Axel Una vez salimos de la casa del anciano nos dirigimos de prisa a casa, no fue posible a llegar a un acuerdo cuando se trataba de Mía, Alan se volvía aun más irracional de lo que ya era, era difícil diferenciar si se trataba de su sentido de protección y su irracionalidad aumentaba con el pasar del tiempo, una vez habíamos llegado a la casa subimos detrás de Alan que corría prácticamente por la casa en busca de Mía y Alex, al llegar a las habitación toco desesperadamente la puerta, unos segundo después la puerta abierta dejo ver una Mía con el rostro hinchado, los ojos llorosos y manos temblorosa, de inmediato se refugió en los brazos de Alan segundo después los sollozo se escucharon por toda la habitación. - ¿Qué sucedió? –cuestiona Alan de inmediato ante su estado. -