CAPITULO 3

1185 Words
Abro mis parpados y trago hondo tras escuchar el valor por el cual fui comprada; realmente me sigue sorprendiendo que existan tales cosas, la cantidad de dinero que puede llegar a derrochar una persona con buena estación económica. Lo veo subir por las escalerillas de la tarima, camino hacia él tímidamente, como me lo explico Carlota. Me agarra del brazo, toma la llavecita que le entrego unos de los gorilas que me trajeron. Caminamos hasta la planta baja, él se aleja unos centímetros para entregarle un maletín, a unos de sus guardaespaldas. -Ya sabes lo que tienes que hacer –  dijo en una voz baja solo para ellos – la otra chica también – agrega antes de volver a mí. Antes de salir, pienso en voz alta – Vetania – me giro para verla una última vez. Antes de perderla de vista, me volteo y salimos del lugar. -Estará bien, mientras tanto tú vendrás conmigo – dice serio – sube – me señaló para que subiera a la camioneta. Me deslizó por el asiento, tranca la puerta y se sube por el otro lado, le da unas órdenes al conductor mientras este arranca. Me percato de que unos autos adelantes se movilizan, mientras un par nos sigue por detrás. Observo una parte de la ciudad por la ventana. Es tan hermosa, no sé realmente en donde me encuentro pero la vista es maravillosa, extrañaba ver la iluminación de las calles. -Tengo entendido que provienes de Italia, estas alrededor de los 24 años de edad, has sido vendida a estas personas, como paga de una deuda ¿No? – lo dice tan seguro, como si fuera una novedad para mí. Sin apartar la mirada de la ventana contesto. -Te crees que sabes mucho de mi situación ¿O me equivoco? – volteo a mirarlo, sin dejarme intimidar por lo que es – Por cierto te falto agregar, que el culpable de esto es mi hermano. -Pueda que haya omitido esa parte, por tu propio bien emocional, pero me doy cuenta de que estas enterada de lo sucedido. -No necesito que me ande cuidando. Se perfectamente el por qué, llegue a donde estoy. -Interesante carácter… y según tú ¿dónde estás? -No sé realmente, en qué lugar me encuentro, pero sé que estoy tratando con un psicópata que compra mujeres para su propio beneficio. -Valla ese ha sido el alago más bonito que me han dicho en mi vida – responde sarcástico – Ahora dices conocerme. -No he dicho eso, es lo que tus acciones me demuestran. -La niña me salió con agallas. Creo que me divertiré con tu presencia. -Puedes comprarte un payaso de circo, tienes suficiente dinero para hacerlo ¿o no? – digo irritada por toda esta situación. En parte hubiese preferido seguir encerrada en esa pocilga, a tratar con alguien tan irritante. Admito que no era lo que esperaba, ya me había hecho a la idea de ser comprada por un viejo verde, que me utilizaría y que cuando ya no me necesitase me asesinara, y fin de la historia. En cuanto a él, la idea es diferente; tengo miedo, no sé qué esperar de todo esto. Mi única forma es hacerme la difícil, él no ha puesto condiciones, ni me a reprendido por la forma en que le he contestado… solo me queda esperar, averiguare en qué lugar me encuentro y buscare la forma de huir sin morir en el intento. Puede que mis planes terminen antes de tiempo, todo es posible en estas circunstancias. Con decir que, el me atrae físicamente, nadie podría resistirse a una pedida suya, pero en donde me encuentro no puedo darme tal lujo, incluso puede que sea eso lo que busca. -Por cierto, estoy muy lejos de ser una niña, sabes poco de mi existencia, pero eso aquí, ya no importa ¿No es así? – le doy una última mirada, antes de voltearme. -Exacto, niña inteligente; tú vida pasada no es importante, porque tú presente y futuro me pertenecen. Y con eso último muere la conversación, ya no había nada que decir al respecto. Me molesta a sobre manera, que me vean como un objeto, que pueden hacer y deshacer conmigo como quieran, pero no puedo dar batalla a eso y menos con esta clase de gente. Al pasar los segundos, y ver parte de la ciudad, me quedo profundamente dormida, por un momento, no puedo sentir nada, ni pensar algo coherente, dormir es el mejor escape para conseguir la paz, aunque sea por unas cuantas horas.   *** Me muevo un poco, para soltar el sueño, todavía no he abierto mis parpados, ya que mis pocas fuerzas se esfumaran en el instante. Percibo pequeños ruidos, sin gran importancia. Siento que soy sacudida, hasta abrir los ojos, al aclarar mi vista me fijo que estoy en un jet, por la ventana veo cómo va disminuyendo la altura. -Veo que un poco de turbulencias, te ha despertado – sus ojos grises resplandecen. Se encuentra sentado frente a mí, su semblante es frio y sus tatuajes lo hacen ver rudo, son visibles ya que carga la camisa remangada. A la luz del sol es digno de admirar. ¿En dónde se encuentra el baño? – mi cuerpo esta recaído y mi voz lo demuestra. -Justo allá – señala y volteo a donde me señala. -Gracias – trato de levantarme pero de igual forma mi cuerpo no cede. Aún sigue dormido; lo intento de nuevo, y esta vez logro levantarme. Voy a mitad del camino, cuando otra pequeña sacudida me tumba y caigo fuerte – ¡Ash! Para que existí – susurro para mis adentros. -Para complacerme – responde esa voz a mis espaldas, mientras ayuda a levantarme. Me carga y no doy lucha a eso. –  ¿Quieres que te lleve al baño o te regreso al asiento? – lo pienso por un momento. -Al asiento – levanto la mirada, y observo sus lindos ojos, siento la atracción entre nosotros. Si juego con fuego, terminare quemándome y tengo suficientes problemas como para terminar relacionándome emocionalmente con mi comprador. Lo tengo claro, pero me es, inevitable. – Tengo hambre, necesito alimentar mis entrañas. ¿Hay algo para comer? -Sí, ya ordeno que te traigan algo de comer, estas muy débil por toda esta situación, y es razonable que quieras comida – me mira y se encamina lentamente al asiento. -Y agua, por favor, estoy muy seca y necesito hidratarme – digo apenada – ya puedes bajarme, puedo sentarme sola. -No, yo te ayudare. Aparte es agradable – me deja en el asiento delicadamente. Me percato de una persona, que está en unos de los asientos, a mi derecha. Él se vuelve a sentar, en el puesto que está, al frente del mío; vuelvo la vista, hacia la persona que está a mi derecha, enfoco bien la mirada, hasta que veo a Vetania, descansando. Me sorprendo al verla justo ahí. El chico de los ojos lindos, parece darse cuenta y dice   –    No hay de qué preocuparse – me mira, y resopla ante un recuerdo –  esta sedada, tuvieron que hacerlo, porque se puso histérica. entro en un estado de trance y luego se colocó a gritar, algunos de mis guardias están arañados. Agradece que no esté muerta, por tal show. Ellos prefirieron dormirla, hasta esperar mi orden.  
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