Cuando llegan a la clínica, ya la médica a cargo del embarazo de la loba los espera frente al edificio con una silla de ruedas en conjunto con dos enfermeros. Kara baja del auto con cuidado y Leonardo la lleva a la silla de ruedas. La loba enseguida es trasladada hacia el interior de la clínica para ser llevada hasta una de las habitaciones más grandes.
—Kara, es muy pronto para que los bebés nazcan, pero están muy bajos y es probable que sea un parto muy prematuro —informa la médica.
—Doctora, proceda lo antes posible, ¿no ve que le duele? —gruñe Leonardo, pues no le gusta ver cómo la loba gime de dolor.
La mujer se asusta.
—Hey, tranquilo. —Kara sujeta su mano para que se calme.
—Bien, prepararé todo para que la señora pueda ser intervenida lo antes posible. —Sale de la habitación.
