Capítulo 3 – ¡Que comience el juego!

1693 Words
Al ver la rigidez de Sofia, las comisuras de los labios de Connor se levantaron ligeramente. –¡Hablando de arrogantes con tanta soberbia! – se burló de ella – es absurdo, Sofia. Pero no te preocupes que en esta empresa nos interesamos por nuestros empleados, que puedan crecer como personas y profesionales para que entonces dejen de ser tan sombríos. Sofia apretó la mandíbula. Comenzó a tener dificultades para respirar mientras su sangre hervía. ¡Eres tú quien hace que mi vida sea sombría! Pensó Sofia, sin embargo, no fue capaz de decirlo en voz alta, por como ella veía las cosas, sin importar todos los comentarios hirientes de Connor, quien tenía el sartén por el mango, era ella, lo mejor que podía hacer era ser paciente. –De acuerdo, pero espero que sepas que cumpliré únicamente con la cláusula mínima del contrato. Tu y yo no vamos a entendernos por más de tres meses. Connor sonrió levemente y levantó una ceja. Su respuesta hizo que Sofia se frotara las sienes. Sabía que el CEO definitivamente estaba planeando algo. –Será un placer tenerte en nuestra oficina, Sofia – dijo Connor, despacio y de manera bobalicona. La chica entendió desde ese momento que su trabajo no sería fácil. Ese Demonio pervertido no iba a dejarla en paz. Sin embargo, no sería Sofia si no tuviera una solución para sus dificultades. Mientras Connor se alejaba e iba hacia su oficina, Sofia pensó en un plan no solo para salir de esa empresa incluso antes de los tres meses si era posible, si no, además, la forma para acabar con él. Quería arrebatarle su empresa de la misma manera en que él le había arrebatado su virtud tantas noches atrás. Por el otro lado, Connor pensaba en que esa mujer arrogante, terminaría cayendo ante sus pies, se daría cuenta de que él no es el demonio que ella cree y entonces le haría las cosas más sencillas. Cada uno se quedó pensando sobre el otro durante un largo rato. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ –Señor, ¿por qué está sacando a relucir lo que pasó hace cinco años? ¿No me pidió que dejara de investigarlo? – cuestionó el investigador privado de Connor, quien estaba sentado frente a él. Después de haber perdido la memoria, Connor se vio en la obligación de contratar a alguien que le ayudara a juntar todas esas piezas de historia que no encajaban dentro de su cabeza. Al oír esa pregunta, el hombre que acababa de sentarse en su silla se quedó inmóvil. El aroma cítrico que percibió volvió a su mente, al igual que el familiar rostro inocente de Sofia. Sin embargo, no podía responder con honestidad. Su honor y dignidad podrían desplomarse. –Ethan Parker me contactó de nuevo. Parecía insatisfecho con que rechazara su solicitud hace cinco años. Podría ser que esté preparando un plan a largo plazo respecto a ese incidente. Si es así, lo hemos pasado por alto. No debería haberte dicho que detuvieras la investigación solo porque la chica desapareció de la civilización. Connor se reclinó en su silla. Su rostro parecía molesto. Sin embargo, su corazón estaba inquieto. Temía que su arrogancia se convirtiera en un arma mortal en su contra. –¿Por qué no lo anticipé desde el principio? Acepté esa estúpida apuesta pensando en que siempre seríamos unos adolescentes. Pero ahora hemos crecido. Ethan es mi competencia y sé que es capaz de usar esa apuesta en mi contra. Connor tenía miedo de que su reputación se dañara, eso podría afectar sus tratos con el medio oriente, que eran los más beneficiosos para su compañía. –Sería bueno que dejara de preocuparse de Ethan Parker, señor. No tiene las pruebas necesarias para hundirlo. Después de todo, fue él mismo quien puso la droga en la bebida de la señorita. Por eso es que no puede decir nada, porque se vería directamente involucrado. –Esa noche la única persona que estaba drogada no era ella – suspiró Connor – alguien puso droga tambien en mi bebida, a menos de que haya sido algún mesero, la única persona que pudo haberlo hecho es el propio Ethan. Entendiendo la orden implícita en esa declaración, el investigador asintió. Había sido la persona más cercana a Connor durante más de cuatro años. Ya conocía muy bien los movimientos y tácticas de su jefe. –Está bien. Continuaré con la investigación si usted lo prefiere. Entonces, ¿qué pasa con Sofia Herrera? ¿Debería buscar información sobre ella?" Una pequeña risa escapó de la boca de Connor. Sus oídos picaban al escuchar ese nombre. –No necesitamos perder tiempo y energía en esa mujer. Lo único que necesito es que nos saque del aprieto legal en el que estamos y eso será suficiente para que se vaya. El investigador levantó una ceja al darse cuenta de la forma en que Connor hablaba de ella, estaba claro que la respetaba como profesional, pero tambien parecía que habia otra cosa oculta. –Nunca había visto que permitieras que un empleado te hablara de la forma en que ella lo hizo, ¿Por qué querrías tener a alguien problemático en esta empresa? Acaso, ¿Ella te atrae? La curva de los labios de Connor se invirtió de repente. La suposición del investigador había congelado su corazón. –¡Cuida tus palabras! ¿Has olvidado que ya tengo una prometida casi perfecta? No puedo estar interesado en una chica como ella. Connor miró a Sofia con una expresión de disgusto. La chica detrás del vidrio estaba ocupada leyendo los papeles legales. –Pero nunca has sentido algo por Isabela. Tu relación sigue en pie, pero no creo que sea imposible que te sientas atraído por Sofia Herrera. Es hermosa, inteligente y valiente, muy adecuada para ganar tu corazón. –Deja de decir tonterías. Ahora, llama rápidamente a esa chica problema aquí. Jeremy, el investigador, sonrió en secreto. Había observado el comportamiento de Connor Thompson cuando enfrentaba a mujeres. El CEO siempre mantenía su distancia, incluso de Isabela. Sin embargo, con Sofia Herrera antes, estaban demasiado cerca. Jeremy incluso pensó que Connor la besaría allí frente a todo el mundo. –Señorita Herrera, el Sr. Thompson la llama a su despacho – dijo Jeremy con una gran sonrisa. Le costaba un poco contener la risa debido a su corta imaginación. Al ver la amabilidad de Jeremy, Sofia abrió los ojos de par en par. Parecía más disperso que el demonio lujurioso de su jefe. Había pensado que Jeremy se comportaría como cualquier otro gorila de seguridad, pero, al parecer, el hombre era mucho más cálido. Con una solicitud tan educada, Sofia no necesitó mucho tiempo para cumplirla. Se dirigió con paso ligero hacia la oficina del CEO. Sin embargo, cuando vio la mirada fría de Connor, su corazón se volvió a sentir pesado. Era difícil creer que a partir de ahora se encontraría a menudo con esos ojos grises que tambien llevaban sus hijos. –¿Crees que te pago solo para relajarte? – el tono del hombre era tan molesto como su mirada cínica. –Leí el manual, no me relajé. La Sra. Bell me dio un día para empaparme de la situación legal de la empresa – respondió con mucha seguridad. –Tu jefe soy yo, no ella. Deberías escuchar mis palabras. ¡Ahora ponte a trabajar! Sofia se quedó boquiabierta sin decir palabra. Sus ojos redondos parpadearon como los de una muñeca. No había leído todavía cual era el problema de la empresa. ¿Cómo podría trabajar? –Acaso, ¿Pretendes que adivine cuales son los vacíos legales de esta gran compañía? – preguntó con rabia. Connor suspiró con incredulidad. –Se supone que eres una abogada muy brillante y astuta y necesitas todo un día solo para conocer el problema, ¡No quiero ni imaginarme cuanto tardaras encontrando una solución! Los labios de Sofia se fruncieron inmediatamente. Todavía no se acostumbraba al sarcasmo constante del jefe. –Soy una excelente abogada, pero no sé nada sobre brujería, así que no puedo adivinar que es lo que pasa con esta empresa. Así que te exijo que me dejes hacer mi trabajo si no quieres que meta la pata como todos los abogados que han tenido aquí anteriormente. Aunque ahora que conozco al CEO, me doy cuenta de que quizá el problema nunca fueron los abogados, si no su jefe. Sofia era elegante al hablar, incluso cuando estaba de mal humor, la mujer era refinada y muy bien educada, eso de alguna manera, molestaba aún más a Connor. Todo habría sido más fácil si ella fuera tonta, ingenua y débil. Pero resultaba que la mujer era justamente todo lo contrario. La sonrisa torcida en la cara de Connor se volvió rígida. Le picaban las manos, queriendo tirar del cuello de su camisa. Sofia Herrera resultó ser experta en irritarlo. –Te lo dije, no voy a jugar con tus reglas – volvió a decir la mujer. Con los ojos entrecerrados, Connor se levantó de la silla. Luego, metiendo las manos en los bolsillos, observó a Sofia a solo un metro de distancia. Esta vez, ella no se permitió sentirse intimidada por su presencia. –¿Cuáles son las reglas con las que quieres jugar, Sofia? – preguntó él. –Primero, mantén la profesionalidad. Antes de que el CEO pudiera responder, Sofia volvió a hablar. –En segundo lugar, mantén tu distancia. No puedes acercarte demasiado a mí. No vas a intimidarme, por más que te esfuerces. –He escuchado tus reglas, ahora, tu escucharás las mías – el hombre chasqueó la lengua – a partir de ahora, eres la imagen legal de esta empresa, así que deberás cuidar tu apariencia, no dejes que los clientes te menosprecien por ella – dijo, tratando de hacerla sentir incomoda. Sofia frunció el ceño, confundida. Tenía puesto un vestido muy costoso y fino con una confección casi perfecta, ¡Como se atrevía él a juzgarla! –¿Qué tiene mi apariencia? – chilló. Connor se detuvo de repente justo frente a Sofia. Sus ojos grises comenzaron a examinar a la chica de arriba a abajo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD