Danielle. Damián no para de besarme una y otra vez. Me gusta que lo haga, nunca podría detenerlo, odio que trabaje, sé que es perfeccionista y no le gusta que otra persona se haga cargo de la empresa, pero por mí fuera se quedara a mi lado todo el día. —Pídeme que me detenga o no lo haré, muñeca. —No puedo, cariño. —Te prometo que me tomaré vacaciones pronto. —Eso espero, actúas como si tuvieras cuarenta años. —La vida me hizo madurar a corta edad, sin embargo, eso no es lo importante, te prometo que vendré temprano a cuidarte. Bueno, a cuidarlos. Los amo tanto. —Nosotros a ti. Damián besa mi vientre y después sube a su auto y se va. Entro a casa y me siento sola, espero que en verdad se tome vacaciones, es como si no pudiese alejar de él. Minutos después escucho el timbre de la p

