vieron? Todas las latas estaban fuera de su sitio y para continuar, Bruno lanzó su magia como una esfera que se convirtió en una agarradera al llegar al final del granero, levantó las latas y las acomodó en su lugar – sigan. Durante la siguiente media hora Megan se la pasó golpeando la pelota, ninguno de sus lanzamientos fue exacto y en todas las ocasiones tuvo que modificar la trayectoria, lo que era otra forma de demostrar su control, Lilith pasó ese mismo tiempo mirando su magia y esforzándose por cambiar su forma. Por un momento logró formar un puño que creció hasta tomar el tamaño de una pelota de basquetbol, después miró las latas y le ordenó a su magia moverse. No funcionó, no importaba cuántas veces la mirara, la pelota seguía ahí, después golpeó el aire, tampoco funcionó y viendo a Megan, decidió empujarla, literalmente. Bruno se burló – es un buen comienzo, inténtalo de nuevo. Lilith se mostró confundida – ¿otra vez? – Sí. – Esa es toda mi magia – señaló la pelota, moviéndose tan lentamente que todavía no se alejaba un metro. – Espera, esa era toda tu capacidad mágica y decidiste lanzarla en un solo hechizo – repitió Bruno para poder entenderlo. – Sí – dijo Lilith y parecía un buen momento para decirlo – fui a la escuela una semana, eso fue todo. Bruno cerró los ojos y respiró profundamente – párate derecha, espalda recta, inhala, no exhales hasta que te lo diga – se paró detrás de ella y golpeó un punto en su columna. La gran pelota de basquetbol se desintegró y la magia regresó al cuerpo de Lilith. Fuera del granero se escuchó el motor de un coche, poco después la puerta se abrió y a través de la luz que venía del exterior Lilith vio a una mujer pelirroja usando un vestido muy corto. Bruno las dejó para ir a verla. – Llegó la sirenita – soltó Megan. – ¿Quién es? – preguntó Lilith. – Es Sandra, quiere convertirse en la próxima “Rosa”, se pintó el cabello de rojo, pidió una habitación en la iglesia, incluso dio un pequeño discurso en la cena de navidad del año pasado y afortunadamente el señor Elkan le dio una lección de humildad. – ¿La próxima Rosa? Megan volteó a verla – lo siento, olvidé que acabas de llegar, vaya, eso es raro, siento que llevas toda la vida aquí. Lilith la abrazó. – La Rosa es nuestra vocera en las convenciones de magos, muchos otros seguidores del abismo se reúnen para subastar artículos, vender cosas, intercambiar secretos, es la sociedad secreta de la facción moralista de los seguidores del abismo, estamos del lado de los que no matan personas – puso el pulgar arriba – y la rosa nos representa como grupo. Nuestra Rosa actual es tu tía, lo ha sido como por cincuenta años, según me dijeron. Lilith se sobresaltó – eso no es posible, tiene como treinta. – No, tiene ochenta. – ¡Qué!
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