UNIDOS POR EL DOLOR

687 Words
Nunca había pisado un hospital como este, es pequeño y encontrar a quien buscas no es muy difícil. Lo que sí es difícil es verla a ella tan triste, solo esta sentada en una solitaria silla en el vacío pasillo y llora sin cesar. Evidentemente las noticias no son buenas, y lo único que puedo hacer es acercarme y agacharme frente a ella. —¿Qué te dijeron? —pregunto casi en un susurro. —Ya no hay tiempo… pensé que los medicamentos le estaban ayudando, que el dolor disminuiría, pero ya no hay más nada que hacer —habla y vuelve a romper en llanto. —Caeli, ¿Qué es lo que tiene tu padre? —pregunto con muchísimas dudas ya que lo que menos quiero es que ella se ponga peor. Ella levanta su mirada mostrándome lo rojo que están sus ojos y se seca las lágrimas para poder verme. —Hace dos años le diagnosticaron cáncer cerebral… hicimos de todo, pero nada funciono —me cuenta y hace una pausa—. Los medicamentos solo eran para el dolor, pero se nos terminó el tiempo —reitera. No puedo ni siquiera imaginarme como debe de estar sintiéndose. —No sé que decirte… tu papá se veía… es que… —hablo, pero no consigo terminar la frase. —Casi nadie lo sabía, él lo quería así —explica. —¿Se descompenso? —murmuro y niega con la cabeza. —Tuvo una hemorragia —explica y agacha la cabeza—. Son los últimos síntomas antes de… —trata de decir, pero no puede ni siquiera terminar la oración. —Shh… entiendo… aquí estoy, ¿sí? —son las únicas palabras que puedo decir mientras que me siento a su lado y la abrazo como tanto sé que lo necesita en estos momentos. —Pensé que íbamos a tener más tiempo, que no me quedaría sola… no tendría que haber ido a esa fiesta, pero él me insistía en que continuara con mi vida como si nada estuviese pasando —se desahoga. Entiendo a la perfección todo este mar de sentimientos en el que se está sumergiendo, yo también estuve así cuando la perdí a ella. En mi caso el dolor fue abrupto, no tuve tiempo para despedirme de ella, pero el caso de Caeli es diferente, pero no por eso duele menos. —No te culpes por nada, estoy seguro de que has hecho todo lo que has podido, ¿sí? —le aliento. —Te juro que lo hice y es por eso por lo que me duele tanto —continua. —Es normal que duela, sentir que pierdes a alguien que amas es lo más horrible del mundo —admito. —Quiero pasar estas ultimas horas con él, pero los médicos no me dejan entrar a la habitación —me cuenta con mucha tristeza. Entiendo perfectamente como debe de esta sintiéndose, y por más que yo intente consolarla, lo único que le hará bien es estar con él. —Déjame hablar con el médico, ¿sí? Veré que puedo hacer por ti —digo y la verdad es que no sé si vaya a poder hacer algo por ella, pero al menos debo intentarlo. […] No ha sido para nada sencillo conseguir que la dejaran entrar a la habitación, pero lo pude hacer y eso es lo único importante. Por mi pare solo la espero aquí fuera mientras trato de entender como es que llegue a esta situación con ella. ¿Será que sin darnos cuenta nos hicimos grandes amigos? ¿O es el dolor el que nos acerca? La verdad es que no sé la respuesta, solo puedo seguir a su lado y que todo tome su rumbo, uno donde seguramente habrá dolor por lo que nos pasó, pero que nos ayuda a unirnos y hacernos un poco más fuertes. Tal vez tuve que llegar hasta aquí para estar a su lado y ayudarla a pasar este amargo momento, no lo sé…lo único que tengo claro es que estaré aquí fuera esperándola para darle ese abrazo que tanto sé que necesitara.
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