Capítulo 1

3683 Words
Un sábado como este no podría pasarse de la mejor manera, es un sábado exquisito. Australia tiene por lo menos 340 días soleados, el clima ideal para ir a la playa, quizás pasar el rato en Palm Beach o Bondi Beach eso sería sin la menor duda una manera espectacular de pasar una tarde soleada como esta. Pero no todo es excitante en la playa, no hay tanta emoción y fascinación como el que estoy teniendo ahora, no sé si es por qué me encanta hacer esto con él o porque simplemente me excita la idea de que lo hagamos siempre de esta manera, mmm, no ignoremos el hecho que no solo somos dos, hay más diversión si somos cuatro ¿cierto? El placer es mayor, la adrenalina de hacerlo con más de una persona, los movimientos, los roces, respiraciónes agitadas, gruñidos, quejidos... jadeos... Todo se trata de quien termine primero... -Ah, joder, no.- murmuro. Esta encima de mí y no puedo ya con esto. -Un poco más Nicci... lo necesito...- no puedo, no puedo más, mi cuerpo lo siente venir, ya no puedo seguir... -No puedo... necesito salgas...- me mira y niega. Su mirada es de angustia, aun no quiere terminar esto pero yo ya no puedo más. –Adoni... No te muevas más ... Ah...- Los jadeos pueden escucharse en la habitación, Adoni se mueve un poco más y puedo sentir que también está aguantándose, no quiere que nos detengamos, estamos ya a punto de terminar esto y aun así, esto que siento... -Nicci... muévete hacia arriba...- gruñe. Siento el cuerpo de Darel apoderarse de mi espalda, suelto un gruñido. -¡Darel!- me quejo. Este solo se acerca por mi oído y siento su aliento jadeante en mi cuello. – ¡No hagas eso!- es mi punto débil. -Lo sé nena... de eso se trata...- murmura. –Miki... ven por aquí.- vuelvo la mirada hacia mi prima que parece brutalmente exhausta, nunca había hecho esto y de esta manera tan feroz, espero que la excitación que tenía al inicio no se haya terminado. -Miki... aléjate de Nicci...- advierte Adoni. -¡No! Nicci se vendrá conmigo.- niego. No lo hare, solo terminare si Adoni lo hace. –Quiero terminar esto ya, mis piernas duelen.- las mías también, mis muslos duelen por los duros movimientos. -¡AH! ¡haa!- no puedo más. Darel me mira esperando que yo lo acepte, Adoni observa a Miki para que no interfiera en esto. Jadeos y gruñidos, seguido de nuestras respiraciones esperando el momento final. El clímax de esto. Nuestros cuerpos completamente ocupados como si estuvieran encajándose uno con otro, Miki gruñe con más furor y yo creo casi perder el conocimiento. No puedo más. -¡No puedo más!- gruño. La puerta de mi habitación se abre de golpe y todos perdemos el equilibrio cayendo uno sobre otros. Dios mío. Siento que el Everest esta sobre mí, si he de ser aplastada por favor no en este momento. Mi pie, mi precioso pie está siendo atrapado por las piernas de Miki. No hay nada más brutal que este juego pasional, mi espalda está quejándose y mis manos agradecen la libertad. Adoni mueve a Darel de mi cuerpo y Miki terminado jadeando boca abajo tratando de recuperar el aire, no puedo creer que esto haya terminado así, ¿Cómo es que las personas pueden abrirse tanto para hacer eso? Nos hemos divertido claro pero no lo suficiente como yo esperaba, este juego entre nosotros es más como masoquismo, el dolor nos divierte. -¡Nicci Alderweireld! ¡Qué demonios estás haciendo!- vuelvo a ver a mi padre que esta rojo como un tomate. ¿Qué le pasa? -¡Levántate de ahí! ¡Ustedes pervertidos que le hacían a mi niña!- no sé cómo lo hace pero levanta a Adoni y Darel de un jalón tirándolos lejos de nosotras, Miki y yo nos quedamos tiradas en el suelo, este es el peor juego que existe. Mi vida, mi cuerpo, mi adorable trasero duele... definitivamente tener a Darel atrás no fue una buena idea, siento como si sentarme no fuera una opción viable para mí. -Chicos no volvamos a hacerlo de esa manera, los movimientos bruscos no son lo mío.- suspiro profundo. Mi pecho sube y baja con fuerza. -Tienes razón, Nicci es mejor cuando lo hacemos solo tú y yo.- asiento. Mi ropa esta arrugada y como si hubiesen tratado de violarme. -¡Qué demonios están hablando!- vuelvo a ver a mi padre. Estamos hablando de lo que acabamos de hacer, ¿Qué lo altera? -Eh, suegro ¿se une al juego? Aunque no creo que aguante.- Adoni bromea recibiendo una mirada asesina de mi padre. -No soy tu suegro y espero que salgan de inmediato de la habitación de mi hija. Sabrá Dios lo que estaban haciéndole.- ruedo los ojos. -Papá estábamos jugando aquí en el suelo con esto.- le señalo la alfombra. Mi padre me mira agotado y con un gesto agobiado de preocupación ¿Qué pensaba que estabamos haciendo? -¡Amaroo cariño te dije que solo estaban jugando con esa alfombra con círculos!- mi madre entra cargando una copa de champaña y yo extiendo la mano para que me dé un poco, mi padre se pone en el camino y se lo toma de un trago. -Tú vas a matarme.- gruñe. Le miro extrañada. ¿De qué demonios habla? –No puedo creer que estés aquí y se escuche eso allá afuera... no hay manera de Dios en que te pueda dejar sola con estos amiguitos tuyos.- no entiendo ni palabra de lo que dice. Mi padre esta sobre reaccionando.  -Mi amor tranquilízate.- asiento. Mi madre le da un beso y logra calmarlo. -Papá estábamos jugando Twister, ¿tienes idea lo difícil que fue mantenernos en esa posición?- su mirada se enciende y está furioso. -¿Twister? ¿Así le llaman ahora? Ustedes dos fuera, y Miki tus padres han llamado, ya han enviado una camioneta a recogerte.- Miki se levanta y seguido se acerca a él para abrazarlo. No hay nada que un abrazo no tranquilice. –Arréglate ese cabello que no es propio de una señorita.- ella asiente y yo me rio. -Tío Amaroo nunca dejas tus reglas elitistas.- como todo un buen tío comienza a peinarle el cabello, cosa que deja casi de inmediato pues Adoni se acerca a mí para levantarme, mi padre se acerca e impide que me toque. -Adoni, a mi hija la ayudo yo, muchachito insolente.- este asiente riendo. –Nicci por el amor a todo lo divino ¿Qué esta ropa?- trata de alisarla con la mano. -Lo siento señor Alderweireld he sido yo quien le ha dejado la ropa así.- mi padre se detiene y vuelve a verlo. Adoni cierra los ojos arrepentido. –Me refiero que para no hacerla caer tuve que agarrarla de la camisa y así se ha arrugado toda.- todos reímos. -Adoni no me hagas prohibir tu entrada a esta habitación.- advierte mi padre. Adonis comienza a aclarar que nada ha sucedido y que sigue fervientemente siendo solo mi amigo, Darel también lo defiende y afirma que su único interés es Miki a lo que mi padre advierte que tendrá que entenderse con mi tío. Mi madre y yo reímos. Este solo es otro día normal en mi familia donde mi padre es un posesivo conmigo, no me quejo de absolutamente nada, no hay nada más en este mundo que adore más que a mi padre. -En todo caso no permitiré actitudes como estas mañana por la noche, espero que los dos vengan presentables y representando a sus casas de la mejor manera.- les advierte a ambos y estos asienten como si fueran unos cabos recibiendo órdenes de su comandante. -Cariño ¿podrías tratar mejor a los amigos de Nicci?- mi madre le da un beso a Adoni y seguido a Darel. –Adiós cariño, descansen que el viaje será pronto y será un largo pero muy largo viaje, ah y por supuesto espero verlos mañana con sus mejores galas, serán invitados de honor en nuestra casa.- le tiro un beso a Darel. ¡Mañana! -Por supuesto Ma'am.- dicen ambos. Miki me da un último abrazo y me promete para mañana la mejor de las noches. –Te veremos mañana bonita.- asiento. Mis amigos salen y yo termino acostada en mi cama con cansancio físico. Definitivamente era un buen juego pero nos hubiera preferido en alguna playa disfrutando nuestros últimos días aquí. Mi cuerpo está siendo molido, tengo que continuar con esas clases de yoga que dice mi madre porque si no terminare muerta antes de los cuarenta.          Ruedo en mi cama e invito a mi padre a acostarse a mi lado. Mi madre arquea ambas cejas y sé que quiere que tranquilice su agobiado corazón, no sé qué ideas tuvo al escucharnos pero estoy segura que solo eran exageraciones de él, además sabe que no tiene que preocuparse por Darel o Adonii, somos amigos desde... ¿por siempre? -Papi ¿te sientas aquí conmigo?- pregunto. Me vuelve a ver y esta preocupado. -Nicci... Nicci...- mi padre comienza a dar vueltas. No le entiendo. -¿Estas bien? ¿Necesitas que te dé un abrazo?- me pongo de rodillas y extiendo los brazos. Me mira por segundos interminables, niega por ratos y al final termina acercándose a mí y lo abrazo. –¿Quién quiere al bebe? ¿Quién lo quiere?- digo como si fuera un bebe. Termino haciéndolo reír. -Nicci vas a matarme, tengo mucho miedo de enviarte sola a Berlín y la fecha está a la vuelta de la esquina.- ruedo los ojos. Cierto, en un par de días me iré. –Lo mejor será que lleves contigo a uno de los chicos, puedes llevar a Dainan.- niego. No entiendo que es lo que le preocupa. –Cariño el hecho que estés lejos de casa no significa que alguien quiera hacerte algo.- como exagera las cosas este hombre. -Yo estaré bien, ese amigo tuyo según lo que me han contado es un buen tipo, de otra forma posible no aceptaría vivir con él ¿cierto?- mi padre parece meditar lo que digo. -No lo sé cariño, si quieres puedes...- -Papá estaré bien, nada va a suceder solo iré a estudiar y nada más.- me mira aún más preocupado. -No confío en que solo estudies, prométeme que no conocerás a otro chico, ya he tenido suficiente con los que has tenido en casa y no quiero verte besar a cualquiera en Alemania, no sabes qué clase de chico podría ser.- me comienzo a reír, ¿Qué es lo que realmente le preocupa? -Ay, cariño, no molestes a Nicci sabes que Adonii no dejaría que le pase nada, él siempre la va a cuidar.- su gesto se contrae. No sé si quiero reír o qué. –Y mi pequeña tiene derecho a estar con el chico que ella elija.- asiento, ah que tengo la mejor madre. -Cierto, además Darel también estará ahí conmigo, no iré sola mis amigos estarán conmigo siempre.- suelta un bufido. -Mi amor eso no me hace sentir nada mejor, el hecho que hiciera que nuestra pequeña se haga esos tatuajes y esas cosas en la nariz.- me vuelvo a ver las pequeñas letras en mi muñeca. –No me refiero a esos.- gruñe. Me levanta la camisa y me toca los de las costillas. -Supéralo, tú también tienes uno así que no hables.- rueda los ojos. El tema de los tatuajes no era el asunto. -Esos aretes son detestables.- gruñe. ¿Tendremos esta conversación otra vez? -Papá deja mis orejas tranquilas.- termino gruñendo. Espero que no salga con no dejarme ir a Berlín, como podemos observar mi padre es muy apegado a mí.          -No puedo dejar que vayas a Berlín, no puedo dejarte sola y no lo hare.- dice. Mi padre es un exagerado. –Les he escuchado si no hubiese entrado... parecía una... Dios, ni siquiera podía decirlo.- no sé qué pensamiento tiene porque parece traumado. Vamos otra vez con lo mismo. -Cariño deja a Nicci en paz.- mi madre me abraza. -¿Qué edad crees que tiene Nicci? ¿Doce? No, mi hija pronto tendrá...- la interrumpe furioso. -¡Basta! Navia no sigas consintiendo a Nicci porque cada día se parece más a ti.- ambas le asesinamos con la mirada. -¿Qué tiene de malo que se parezca a su madre? Hombres a sus pies y el placer de probar a todos los labios que pueda antes de llegar al indicado.- mi padre vuelve a ver la pared y como si estuviera haciendo un conteo de lo que dice termina suspirando. –Mi vida, Nicci tiene derecho a salir de aquí, acostumbrarse a nuevos territorios aún es muy joven para morir en esta mansión y quizá mi pequeña pueda encontrar el amor en el extranjero.- las posibilidades de que eso pase son pocas pero vale el intento. -Nicci es mi sucesora, mi heredera, la que continuara con la gloria de nuestra distinguida familia. Como veras, mi vida, no dejare que nuestra hija este besuqueándose con cualquiera que se encuentre por ahí.- ambas le miramos con aburrimiento. Ahora empieza lo del esposo. –Mi hija será esposa de un hombre que la valore, la respete, que tengo una reputación intachable, un hombre que aprecie el regalo más preciado que me ha dado la vida y mi hermosa mujer.- ambas suspiramos. –Mi hija se casara con un australiano que nosotros elijamos como el indicado, el hombre que sea capaz de satisfacer cada capricho de mi hija.- de qué demonios está hablando ahora. -Amaroo por favor, estamos en el siglo XXI no hay hombres así, menos de la edad de Nicci.- tengo casi veintidós y mi padre sigue pensando que necesito un marido para poder ser la que guie a la empresa hacia la grandeza, ¿medio raro cierto? -Además, no voy a Alemania a conseguir esposo, voy a estudiar y a irme de fiesta.- la cara de mi padre se convierte en preocupación y resentimiento. Alto a los padres sobre protectores. -Alemania, ¿Por qué tenías que alejarte tanto? No lo permitiré, no permitiré que tus amigos sigan corrompiéndote.- ruedo los ojos. Mi padre es extremo. Mi padre suele exagerar las cosas, en unos días estaré viajando a Berlín con mis amigos, bueno, viajaremos juntos pero no podremos vivir en la misma casa. Mis amigos estarán hospedados en la casa de la facultad, o eso es lo que entendí de ellos, realmente no me informe mucho al respecto, yo en cambio estaré viviendo con un hombre que según dice mi madre es la perfección de los hombres y que en todo caso es un médico excepcional. Me interesa, conocerle me parece una idea excitante y vivir con él lo es aún más, nunca he vivido con nadie que no sea mis padres así que es una idea inquietante conocer a ese hombre. Ahora supone que mi padre suele exagerar mi adicción a besar a cualquier hombre que parezca solo una pizca de atractivo, pero vamos ¿Cómo resistirse? No me acuesto con ellos y eso es lo importa ¿cierto? -¡Familia!- levanto la mirada para ver a Bearchan, (Bear) mi pequeño hermano. -¡Adivinen quien gano cincuenta y cinco dólares en las maquinitas del centro comercial!- me levanto y corro hasta él. ¡Por fin le ha atinado a algo! Mi hermanito tiene una suerte terrible con esas máquinas. -¡¿Has ganado algo?!- le quito el dinero y seguido ambos comenzamos a saltar. Le he instruido bien. -¡Nicci! ¡Bear!- gruñe nuestro padre. Se acerca a nosotros y nos quita el dinero. –Bear que te he dicho sobre andar utilizando esas máquinas estafadoras y tu Nicci, teníamos un trato de no desviar del camino a tu hermano.- me ofendo de inmediato, como es que me está llamando mala influencia. -Papá no seas un aguafiestas, me lo he ganado con fuerza y empeño. Además, he conocido una chica y con esto la invitare al cine.- sonríe emocionado, cada vez estoy más orgullosa de él. -¿Una chica?- pregunta mi madre. Bear asiente. –Hijo creí que tenías novia.- demonios, alguien aquí terminara siendo reñida otra vez y espero encontrar el momento adecuado para escapar de papá e irme de aquí. -¡Novia!- gruñe papá. Joder. -¡Como que una novia Bear!- Le doy un pellizco a Bear para que no diga nada pero como el burro ni a señas entiende, solo se queja y ni al caso que entienda. -Nicci me dijo que antes de tener una novia oficial debo probar diferentes labios, tener otras opciones y quedarme con la mejor.- maldición. Comienzo a dar pasitos en retroceso hacia la puerta. Nicci sal de aquí antes que te culpen de algo falso. -¡Que Nicci te dijo que!- gruñe otra vez. Me giro para salir pero su voz me detiene. -¡Alto ahí jovencita!- me quedo estática, sé que ahora dirá que he aconsejado mal a mi hermano y lo que ya lo haría una pura mentira. -Tu hermana tiene razón.- gracias mami pero no es el momento. –Yo era igual hasta que finalmente me case con tu padre y todo lo demás dejo de ser algo interesante.- si, madre hazle olvidar el asunto. Nicci Alderweireld tiene la peor suerte del mundo. Mi padre hace caso omiso a los coqueteos de mi madre y se acerca a Bear, me mira y sé que me castigará  y no le importara que mañana sea mi cumpleaños. -¡No puedo creerlo! Dame ese dinero.- le quita el dinero a Bear. Mi hermano comienza a quejarse y trato de escapar otra vez pero mi padre me vuelve a ver. –Nada de novias y de probar otros labios, tienes diez años Bear no tienes que andar pensando en esas cosas y deja de seguir los consejos de Nicci que también estará castigada.- ¿Qué? Demonios, tengo casi veintidós años y quiere castigarme. -¡Pero papá es mi dinero!- se queja. Vuelvo a ver a mi madre que no intervendrá por mí. -Pero nada, a tu cuarto y a dormir.- gruñe papá. Que hombre para tratar mal a mi pobre e inocente hermano que solo está llevándose por mi guía adulta. -Son las cinco de la tarde.- mi padre le mira furioso y finalmente se va. Ahora otra reñina para mí.  -Nicci no debes de decirle esas cosas a Bear, él también es miembro de la familia Alderweireld y necesita comportarse como tal, a su edad yo ni siquiera pensaba en chicas, todo era estudio y mantener la casa en orden a gusto de mi padre.- vuelve a su tema historiador. –Besar a varias mujeres puede considerarse una desfachatez por parte de un caballero.- suelto un bufido. Me gustaría regresar a mi padre a sus libros de romance antiguo. ¿Qué tiene de malo besar a varias personas? A mis casi veintidós años no he tenido relaciones meramente largas, tal vez una que otra formal con hijos de socios de mi padre pero eventualmente las termino por diversas razones; declararme amor eterno la primera semana, propuestas de matrimonio, riquillos estirados, demasiado extravagantes y sobre todo, malos besadores. Si habrá amor en una relación para mi tengo que enamorarme con un beso, un beso que me haga desear más y ya saben, eventualmente que me haga desear otras cosas. Me pregunto si algún día me enamorare por completo, quizá en Alemania encuentre a alguien pero realmente si quisiera casarme con un australiano porque vivir juntos supondría una cosa fácil. Tal vez debería de reconsiderar el permanecer soltera para siempre, mi padre estaría en paz y así no habría problema. Me toma la mano y vuelvo a verle, no he escuchado lo que decía. -Nicci te lo advierto, nada de excesos y comienza a comportarte.- asiento. De todo lo que dijo no escuche nada pero sí creo que era algo de buscar un hombre para mi... -Mañana te lo presentare por que ha venido de pasada, ha hecho esta escala porque yo se lo he pedido así que por favor pórtate bien y da una buena impresión...- no sé de qué habla pero le sonreiré de todas maneras. Seguramente es de algún socio que tenga, lo importante es mostrar lo impecable de la familia Alderweireld. -Si padre como tú lo digas además mañana no es cualquier fiesta, es la dichosa fiesta de mi cumpleaños veintidós.- digo emocionada. Ahora que lo recuerdo tengo que preparar lo que quiero usar mañana, mi madre me ha traído un vestido de Francia y estoy ansiosa por verlo. -Compórtate y nada de esos escapes que haces, pondré a todo un ejército a cuidar la casa así que espero que te portes bien.- ¿piensa que no puedo escaparme de todas maneras? -Tengo veintidós papá.- tiro de él para sacarlo de mi habitación. –Ahora por favor, ve a descansar o hacer feliz a mamá en el Jacuzzi o lo que quieras.- vuelvo a ver a mi madre. -No, tenemos que hablar de la fiesta.- niego. No voy a cambiar nada de lo dicho para mañana. –Navia suéltame porque tengo que hablar con tu hija.- -Y yo quiero hacer otras cosas.- le besa el cuello. Bien madre, que orgullosa estoy de ella. Mi madre lo abraza y finalmente logra tomar la atención. –Vamos cariño...- se contonea sobre él. Uh. No creo que mi padre se resista a eso. -Nicci...- trata de resistirme. Mi madre termina sacándolo a rastras. Que orgullo de mujer. Mis padres llevan aproximadamente una eternidad casados, se casaron muy jóvenes siguiendo la tradición de elegir esposa por parte de mis abuelos, por suerte ambos hicieron buen rollo y se enamoraron. Suerte. Creo que yo no podría enamorarme de alguien que ha sido elegido para mí pero que finalmente desconozco, aunque si es guapo algún intento hay que hacer.          Labrador Vetra me ha interesado por completo, no he visto ninguna fotografía de él porque quiero llevarme una sorpresa al verle, en unos días, aproximadamente una semana estaré arribando a Berlín, Alemania. Mi madre lo ha descrito como un hombre sensual y mi padre ha mencionado que tiene una ética profesional que podría ser envidiada por cualquiera, es médico en no sé qué pero de igual manera suena excitante conocerle. Espero que sea así de carismático como me han dicho, quiero disfrutar de este año en Alemania así cuando regrese a Australia no arrepentirme de nada. He esperado este viaje por alrededor de dos meses, ahora estamos finalizando Junio con la mayor de las alegría... en mi caso, mi alegría, mañana es mi cumpleaños y agradezco enormemente poder pasarlo con mi familia. Alemania es un nuevo reto para mí, una nueva experiencia, una nueva vida y espero con toda mi fuerza poder disfrutarlo al máximo, placentero será el viaje ya que mis amigos estarán conmigo y podremos hacer lo que mejor sabemos hacer, disfrutar la vida al máximo. Mi vida es eso, diversión y más diversión, y sé que con toda la certeza del mundo en que Alemania me dará eso y más. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD