CAPÍTULO 5: Una de tantas despedidas

1498 Words
[Valle] — Sos toda una celebridad Valle Sandoval— me dice Diego mientras me muestra una publicación en r************* donde sale mi foto con él. Es muy raro ver mi foto publicada y que la gente opine sobre lo que llevo puesto o como me comporté. Al parecer mi "actuación" de anoche ha funcionado y no solo por las palabras que dicen en el artículo, sino porque mis nuevas r************* han explotado de seguidores y de comentarios. — ¿Quieres decir que soy más famosa yo que tú? – bromeo y Diego me da un beso en la frente. — No, no quiero que seas famosa, porque eso te pone en el ojo del público y puede que otra celebridad te vea y te vayas con ella — bromea. — ¿Crees que algún futbolista guapo y rico esté disponible? — le respondo y él se ríe. —Valle, no lo digas ni de broma, porque resulta que es probable que algún día conozcas uno. — Nice! Entonces iré con mi mejor ropa— contesto y él me besa en los labios y me abraza. — ¡No!, solo yo puedo amarte, si te vas, ¿qué haré? — recita. — Siempre tendrás a Beni Bodoque, que por lo que veo le agradas más tú que yo — al decir esto, Diego sonríe y se sirve una taza de café. Hoy Diego y yo nos despertamos temprano, para poder ganarle a las llamadas de Sam, que por cierto estaba como loca porque él ayer había apagado el móvil y lo prendió hasta hoy por la mañana. Además, debe salir a un viaje corto y debía hacer la maleta, algo que se logró hoy por la mañana. A veces siento que Diego está rodeado de muchas personas que lo presionan mucho o no le dejan hacer nada. Supongo que su nuevo estilo de vida no va con las constantes presiones de una asistente que básicamente lleva su agenda y rige sus días. —Tu café me da vida, ¿sabes?— me dice tierno mientras toma otro sorbo—, pero creo que hoy no salió como otros días. —¡Cómo te atreves a decir eso de mi café!— le bromeo y le saco otra sonrisa. —No es crítica, simplemente no sabe igual, pero, aun así, me gusta. —Pero no te encanta y eso es lo que me preocupa— le digo. Me acerco a él y tomo su taza para que me dé un sorbo— Sabe igual que todos los días Diego. —No, le falta algo— habla serio. Tomo otro sorbo.—No, está bien, estás loco. —Tal vez si te doy un beso sepa igual que antes— idea. Diego se acerca a mis labios y me besa. Nuestros labios están calientes y el sabor a café predomina. El beso es muy largo, como si quisiera llevarse hasta el último aliento que me queda. Parece que separarse dos días de mí le va a costar un poco, pero aún no quiere confesármelo. Nos alejamos poco a poco hasta que terminamos ese beso que nos ha subido la temperatura a los dos. —¿Seguro que estarás bien en estos dos días? —me susurra mientras juega con mi cabello. —Lo estaré, no te preocupes. Ya sabes que Beni me protegerá de todo. Él se ríe y vuelve a besarme levemente— Después tendré una pausa y nos relajaremos un poco, ¿te parece?, podremos irnos a los viñedos. —Sí, no te preocupes. Ve, haz tu trabajo y cuando regrese estaré aquí, esperándote. Nuestros labios se vuelve a acercar y comenzamos a besarnos, cuando el timbre de la puerta suena repetidamente. Sé quién es y por lo que veo Diego también, por la cara que hace.— Te juro mi amor que le dije— me dice serio. Me alejo de él y camino hacia la puerta para abrir. El timbre vuelve a sonar y yo abro la puerta y veo a Sam para en el pasillo — Buenos dí…—empieza a decir, pero yo salgo y cierro la puerta detrás de mí. Sam se queda callada. — Buenos días, Samantha— le digo seria— ¿Lista para el viaje? — Claro, siempre estoy lista— responde sin dudar. —Sí, siempre estás lista, pero no eres lista — le contesto y ella me ve extrañada —, eres bastante tonta por lo que veo y yo no te quería decir eso, pero viendo la situación es momento de hacerlo. Ella se cruza de brazos y pone cara de pocos amigos, yo le sonrío—Tú no me agradas y yo a ti tampoco, eso es evidente desde el día uno. Sin embargo, una de las dos aquí está en desventaja y déjame decirte, por si no te habías dado cuenta, que eres tú. Puedes llevarle la agenda a Diego, posiblemente hablarle mal de mí y tratar de meterte, como el dolor, en nuestra vida privada, pero la esposa soy yo, y tengo muchísima más influencia en él que tú, de muchas maneras. Tú sabes que lo puedo convencer de hacer más cosas, cosas que tú ni en tu vida podrías imaginar. Así que en lugar de tratar de ganártelo de regreso, deberías estar tratando de ganarme a mí porque con amiga soy muy linda y puedo ayudarte con él, pero como enemiga soy brutal y no te convengo. Así que te voy a pedir, que dejes de subir a interrumpirnos, porque la próxima puerta que tocarás será la de otro trabajo, pues créeme, puedo convencerlo de que eres tan mala asistente que olvidaste agendar una salida a cenar con su esposa dentro de dos días. —Pero, no me ha pedido que agende una salida contigo dentro de dos días— responde de inmediato y abre la agenda. —No, pero puedo decir que yo te lo pedí y que no lo hiciste, ¿qué te parece?, sería como agregarla una raya más al tigre. Ella se queda callada y comienza a escribir sobre la agenda "Cena con Valle". En eso sale Diego y lo ve—¡Vaya!, tengo una cena contigo dentro de dos días — me dice sonriente. —Sí, Sam es tan linda que lo agendó, ¿qué detalle no crees? —Le guiño el ojo a Sam y en su cara puedo ver que muere de coraje— espera amor, voy por café, te acompaño al lobby. Entro de nuevo y lleno un termo de café para llevar y tomo dos tazas, después vuelvo a salir y Diego me besa en los labios, evidentemente a Sam no le gusta para nada y prefiere ignorarnos. Caminamos hasta el elevador y Diego me susurra al oído que la pasó genial anoche—Pues si regresas a tiempo la pasarás mejor dentro de dos días—le digo con una voz medio alta y la cara de Sam es un poema entre coraje y odio. Entonces, llegamos al lobby y Francisco nos recibe con una sonrisa —¡Señora D’Angelo! —me dice –, gran noche la de anoche—y me muestra un periódico con una foto de los dos. — Y conocí a muchos famosos—le presumo y él se ríe. —Diego, vámonos que no alcanzarás el avión— dice Sam enojada y lo toma del brazo separándolo de mí. — Adelántate Sam, voy a despedirme de mi esposa— contesta firme y ella me voltea a ver. —Recuerda lo que te dije Sam— y ella se voltea y sale del lobby. — ¿Algo que deba de saber?— pregunta Diego. — No, únicamente una pequeña plática entre las dos que nos acercará un poco más, créeme. Diego me toma de la cintura y me da un beso en la frente— No quiero dejarte, en verdad mi agenda es... — Anti- Valle — completo la frase y él pone cara afligida— Ve, haz tu trabajo, yo estaré bien. Puedes mandarme 20 000 mensajes si quieres. — Cuídate mi corazón, te amo y te extrañaré todo el día y toda la noche y mañana y así hasta que regrese. Me da un beso y de pronto esa burbuja que se forma entre los dos vuelve a cubrirnos olvidándonos de todo— Sé que te he dejado sola desde el día uno y me siento fatal porque yo te reclame justo esto en San Diego, pero... — Ve Diego, haz tu trabajo y regresa — le digo firme—, yo seguiré aquí, no me iré. —Te amo Valle – me dice mientras me da otro beso. — Te amo, topi, diviértete. Él me da otro beso rápido y luego toma como todos los días la perla de mi dije— Beso de reserva — murmura y lo besa rápidamente. Veo cómo se aleja y luego desaparece dejándome en medio del lobby
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