NICHOLAS
Sigo leyendo la hoja y me levanto de golpe al ver que tengo que comprar unas vitaminas para que se cure. j***r, anemia. No es para tanto, pero debió de dejar de comer tanto cuando me fui.
–Creo que es mi culpa –Acaricio su mejilla con cuidado, tienen un color más pálido de lo normal –te vas a poner bien.
–Te quiero –Se lanza a mi cuello y hunde la cabeza en este, soltando algunas lágrimas.
–Y yo a ti –Apoyo la barbilla en su hombro y froto la mejilla contra su pelo –Vamos, debemos ir a comprar tus vitaminas.
Asiente, todavía abrazándome.
–Gracias.
–No es nada, te voy a cuidar. Antes de que acabe el verano estarás sana, yo me voy a ocupar de eso. Me tienes que hacer caso en todo en lo que a la comida se trate ¿Si?
–Ajá
Mantengo la mirada fija
