Harold Elkan era el mago de mayor rango y edad en la iglesia, era él quien tomaba las decisiones y registraba los eventos. Esa tarde tomó su bitácora, presionó la palma de su mano para abrir la cerradura y escribió el nombre de Lilith junto con el hallazgo de un demonio devorador de categoría S.
A diferencia de las clasificaciones que estaban grabadas en los libros de historia, los seguidores del abismo tenían un segundo parámetro para catalogar demonios.
Intacto; nunca ha sido liberado, es un demonio que ha permanecido en su prisión desde el día en que se quedó sin un cuerpo habitable.
Esclavo; previamente fue capturado por un mago y drenado.
Hambriento; ha sido drenado y necesita con urgencia almas para subsistir.
Cambiante; no dura mucho tiempo en un cuerpo, muda a otro en la primera oportunidad y se alimenta de las almas de los anfitriones.
Visitante; muda de cuerpo sin matar al anfitrión, suele pasar desapercibido.
Devorador; ese tipo de demonio han ocupado múltiples cuerpos.
El demonio en el cuerpo de Lilith tenía historia, iba a ser muy hostil y no se dejaría tratar con facilidad.
Pandora entró a la habitación sin avisar – listo, la dejé con Megan.
Harold frunció el ceño – hay suficientes habitaciones, no tenías que llevarla con esa niña, sabes que no me gusta.
– Por dios, Harold, ¡tatuarse no es un crimen!, hoy en día es una moda – exclamó Pandora – Megan es una niña muy linda y muy dulce, la mejor compañía para Lilith en este momento, tú y yo sabemos cómo trabajan los demonios, aíslan a su presa, les hacen creer que todo el mundo está en su contra, que están solos, vacíos y sin apoyo, sí realmente queremos ayudarla, hay que hacerle saber que no está sola.
Harold estuvo de acuerdo, pero Megan seguía sin agradarle – Bruno será una mejor influencia, lo llamé hace unos minutos, estará aquí para la cena.
– Sí ya tomaste la decisión, ¡qué remedio! – dijo Pandora, ocultando que estaba feliz de volver a ver a su nieto.
Harold adivinó sus intenciones.
*****
Megan y Lilith estaban recostadas sobre la cama con las ventanas cerradas, mirando las estrellas en el techo que brillaban en la oscuridad.
– Mamá enfermó – contó Megan – al principio dijeron que era un tumor benigno, después que necesitaba operación, luego estudios, un día todos los doctores nos miraron raro, uno de ellos tomó los análisis, miró a la enfermera y ella respondió, ¡no les han dicho!, papá y yo queríamos golpearlos – cerró la mano en puño y golpeó el aire – y nos dijeron, cáncer, metástasis, etapa terminal, dos meses de vida – enlistó – hay palabras que comprendes, las escuchas en la televisión o las lees en una revista médica y cuando las usan para explicarte lo que le pasa a un ser querido, de pronto, no sabes qué significan. Papá se fue y yo me quedé a cuidar a mamá, regresó una semana después con un hombre extraño que nos vendió una tabla ouija, se suponía que saldría un demonio y sanaría a mamá.
Lilith volteó a verla.
– Lo sé, ¡estúpido!, ahora lo sé, pero hace tres años yo tenía quince y papá estaba desesperado, queríamos creer que había esperanza, ¡imagina lo que pasó!, el demonio se liberó, atacó al mago que lo llevó, toda la casa fue cubierta por un remolino y entonces, perdimos a mamá – una lágrima bajó por su ojo hacia su oído, el dolor seguía ahí, no importaba que hubieran pasado tres años – luego nos perdimos a nosotros. Mi siguiente recuerdo fue dos semanas después, en esta iglesia, todo lo que pasó en el medio está en blanco, la señora Pandora dice que mi mente lo bloqueó, volvimos a casa y descubrimos que papá tenía una orden de arresto por el delito de asesinar a mi mamá, lo cual no hizo, pero decir, “fue un demonio”, no iba a salvarnos, nos mudamos a la iglesia porque no teníamos otro lugar a dónde ir, tres meses después habíamos absorbido nuestros demonios y ahora somos magos. Lo que realmente queríamos era que mamá sanara.
Lilith sintió que su pecho dolía solo de imaginar por lo que Megan había pasado.
– ¿Qué hay de ti?, ¿cuál es la historia?, y, ¿cómo terminaste con ese amuleto que es tres veces más grande que el mío?
Lilith se talló los ojos para limpiar sus lágrimas – los magos clasifican las personalidades de las personas en base a lo que los demonios les ofrecen, los altruistas ven a una persona herida pidiendo ayuda, los bondadosos tienen un familiar enfermo y les ofrecen curarlo, los codiciosos, como yo – enfatizó – ven lo que más desean y lo toman, a cambio, pierden toda su vida, eso fue lo que me pasó – explicó sin entrar en detalles.
– Auch.
– Es peor de lo que se escucha, mis padres perdieron su empleo por culpa de esto, ellos dicen que su nuevo trabajo es grandioso, pero sospecho que están mintiendo, no volveré a verlos en varios años y sí a ti te tomo tres meses eliminar a tu demonio, algo me dice que a mí me tomará una década.
Megan frunció el ceño – presumida – le golpeó el hombro.
Lilith se quedó dormida por varias horas, estaba muy cansada por el viaje, se dio un baño, escogió ropa de la que tenían en la iglesia como donación a los necesitamos y por la noche, fue al comedor.
Había más personas, unos en la sala, otros en la cocina y siendo la persona nueva, todos voltearon a verla, no fue agradable caminar bajo el escrutinio de cada persona en esa mansión.
Karina se levantó – atención, todos, ella es mi sobrina, Lilith Bonel, se estará quedando con nosotros una temporada, hasta que pueda vencer al demonio que la poseyó – abrazó a Lilith – no es oficialmente parte de la iglesia y no será bautizada, a menos que ella lo quiera – le guiñó el ojo – sean amables. Lilith, haré las presentaciones formales, porque creo que esta mañana lo olvidé, nuestro líder es el señor Harold Elkan, fundador de la iglesia, administrador y quien toma las decisiones, su esposa la señora Pandora Kenel, su hijo y nuestro tesorero, te lo presento él es Gustavo Elkan, y Tiffany es nuestra estilista favorita, a nuestro residente Iván Miller ya lo conoces, su hija Megan, tu primo Alfonso y su padre Rubén, es también tu tío, solo nos falta – miró alrededor – Esther y Erick, los conocerás después, para todos, los haré pagar sí hacen sentir a mal a mi sobrina favorita.
Lilith alzó la mirada deseando que la temporada de presentaciones terminará – gracias por dejar que me quede y por ayudarme.
Gustavo se levantó – tengo hambre, cenemos.
– Eso fue grosero – susurró Karina.
– También tengo hambre – respondió Lilith, lejos de sentirse ofendida por el tesorero, le agrado ver a alguien que la trataba con normalidad.
La mesa estaba repleta, Lilith se sentó junto a Megan, ellas eran las únicas menores de veinticinco en toda la mansión y aparte eran compañeras de cuarto, por lo que fue natural buscar lugares juntos, los demás se acomodaron y comenzaron a servir los platos.
Cinco minutos después alguien tocó, no entró por la iglesia sino por la puerta que estaba atrás.
Tiffany se levantó para abrir.
– No han encendido las luces – dijo Bruno Elkan.
Tiffany miró hacia arriba – siempre lo olvido – tronó los dedos y todas las luces exteriores se encendieron – ¿te llamó papá?
Bruno asintió – dijo que era obligatorio y que tendría otra alumna – acomodó su mochila.
– Ven, la conocerás – lo dejó pasar y caminó de vuelta al comedor – Bruno llegó.
El señor Elkan alzó la mirada – por aquí, Lilith.
Ella se estaba sirviendo refresco y tiró un poco por la impresión.
– Él es mi nieto Bruno, da clases de magia básica, te enseñará durante un par de meses para que aprendas control, Karina nos dijo que dejaste la escuela en tu primer mes.
Lilith frunció el ceño – no lo entiendo – los miró – yo soy una mundana – le tomó tiempo asimilarlo, pero ya lo había hecho, dejó atrás la codicia de su juventud y comprendió que vivir sin magia, no era el fin del mundo.
El ambiente del comedor cambió y todos voltearon a verla.
El señor Elkan volteó a ver a Karina.
– Se lo expliqué, estoy segura – dijo ella – lo siento, creo que lo olvidé, ¡esta cabeza mía!, Lilith, la idea de venir aquí y hacer todo esto es que tú tomes la energía del demonio que te poseyó, es decir, ahora tú eres una maga, con energía demoniaca, que es muy parecida al talento mágico.
– No – dijo Lilith – yo no tengo talento, no quiero tenerlo, la magia ya me hizo todo el daño que podía soportar, y arrastró a mi familia, ¿no pueden sacarlo y ya?
Karina intentó repasar mentalmente las conversaciones que tuvo con Lilith y tal vez, se saltó las explicaciones, estaban en su cabeza y eran muy obvias, así que no pensó que fuera necesario decirlas – no podemos, ¿te comenté que los demonios dejan vivo al anfitrión para evitar el rechazo del cuerpo?
– Sí.
– Genial, los demonios enlazan su alma con la del anfitrión para garantizar que tendrán un lugar seguro, pero no pueden hacerlo con cualquier alma, tiene que ser una con la que sean compatibles, es como la donación de órganos, o la transfusión de sangre, ¿me explico? – preguntó Karina.
Lilith asintió.
– Tu demonio está enlazado a tu alma, eso ya pasó, nada va a cambiarlo, ni siquiera nosotros, y va a pasar una de dos cosas, tú lo absorbes a él, o él te absorbe a ti, no importa lo que tú quieras o decidas, tu cuerpo tendrá una sola alma.
Lilith tragó saliva.
– Lo que nosotros hacemos es darte todas las herramientas, para que seas el alma vencedora – continúo Karina – y la mejor forma es tomando su energía y dándotela a ti, para inclinar la balanza a tu favor, de hecho – acomodó su cabello – ya comenzamos, esta mañana traspasamos una pequeña parte de la energía demoniaca a tu alma.
Lilith no pudo creerlo, bajó la mirada hacia la mesa recordando sus clases pasadas, cómo era tomar la energía, darle forma, doblarla sobre el aire y usarla para empujar el vaso de refresco.
Sobre la mesa, el vaso tembló.
Era una maga sin talento, formada gracias a ese demonio que entró en su cuerpo y maldijo toda su vida.
Dejó el comedor y salió corriendo.
*****
Percival bajó del elevador y continúo por el pasillo – traje el almuerzo – le dijo a Antonio.
La pizarra estaba nuevamente llena.
Lilith escapó y con ella se fue uno de los demonios que habitó el espejo, y como después descubrieron, la entrada a la dimensión de bolsillo se cerró. Lo que Antonio más deseaba era encontrar una explicación para lo que le pasó a Anna y ese objetivo, no podría cumplirse – toma.
Percival dejó la comida sobre la mesa y tomó la carpeta que Antonio tenía en las manos.
– Hay una vacante en patentes, puedes irte cuando quieras.
Percival no la abrió – ¿qué pasará con ella?, usted dijo que la protege la ley de Sally, y a todos nos interrogaron para encontrarla, ahora están renovando el piso y aumentando la seguridad, ¿qué pasará sí la encuentran?
– Ya no es nuestro caso, el consejo es quien se encargará de buscarla.
– ¿Y hacer qué? – insistió y lanzó la carpeta a la basura – me quedaré en demonología.