Capítulo 2 (Dannya Menchaca)

1903 Words
En eso sale Yola de la cocina. —Nos vamos Sand. —Claro Yola, Izan tiene que descansar. —Yola muchas gracias por el desayuno. Me da un abrazo en el que me transmite mucha paz, creo que esta mujer llegó a nuestra familia para quedarse, tomo de mi bolsa una tarjeta y se la entrego. —Esta es la información de mi colega, hablaré con él para que no te preocupes por los gastos. —No es necesario Izan, de verdad. Mi padre me abraza y me da un beso en la frente. —Hija estoy ansioso por irnos de viaje juntos, será toda una aventura. Se van y yo me quedo sonriendo, no quiero ni pensar en lo que vaya a pasar, me voy directo a la ducha y me seco el cabello para por fin ir a la cama. Me despierto cuando siento un peso sobre mis piernas, me doy la vuelta y Andrew está dormido a mi lado, la verdad es que lo quiero mucho pero en este momento su sola presencia me estresa, me levanto un poco molesta y me voy a la cocina, me preparo un café mientras prendo mi computadora, estoy revisando mi horario de la próxima semana para posponer las citas, cuando mi curiosidad me gana y tecleo el nombre de Brett Watford, cuando aparece en la pantalla me quedo un poco impresionada, tiene un cuerpo muy bien entrenado, demasiado bien, se podría decir, ya que con el uniforme pegadito del equipo sus atributos no se esconden mucho que digamos, paso a la siguiente página y ahí se ve su cara, tiene el cabello castaño claro y los ojos verdes, me impresiona un poco porque no lo recordaba así, aunque claro son 11 años atrás; obviamente que cambio y para bien, tiene muchas fotos con el equipo de los Broncos y con algunas de las porristas, también hay una foto frente a una enorme mansión en la que está con un perro gran danés precioso, él sonríe muy contento mientras abraza a su perro posando para la foto. Escucho la puerta de mi habitación y cierro la computadora de inmediato, me siento como si estuviera traicionando a Andrew, aunque a decir verdad es todo lo contrario ya que mi esposo es Brett, oh por Dios qué tonterías estoy diciendo, todo esto me está volviendo completamente loca. Andrew entra a la cocina y se acerca para darme un beso. —Hola vida ¿cómo te sientes? —Bien ¿y tú? —Bien, Izan, no me gusta estar molesto contigo y tenía que venir a que arreglaramos todo. —Andrew no me lo tomes a mal pero esta situación me tiene un poco ansiosa y necesito que me des un poco de tiempo, siento que me estás presionando. —Lo sé y lo siento, pero si es lo que tú quieres, lo haremos, te daré el tiempo que necesites, sólo te pido que no tardes mucho recuerda que nos casaremos pronto. —Andrew lo sé, por eso viajaré cuanto antes a Denver. —¿Ya tienes los datos de tu esposo? —Tengo algunos. —Con eso tenemos para solicitar el divorcio. —Si, ya Bella se está encargando de todos los papeles. —No estoy seguro si Bella sea la indicada para este problema. Volteo a verlo muy molesta. —Bella es una excelente abogada y confío en ella. —Si tú lo dices, pero entonces no necesitas dos semanas para arreglarlo, con una puedes solucionarlo. —No pedí dos semanas, de hecho le dije a tu mamá que unos días sin especificar cuántos. —Bueno da igual, en menos de una semana eso puede estar listo. ¿Porqué me estoy poniendo de tan mal humor? —Sabes que Andrew voy a darme una ducha, tengo que ir un poco más temprano al hospital. —¿Para qué? —La secretaria de mi padre quiere una cita con un psicólogo para su nieto y le recomendé a Mendez, así que me gustaría hablar con él antes de que se vaya. —¿Cuando viste a tu padre? —Está mañana que llegue estaban él y su secretaría aquí. —¿Y qué hace tu padre con su secretaria? —Ya te lo dije, vino a que le recomendará un especialista para su nieto. —¿Ya sabe lo de tu matrimonio? —Si. —¿Y qué dijo? En mi mente suelto una carcajada, si supiera que mi papá está muy entusiasmado con este viaje y sobre todo con conocer a Brett Watford. —Me dijo que todos cometemos errores y que no me sintiera avergonzada por una vez que he hecho algo malo. Andrew sonríe con burla. —No cabe duda que tú papá te tiene demasiado consentida. —Yo diría que es comprensivo, justo las características que admiro en un hombre. Él se pone muy serio y yo me voy directo a la ducha, estoy por terminar de bañarme cuando entra Andrew, se acerca y me abraza por la espalda. —Izan me haces falta, necesito que hagamos el amor para saber que todo está bien entre nosotros. —Lo siento Andrew pero tengo prisa, y no estoy de humor, no todo se arregla con sexo.—Salgo de la ducha y lo dejo ahí, me cambio rápidamente y cuando sale estoy por irme. —Andrew nos vemos en el hospital. —Esta noche no voy a trabajar, tengo citas hasta mañana temprano. —Bueno entonces te veo mañana. Tomo mis cosas y salgo del apartamento, me siento demasiado frustrada con todo lo que está sucediendo y por alguna razón estoy siendo injusta con Andrew, creo que no se lo merece, al final de cuentas tiene razón en estar molesto. Llego al hospital y paso al consultorio del Dr. Mendez, le doy algunos detalles del nieto de Yola y me dice que no me preocupe que no le cobrará por la consulta, le agradezco y me voy a mi consultorio. Me pongo mi bata y mi noche comienza, en realidad no tengo tiempo de nada, paso la mayor parte de la noche con pacientes, parece que hoy la gripe no nos da tregua, cuando por fin tengo un tiempo para descansar me voy a mi consultorio y me preparo un café, en eso escucho el aviso de una emergencia, dejo el café sin siquiera probarlo y corro a atender a una pequeña que se hizo una herida en la cabeza, aunque no es grave tiene mucho sangrado por lo que tenemos que actuar rápidamente, a los pocos minutos la pequeña está estable y yo por fin me regreso a mi consultorio a tomarme mi café que por supuesto está frío, por suerte faltan muy pocas horas para mi hora de salida. Estos días pasan un poco estresantes, entre el trabajo y Andrew que según él no quiere presionarme pero me recuerda cada día el error que cometí, me estoy volviendo completamente loca, para colmo a Mica se le ocurrió que quiere un viaje a la playa cuando cumpla sus 16 años y Andrew está de pésimo humor ya que quiere que vayan sus padres con ella. —Andrew no le veo nada de malo en que vayas al viaje con Mica. —No quiero tener que aguantar a Trina una semana. —Hazlo por tu hija, al final de cuentas ella no tiene culpa de los errores que cometieron ustedes. —Tienes razón ¿te gustaría acompañarnos? —No creo que sea una buena idea, aunque Mica me aprecia estoy segura que no sería cómodo para ella y Trina. —Tienes razón, igual lo pensaré ya que el viaje es unas semanas antes de la boda. —Bueno, me voy, estoy agotada. —Claro vida, descansa y que tengan buen viaje. —Gracias.—Me da un pequeño beso en los labios y salgo del consultorio para irme a descansar por fin, después de una larga noche de trabajo, además de que mañana temprano es el viaje a Denver y yo me siento muy nerviosa. Llego al apartamento y después de una ducha me voy a la cama, ni siquiera siento hambre de los nervios que tengo, por suerte el cansancio me vence y me quedo dormida casi al instante. Despierto casi al anochecer sólo porque mi estómago me pide algo de comer, entro al baño a adecentarme un poco y voy a prepararme algo, mientras ceno no dejo de pensar en aquellas vacaciones, no puedo recordar nada que tenga que ver con la boda, de lo que estoy segura es de que no me acosté con él, ya que estábamos demasiado tomados para poder hacerlo. Me pongo a ver la televisión por unos minutos tratando de distraerme pero no puedo, así que mejor vuelvo a la cama y me quedo dormida de nuevo. Despierto mucho más animada por la mañana, me siento descansada, me doy una ducha y me pongo ropa cómoda para el viaje, estoy preparando la maleta cuando tocan el timbre, dejo todo sobre la cama y voy a abrir la puerta. —Hola Bella, ¿por qué tocaste el timbre? si tienes llave. —Hola Izan, pensé que estarías con Andrew y no quería toparme con una escena desagradable. Yo sonrío. —Ni lo menciones, ha estado bastante pesado con el tema del viaje, por un momento pensé que era él para acompañarme. —Por suerte no, vengo a traerte la demanda de divorcio y así aprovecho para dejarlos en el aeropuerto. —Me parece muy bien, muchas gracias. —Izan si él acepta firmar todo será muy rápido. —Ni siquiera creo que pueda hablar con él. —Bueno tal vez sea difícil, pero es necesario, he intentado comunicarme con su abogado pero no me acepta las llamadas. —Me imagino. —Pensará que es algún fraude, además si procedemos legalmente antes de que hables con él la prensa podría enterarse y no quiero decirte todo lo que puede pasar. Suspiro con frustración, entramos a mi habitación y sigo preparando la maleta. —Izan todo se arreglará, ya lo verás. —Eso espero, yo solo me pregunto ¿porqué no me casé con un hombre más normalito? —Por qué borracha si sabes seleccionar muy bien los galanes, yo diría que hasta mejor que buena y sana. Las dos soltamos una enorme carcajada. Termino de empacar y cuando salimos mi padre nos espera. —Hola pa' ¿cómo estas?— le dice bella a mi padre mientras se acerca a abrazarlo. —Bien Bella ¿y tú?—él le da un beso y le devuelve el abrazo. —Tratando de tranquilizar a Izan pero parece una misión imposible. Mi padre sonríe. —Estoy seguro que todo se arreglará. —¿Podemos irnos?—les digo algo molesta. —Si Izan, vámonos, yo los dejo en el aeropuerto y después me voy a una reunión, pa' espero que puedas aguantarla todo el camino con ese genio. —No te preocupes Bella, por cierto salúdame a Lala. —Claro de tu parte. Nos subimos al coche de Bella y nos lleva al aeropuerto, mi padre y yo nos registramos y después de varios minutos por fin podemos abordar, en un momento mi padre toma mi mano y me da un beso. —Calma hija todo se arreglará, tienes que tomar las cosas con más tranquilidad. —Tienes razón papá.
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