Camino hasta la playa, me quito los zapatos y mojo mis pies intentando relajarme. Me acomodo en una de las mesas vacías y ordeno una bebida refrescante, no quiero volver al bungalow para no despertar a Destiny, así que me quedo a pasar el tiempo aquí. Unas horas después, escucho algunas risas a mis espaldas y noto a un grupo de chicas señalándome. —Hola —se acerca una de ellas, se ven bastante jóvenes no deben pasar de los veinticinco años. —Hola —respondo a su saludo. —Mis amigas quieren invitarte un trago —las señala, y al mirarlas todas me sonríen. —Gracias, pero es un poco temprano para beber. —¿Estás de vacaciones? —indaga. —Vine a una boda. —Ah, eres de los invitados que tienen reservados los bungalows. —Sí —afirmo. —¿Y vienes acompañado? —interroga. —Sí, estoy con